La automoción encara la "transformación del siglo" en medio de la "tormenta perfecta"

El director de la planta aragonesa de Stellantis destaca en un acto de HERALDO el reto de la electrificación.

Arturo Aliaga, José Luis Alonso y Diego Alierta, durante la mesa redonda celebrada este martes.
Arturo Aliaga, José Luis Alonso y Diego Alierta, durante la mesa redonda celebrada este martes.
Francisco Jiménez

El sector de la automoción encara «una de esas transformaciones que se dan una vez cada siglo» y lo hace en medio de una «tormenta perfecta». Así se refería este martes el director general de la planta de Stellantis en Figueruelas, José Luis Alonso, a la inevitable electrificación del automóvil y al complicado contexto -primero una pandemia, después una crisis de microchips y a la vez un conflicto bélico que ha disparado los precios de la energía que tanto impacto tienen en las costes y en los resultados de las compañías-. Y lo hacía en un acto, organizado por HERALDO para conmemorar el 40 aniversario de la instalación de la factoría de Opel (ahora en el grupo Stellantis) en Aragón, en el que se miró hacia el pasado y se habló especialmente de futuro. Junto a Alonso hicieron ese análisis el consejero de Industria del Gobierno aragonés, Arturo Aliaga, y el director general de la empresa Umec y vicepresidente del Clúster de la Automoción en Aragón (CAAR), Diego Alierta, que reconocieron las «preocupaciones» y las «incertidumbres» que genera este proceso.

Alonso recordó que el camino para esa tercera revolución de la automoción ya está trazado por la legislación y que Stellantis no solo va a acompañar esa normativa sino que además «va a liderar dicha transformación hasta las últimas consecuencias». De hecho, señaló, el compromiso del grupo es que en 2030 todos los coches que comercialicen en Europa sean eléctricos. Prueba de esta apuesta es que la planta zaragozana ya fabrica una versión eléctrica de su emblemático Corsa desde 2020 y ha anunciado que producirá otro modelo eléctrico que la compañía no ha desvelado oficialmente pero todo apunta a que será la versión enchufable del Peugeot 208.

Como «compañero de viaje», como así lo definió el vicepresidente del clúster, tendrá a la industria auxiliar, ese «ecosistema» que le acompaña desde aquel 5 de noviembre de 1982 en el que se inició la actividad en Figueruelas. Alierta añadió, sin embargo, matices. Reconoció que las empresas auxiliares de la automoción hubieran preferido hablar más de descarbonización y aseguró que la transición hacia la electrificación no es ordenada. «Se nos está pidiendo un salto tecnológico muy grande y existe una gran incertidumbre», aseguró el director general de Umec, que, pese a todo, se mostró optimista porque forman parte de un sector «puntero y a la vanguardia».

De las preocupaciones que le suscita este proceso habló el vicepresidente y consejero de Industria. Aliaga, que recordó lo mucho y muy bien que conoce la trayectoria de la factoría zaragozana, destacó que le inquietan las «espectaculares» inversiones que exige el desarrollo de las infraestructuras de recarga pública. Señaló que en 2030 España tendría que tener 300.000 puntos y de ellos el 10% (unos 3.000) deberían estar en Aragón. «Ahora tenemos 1.500 y son de carga lenta». Al también vicepresidente del Gobierno aragonés le preocupa además «que hay una apuesta brutal por la electrificación pero no tenemos litio ni níquel ni las materias primas necesarias para las baterías y en Europa no nos gusta la minería».

Fondos europeos

Y ante esas incertidumbres, el director general de Stellantis en Zaragoza puso sobre la mesa la necesidad de un plan integral que contemple todas las variables (infraestructuras, incentivos o coste) que van a permitir que ese coche eléctrico se ponga en el mercado.

Para hacer frente al reto de la electrificación, la factoría zaragozana de Stellantis contará con fondos europeos. El Ministerio de Industria ha asignado a la iniciativa que lidera la planta de Opel España en Figueruelas una ayuda de 52,21 millones de euros del Perte (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica) del vehículo eléctrico y conectado (VEC). «No es por casualidad, sino por la eficiencia y el valor que ponemos a todas las ayudas que recibimos», destacó Alonso, que utilizando un símil futbolístico insistió en que el partido todavía no ha acabado. «Ha terminado la primera parte, estamos en el descanso y con posibilidades de ganar el encuentro. Nos queda toda la segunda parte», detalló en referencia a una nueva convocatoria del Perte.

Para la industria auxiliar, que también participa en este proyecto, la asignación de fondos europeos es «una palanca», aunque, como aseguró Alierta, «ha sido una convocatoria complicada», que se ha superado con nota porque «la planta tenía un proyecto que presentar y las auxiliares un proyecto para acompañar», un argumento que compartió también el consejero de Industria, que destacó la complicadísima tramitación que exigen estas ayudas.

El valor del clima social

La plantilla de Opel y sus representantes sindicales fueron también protagonistas en el acto de este martes. Fue primero el jefe de Comunicación y Relaciones Institucionales, José Antonio León Capitán, quien tras repasar la trayectoria de la compañía en Aragón rindió un «sincero homenaje a los 5.200 hombres y mujeres que forman la plantilla». Y lo hizo después el director general, que valoró la responsabilidad de los trabajadores y destacó, ante la negociación del próximo convenio, «se trata de tener responsabilidad y saber cuáles son los límites de la negociación para no poner en peligro la perdurabilidad de la empresa».

Tres visiones sobre una trayectoria de cuatro décadas

José Luis Alonso, Arturo Aliaga y Diego Alierta aportaron a la mesa redonda celebrada en la rotativa de HERALDO diferentes puntos de vista sobre el significado de la presencia de una fábrica de automóviles como la de Stellantis en Zaragoza. Una factoría que ha pasado por vicisitudes diversas en 40 años, la mayoría ensamblando vehículos de la marca Opel y con tres propietarios distintos: GM, PSA y, desde enero de 2021, Stellantis, el grupo surgido de la fusión de la compañía francesa de las marcas Peugeot y Citroën con la ítaloestadounidense de Fiat y Chrysler.

A Alonso, que dirige la planta desde octubre pasado tras sustituir en el puesto a Manuel Munárriz, le ha tocado participar en las celebraciones de las cuatro décadas de historia de la primera compañía por facturación en Aragón, una Opel España (su nombre oficial) cuya instalación en 1982 en Figueruelas supuso un impulso decisivo para el sector industrial en la Comunidad y, como apuntó Aliaga, ha traído aquí cultura de empresa y ha fomentado un diálogo social efectivo en el que los sindicatos han desempeñado un papel fundamental. Como portavoz de la fábrica de Figueruelas, su nuevo director ha demostrado estar al día de su historia y de su herencia, marcada en gran medida por la evolución de un coche superventas como el Opel Corsa.

Diego Alierta, director general de la empresa proveedora Umec, dio voz a la industria auxiliar subrayando la participación de esta en ese ecosistema que nos lleva a una nueva movilidad, fundamentalmente eléctrica. Aliaga, con galones en su trayectoria en el capítulo de Opel desde el Gobierno de Aragón, aseguró que este seguirá apoyando en lo que esté de su mano para que siga siendo un motor de la economía aragonesa.

Pese a hablar a fondo de la situación del sector y del momento que vive la fábrica, José Luis Alonso no quiso desvelar el nombre del segundo modelo eléctrico que se ensamblará en Zaragoza (una versión del Peugeot 208, según todos lo indicios) y mucho menos del tercero (el Lancia Ypsilon enchufable, tal y como se ha publicado). El directivo vigués sorteó amablemente las preguntas al respecto y apuntó que «en los próximos meses» habrá una resolución al respecto, si bien desde la confianza de que el futuro no pinta precisamente mal.

En el evento estuvieron, entre otros, Fernando de Yarza Mopeón, vicepresidente de HERALDO; Mikel Iturbe, director del diario; Eliseo Lafuente, gerente de Medios Regionales, y Sergio Muñoz, director comercial. 

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