Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Investigadoras con las primeras ayudas de la Cátedra Cajal: "Vamos a poder seguir trabajando un tiempo en España"

Nahla Jemni Damer y Maialen Sebastián han recibido este lunes en el Paraninfo de Zaragoza las dos primeras ayudas a la investigación de la Cátedral Cajal creada el pasado abril.

Maialen Sebastián y Nahla Jemni Damer, este lunes, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza
Maialen Sebastián y Nahla Jemni Damer, este lunes, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza
Toni Galán

Nahla Jemni Damer y Maialen Sebastián, de 29 y 27 años, respectivamente, son las dos jóvenes investigadoras que este lunes recibieron sendas ayudas de 40.000 euros cada una, las primeras que concede la Cátedra Cajal de la Universidad de Zaragoza creada el pasado abril, para que puedan desarrollar sus proyectos durante los dos próximos años.

La primera, que trabaja en el Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid, busca un tratamiento para la degeneración macular menos invasivo y más económico que las actuales inyecciones. Sebastián, que pertenece al grupo de investigación Functional Studies in Inmune Disorders de la Universidad del País Vasco, intenta descifrar la genética de la enfermedad celiaca.

Para ambas, estas becas, que no esperaban y para las que fueron seleccionadas entre 260 candidaturas, les permiten quedarse "en España a seguir investigando", que es lo que más desean. Las dos tenían la vista puesta en el extranjero, ya que sus contratos finalizan en breve y la investigación en nuestros país "está muy precarizada" y faltan "contratos postdoctorales", lamentan. Cajal para ellas es un "referente y un ejemplo a seguir" y más cuando piensan en que durante un tiempo el mismísimo premio Nobel tuvo que "autofinanciarse" sus primeros estudios.

Sebastián ha sido seleccionada por el proyecto que tiene por título 'La memoria del ARN: Epitranscriptómica como nexo entre infecciones virales y autoinmunidad' y se encuentra en su último año de doctorado. Su contrato predoctoral acaba en mayo y hasta ahora pensaba que después le esperaba "el abismo", reconoce. "No tenía planeado nada en concreto. Una opción era irme fuera, hace poco estuve en Estados Unidos y me dieron la oportunida de que volver, no dije ni que sí ni que no, porque siempre he preferido quedarme aquí a investigar. Otra posibilidad era echar currículos en la empresa privada y a ver si salía algo en alguna biotecnológica, pero lo que verdaderamente me gusta es investigar en la Universidad", comenta. Ahora siente el "alivio" y la "alegría" de tener por delante dos años para volcarse en llevar adelante su propia idea como investigadora principal.

Jemni Damer estudió optometría y cuando hizo prácticas en baja visión se encontró con la dolencia de la degeneración macular asociada a la edad le "interesó muchísimo", hasta el punto de hacer su master relacionado con la reparación de la retina después de sufrir esta patología. 

Su proyecto se denomina 'Micro-biorreactores implantables de bacterias probióticas para ingeniería y administración 'in situ' de moléculas terapéuticas - Desarrollo de un tratamiento médico novedosa y de alta precisión para la degeneración macular asociada a la edad'. Terminó su tesis el pasado mayo y tiene contrato hasta diciembre. Esta beca le ha caído como agua de mayo. 

"Ya estaba empezando a buscar una salida fuera, mi objetivo era quedarme en España, pero es cierto que entre la financiación precaria y la falta de contratos postdoctorales  me estaba viendo con un pie fuera de mi país. Me hubiese dado mucha pena tener que irme, por estoy super agradecida de haber conseguido esta ayuda que al final me va a permitir quedarme en España realizando mi investigación", subraya.

"Es gratificante que dos mujeres tan jóvenes hayamos llegado tan lejos cuando la ciencia ha estado llena de hombres hasta muy reciente"

El jurado ha señalado que la "originalidad e innovación en las ideas", así como el perfil y curriculum de las dos premiados, han sido decisivos para que se adjudicara esta primera convocatoria de las ayudas a la investigaciñon de la Cátedra Cajal. Y las dos coinciden también en llamar la atención sobre el hecho de que se trata de dos jóvenes científicas en un campo en el que el liderazgo femenino avanza lentamente y se necesitarían entre 20 y 25 años para que las mujeres ocupasen el lugar que le corresponde. "Se agradece que dos mujeres tan jóvenes hayamos llegado tan lejos cuando la ciencia ha estado llena de hombres hasta muy reciente, es muy gratificante", concluye Jemni Damer.

La Cátedra Cajal nació el pasado mes de abril. Creada por la Universidad de Zaragoza junto a la Fundación Hospital Universitari Vall d’Hebron, la Fundación Merck Salud y la Fundación Sociedad Española de Anatomía Patológica, y con Janssen como entidad colaboradora, se marcó como principales objetivos la promoción de la investigación más innovadora en ciencias biomédicas, difundir la vida y la obra de Santiago Ramón y Cajal y de sus discípulos y desarrollar una política de formación práctica de los estudiantes universitarios y de los profesionales de la salud humana.

Está dirigida por Carlos Martin Montañés, catedrático de Microbiología de la entidad académica aragonesa, y cuenta con un Comité Científico presidido por Santiago Ramón y Cajal Agüeras, sobrino biznieto del premio Nobel y catedrático de Anatomía Patológica de la Universitat Autònoma de Barcelona

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