La cadena solidaria de clasificación vuelve al Banco de Alimentos de Zaragoza

La entidad ha recogido en la provincia zaragozana solo unos 70.000 kilos, pero espera que los donativos económicos sean elevados. La misma situación se vive en las entidades de Huesca y Teruel.

Voluntarios clasifican los productos este martes en el Banco de Alimentos de Zaragoza.
Voluntarios clasifican los productos este martes en el Banco de Alimentos de Zaragoza.
José Miguel Marco

Esa cadena solidaria de más de una treintena de voluntarios que clasifican los productos donados durante la Gran Recogida volvió a ponerse este martes en marcha en el Banco de Alimentos de Zaragoza tras dos años de parón por la covid. La cinta transportadora que permite seleccionar y separar los distintos artículos se ha instalado en uno de los almacenes de la entidad en Mercazaragoza. Antes de la pandemia este trabajo se hacía a lo grande en la Feria de Zaragoza.

La gran diferencia es que en esta ocasión por la cinta solo pasarán unos 70.000 kilos de paquetes, cajas, botellas y conservas que se han recolectado, según las estimaciones que hace el presidente de la entidad, José Ignacio Alfaro. Una cantidad "muy por debajo" de lo que sería deseable, pero que se espera compensar con el dinero que se recaude en las cajas de los establecimientos, que siguen abiertas a las aportaciones hasta el próximo 3 de diciembre.

"Si tenemos en cuenta la subida del precio de la cesta de la compra el año pasado el kilo se computó a 1,78 euros, por lo que este año será a cerca de dos euros. Estos 70.000 kilos podemos traducirlos en 140.000 euros y nuestro objetivo es recaudar 500.000", calcula Alfaro. No obstante, confía en que los donativos sean elevados y acercarse "lo máximo posible" a ese medio millón de euros.

Pone como ejemplo que solo Mercadona antes de la pandemia venía a suponer un 27% de esta campaña. Este año la cadena solo ha admitido las donaciones monetarias, por lo que confía en que la colecta en metálico "compense" el bajón de los kilos de productos. Sigue apelando a la "colaboración y generosidad de los ciudadanos", ya que esperan un incremento de la atención a las personas necesitadas de un 20% de cara a 2023. Además, hasta el próximo 25 de diciembre también se insta a hacer donaciones ‘on line’.

Mientras tanto, una treintena de voluntarios van a acudir cada mañana a las naves de la organización en Mercazaragoza para completar la laboriosa tarea de clasificación. Los colaboradores se ponen a ambos lados de la cinta transportadora y cada uno se responsabiliza de retirar un producto determinado –como arroz, pasta, latas de conserva–, que posteriormente se meten en cajas y se transportan hacia otra de las naves donde se catalogan en el sistema informático y esperan las estanterías semivacías. El Banco de Alimentos ha fletado un autobús para facilitar los traslados de estas personas.

Por las tardes, otro grupo de cooperantes se encarga de preparar en el almacén los palés que al día siguiente se tienen que ordenar. En el caso de los alimentos recogidos en Calatayud se ha optado porque se entreguen a las entidades directamente desde ahí sin tener que pasar por la capital aragonesa. Alfaro espera que después del puente de la Constitución todo quede perfectamente organizado. Al mismo tiempo que se conocerá si consiguen el dinero que necesitan.

"Es menos de lo esperado"

La coordinadora del Banco de Alimentos de Teruel, Esther Martínez, reconoce que los alrededor de 20.000 kilos que han acopiado es "menos de lo esperado", aunque valora positivamente que la gente siga "aportando su granito" pese a la "incertidumbre" económica actual y "la inflación" que pasa factura a las economías familiares. Su meta es llegar a lograr suficientes fondos económicos para comprar hasta los 70.000 kilos que antes de la irrupción de la pandemia solían alcanzar.

Es pronto para valorar si esta fórmula mixta de recogida funciona o "hay que darle otro enfoque". Hay que esperar a que se hagan las cuentas finales con las aportaciones económicas, que en la provincia de Teruel se pueden hacer hasta el 6 de diciembre. En la capital turolense no necesitan una cinta transportadora, "con el volumen que manejamos nos apañamos rápidamente", concluye Martínez.

Donde sí utilizan este sistema para trasladar la mercancía es en la nave auxiliar del Banco de Alimentos de Huesca. A su alrededor se afanan desde principios de semana una veintena de voluntarios. Su presidenta, Julia Lera, aún no ha hecho un cálculo, aunque "tiene buenas sensaciones" y espera que al final esta Gran Recogida se traduzca en unos 90.000 euros.

La Navidad también llegará a estas organizaciones. Hay colectivos de trabajadores que donan los aguinaldos antaño tan comunes en estas fechas, y empresas y colegios que echan el resto en sus propias recolecciones de productos. El Banco de Alimentos de Zaragoza prevé destinar 22.000 euros a la compra de turrones y otros dulces navideños para que algo de alegría llegue a todas las mesas.

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