Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Los neurocirujanos del Servet utilizan por primera vez la neuronavegación para paliar el dolor facial

La tecnología quirúrgica que se utiliza para intervenciones de cabeza y columna fue la aplicada para erradicar la dolencia de un paciente que no respondía a los métodos tradicionales.

Un momento de la intervención llevada a cabo en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza
Un momento de la intervención llevada a cabo en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza
Hospital Miguel Servet

La neuralgia del trigémino es un trastorno del nervio del mismo nombre que causa un dolor intenso, agudo, de carácter punzante en una mitad de la cara. En muchos casos, el tratamiento médico, a base de fármacos, suele ser suficiente para solventarlo. Pero en otras ocasiones ese dolor atroz repentino (quienes lo sufren lo describen como una descarga eléctrica en plena cara) debe ser tratado en quirófano.

Los procedimientos quirúrgicos son diversos y con buenos resultados. Los neurocirujanos del Hospital Miguel Servet de Zaragoza operan todos los años a pacientes por este problema. Pero esta pasada semana se enfrentaron a un caso insólito que se resistía a los procedimientos convencionales. “Hace semanas se intentó en quirófano mediante la técnica habitual pero no se pudo acceder a la zona a tratar. Pero como el paciente tenía un intenso dolor valoramos una segunda opción: intervenirlo con el escáner intraoperatorio y neuronavegación, y ha funcionado”, explica Luis González, jefe de servicio de Neurocirugía del Servet y con una gran experiencia en estos casos.

Una de las enfermeras en el quirófano montando el sistema de navegación con O-ARM
Una de las enfermeras en el quirófano montando el sistema de navegación con O-ARM
Hospital Miguel Servet

La incidencia de neuralgia del trigémino es relativamente baja, 4 por cada 100.000 habitantes, por lo que se estima que en Aragón pueden diagnosticarse 53 casos al año. “En un 90% de los casos el dolor se controla con medicación, pero el resto necesita algún tipo de cirugía”, explica Jorge Díaz, también neurocirujano del Servet. “Con la intervención que hicimos, la termocoagulación por radiofrecuencia, el alivio del dolor es inmediato aproximadamente en un 60% de los casos”, indica Díaz, que también intervino en la citada operación.

En este tipo de pacientes se decide la opción terapéutica de forma individualizada según las características de cada persona. Los tres procedimientos quirúrgicos más habituales son la microdescompresión vascular (cirugía intracraneal en la que se descomprime la potencial irritación del nervio por una estructura vascular próxima); radiocirugía (técnica específica de Radioterapia) y la termocoagulación del nervio

Esta última consiste en erradicar el dolor mediante la "coagulación" del nervio trigémino, con la aplicación de calor sobre el ganglio Gasser. Para lograrlo, los neurocirujanos deben introducir una aguja a través de la mejilla y acceder al ganglio Gasser por un único acceso muy pequeño que se denomina el agujero oval. Para ello, se sirven de control radiológico intraoperatorio que les ayuda a guiarse. 

Pero en el caso de este paciente, no fue posible porque había una gran dificultad de acceso al agujero oval y los neurocirujanos optaron por utilizar la tecnología más puntera que hay en el hospital, el escáner intraoperatorio O-arm de Medtronic, en esta ocasión con la utilización de un electrodo específico conectado a un generador de rizotomía (termocoagulación).

Servet 3
Imagen en tiempo real de un momento de la intervención. La circunferencia verde se sitúa sobre el agujero oval y va orientando al cirujano la trayectoria que debe seguir. En el momento de tomar esta foto, está a un milímetro del objetivo que quiere alcanzar.
Hospital Miguel Servet

Para ello, se realizó un TAC pre-operatorio de base de cráneo para localizar el agujero oval y entrar. Ese estudio se vuelca en el navegador que lo almacena en su memoria. Ya en quirófano y a través de unos GPS especiales que se colocan al enfermo, el neuronavegador fusiona las imágenes y ayudado de monitorización intraoperatoria indica el camino más adecuado a los neurocirujanos con una precisión absoluta. El electrodo que debe anular el dolor alcanza su diana con una certeza quirúrgica total. El paciente fue tratado el martes 15 de noviembre en quirófano y al día siguiente se pudo ir a su casa y seguir su vida normal.

En este tipo de intervenciones se realiza un trabajo conjunto de los profesionales de Neurocirugía, Anestesia, Ingeniería Biomédica, Enfermería de quirófano y técnicos de Radiología, que permite el aprovechamiento de una tecnología de última generación que abre el abanico a nuevas posibilidades quirúrgicas.

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