Los médicos aragoneses piden limitar las agendas de Primaria en el medio urbano a 40 pacientes
Las organizaciones sindicales valoran que hay "puntos de encuentro" con Sanidad sobre la reducción de sus tareas burocráticas, pero mantienen la amenaza de huelga.
Los médicos de Atención Primaria consideran que la solución a las demoras en la atención a pacientes, sobre todo en centros del medio urbano, pasa por limitar las agendas de citas a un máximo de unos 40 pacientes, mayoritariamente presenciales. Esta fue una de las propuestas concretas que se abordaron este miércoles en la reunión mantenida por responsables del Salud, a la que no asistió como la consejera Sira Repollés, con representantes de los sindicatos Fasamet y CESM Aragón.
Se trata de una medida en la línea de la que se contempla en el principio de acuerdo que se acaba de alcanzar en Cantabria, donde se plantean agendas ampliables hasta 35 usuarios en determinadas situaciones. Gracias a este acercamiento de posturas los médicos de familia cántabros han desconvocado la huelga indefinida tras cinco jornadas de paro.
"La limitación de las agendas a un número máximo de personas que se puedan atender con garantías en una jornada laboral normal ayudará a solucionar las esperas y redundará en una mejor atención", señaló Merche Ortín, secretaria general de Cems Aragón.
En estos momentos, en algunos ambulatorios los facultativos de familia llegan a ver "hasta 70, 80 o más pacientes". Además de las consultas agendadas, tienen que asumir las urgencias y las visitas a domicilio, aunque también depende de la organización de cada centro de salud. Puso como ejemplo que la tarde del pasado martes los pediatras del ambulatorio de Valdespartera tuvieron que atender a casi medio centenar de niños afectados sin cita previa, en su mayoría por virus respiratorios.
En términos generales la reunión con el Salud rebajó algo la tensión que se ha vivido en las últimas semanas, lo que no quita para que la amenaza de huelga se mantenga "como un último recurso en caso de que la negociación colectiva fracase", indicó Ortín.
En este sentido, valoró que han encontrado en el Salud una "buena disposición" para "hablar" y que, aunque gran parte de las iniciativas tienen aún que ser valoradas por Sanidad en tanto en cuanto suponen un coste económico y llevadas a la mesa sectorial, hay ya algunos "puntos de encuentro".
Uno de los temas en los que se han acercado posturas es la necesidad de "liberar" a los galenos de la "presión burocrática" que soportan. Lo que puede suponer, dijo Ortín, que se tengan que implementar las plantillas del personal que asuma estas tareas. Hace unos días Sanidad ya confirmó que está trabajando para que desde los hospitales los facultativos puedan dar de baja a los pacientes ingresados y evitar así que los familiares del enfermo tengan que acudir al médico de cabecera para que les haga las gestiones.
La Administración, según Ortín, también está dispuesta a estudiar una actualización de las retribuciones fijadas en un acuerdo de 2007 para cuando tienen que doblar su consulta o prolongar la jornada unas horas para asumir el cupo de pacientes de un profesional que está ausente.
Por otra parte, los delegados de los sindicatos sanitarios de Aragón (de personal médico CEMS Aragón y Fasamet y de enfermería Satse) se concentran este mediodía frente a las Cortes de Aragón para reclamar el desbloqueo de la carrera profesional, paralizada desde hace más de 10 años, y que se incluya en los presupuestos de 2023 que se están tramitando.
Urgencias del Servet, saturadas
Mientras, las urgencias hospitalarias siguen sufriendo una alta presión. CSIF denunció la saturación del servicios del Miguel Servet de Zaragoza con pacientes en cama en la sala de espera de vitales que habitualmente es para los familiares. En el último mes ha venido superando las 440 y 450 atenciones diarias. Desde la central sindical señalaron que aunque la plantilla se ha reforzado están "desbordados".
