Sanidad en el medio rural: "El problema es que somos todos mayores y ya no tenemos coche"

Los vecinos de Tormón tienen a 36 kilómetros el centro de salud de Villel, pero el desplazamiento hasta allí cuesta 57 minutos debido a las tortuosas carreteras existentes en esta parte de la provincia turolense.

Josefa, segunda por la derecha, junto al alcalde -Faustino Archilaga- y dos vecinos de Tormón
Josefa, segunda por la derecha, junto al alcalde -Faustino Archilaga- y dos vecinos de Tormón
J. Escudero

 Si no fuera por el voluntarismo y la implicación del médico de Familia de Tormón, Carlos Matamala, los vecinos de este pequeño municipio turolense no tendrían nada fácil el acceso a los recursos sanitarios. A 36 kilómetros de su centro de salud, en Villel, el desplazamiento hasta allí cuesta 57 minutos debido a las tortuosas carreteras existentes en esta parte de la provincia.

Pero no es ese el único problema. La mayoría de los 31 vecinos censados tiene más de 65 años y muchos de ellos ya no conducen. Para ir al centro de salud tienen que llamar a un taxi, pedir ayuda a un familiar o un amigo que tenga coche o esperar a desplazarse los martes y miércoles, cuando pasa el autobús de línea regular.

"El problema es que somos todos mayores y ya no tenemos coche; sabe mal estar siempre pidiendo favores", enfatiza Josefa López Delgado, vecina de Tormón. Estos días debería acudir a Villel para vacunarse de la gripe y la covid, pero Matamala ya ha organizado todo para que sean los enfermeros los que acudan a Tormón y pongan las inyecciones a Josefa y a unos cuantos vecinos más.

De lo que no se libran es de viajar hasta Villel para hacerse análisis de sangre periódicamente. "Es un jaleo, la verdad, no es nada cómodo acudir al centro de salud y habría que buscar alguna solución, porque está lejos", estima Josefa. Señala que para poder desplazarse con el autobús hace falta que la visita del médico o del enfermero coincidan con el día en que pasa el transporte público, "algo que no siempre ocurre".

El alcalde de Tormón, Faustino Archilaga, opina igual. Por ello, valora muy positivamente que en El Cuervo, a 16 kilómetros -30 minutos en coche-, exista un Punto de Atención Continuada (PAC) en el que encuentran asistencia sanitaria por las tardes y los fines de semana. "Ese recurso es para nosotros imprescindible, porque está más cercano", asegura.

En la vecina localidad de Alobras la situación es muy similar, pues sus 62 habitantes comparten con los de Tormón las infames carreteras hasta el centro de salud de Villel, en esta ocasión a 48 kilómetros y en cuyo trayecto se invierten 51 minutos. El alcalde, Luis Carlos Valero, reclama la mejora de las vías de comunicación. "Las carreteras son horrorosas. Tienes que imaginarte que hay doble carril, porque no está señalizado y si te cruzas con otro vehículo, mejor tener suerte y que sea un turismo, porque si se trata de un camión cargado de leña, puede pasar cualquier cosa", se queja.

Consciente de la situación, el médico Carlos Matamala lleva medicamentos a sus pacientes de Tormón, Alobras y Veguillas -su área de actuación- y resuelve él mismo gran parte del papeleo y de las gestiones que a veces deben realizar los pacientes, evitándoles viajes a Villel. El facultativo se rebela cuando alguien sugiere que en el medio rural hay menos trabajo que en la ciudad. "No es cierto que aquí sea más sencilla la labor del profesional. También vivimos situaciones de estrés ante casos graves en localidades donde el médico es el único sanitario disponible a muchos kilómetros a la redonda". Por supuesto, se suma a la reivindicación de los alcaldes para que arreglen las carreteras.

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