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La subida de la calefacción y la luz amenaza con cerrar en invierno alojamientos rurales

Represantes del sector en la Comunidad alertan de una situación límite durante los próximos meses. Algunos negocios no abrirán y otros ajustarán la temporada a la demanda para lograr rentabilidad.

En la parte de arriba, Piedad López y Ramón Vicente. Debajo, de izquierda a derecha, Reme Cerezo y Juan Ciércoles.
En la parte de arriba, Piedad López y Ramón Vicente. Debajo, de izquierda a derecha, Reme Cerezo y Juan Ciércoles.
Macipe/Heraldo/A.G.

La inflación y los altos precios de la energía también están poniendo en jaque a los alojamientos rurales. Los gastos de calefacción se van a duplicar y los propietarios de pequeños hoteles y casas ven insostenible abrir sus establecimientos este próximo invierno si solo los tienen ocupados los fines de semana o en las fechas navideñas más señaladas. Algunos han tomado ya la decisión de parar. Otros valoran reducir las horas que tienen encendida la caldera arriésgandose a perder clientes.

"Para caldear una casa para un fin de semana se enciende la calefacción con antelación ya el jueves o el viernes a primera hora, y a veces es solo para una pernoctación, la noche del sábado al domingo. Con el precio actual del gasóleo no sale rentable", explica Jesús Marco, presidente de Faratur (Federación Aragonesa de Turismo Rural). Para este puente de Todos Los Santos ya ha habido viajeros que la han reclamado. A esta disyuntiva se enfrentan sobre todo los propietarios de negocios de comarcas "alejadas de la órbita de la nieve y de alta demanda" y que registran ocupación "solo algunos fines de semana". También los hay que se plantean abrir solo en Navidad, siempre que sea para estancias largas que les garanticen rentabilidad.

Los alojamientos rurales que disponen de suelo radiante, señala Marco, aunque son los menos, tienen que hacer frente a la disparada factura eléctrica. Las casas que cuentan con placas solares tampoco ven solucionado de todo el problema. "Hay que tener unas buenas instalaciones para no depender de la calefacción tradicional –apunta el presidente de Faratur–. Los acumuladores vienen a garantizar el confort varias horas por la noche, pero no todas".

Desde Faratur, que agrupa a unas 1.200 viviendas de turismo rural de las alrededor de 1.700 que existen en la Comunidad, se está intentando negociar una rebaja de los precios con las compañías suministradoras de gasoil.

Merma de la oferta

Este pasado puente ya se ha notado una merma de la oferta porque algunos cierran al acabar la campaña estival, indican desde la Asociación de Turismo Verde de Huesca, con 655 establecimientos y 5.000 plazas. Según la responsable de Información y Reservas, Silvia Manzanera, los que optan por descolgarse en los meses más crudos del invierno están en zonas alejadas de la influencia de las estaciones de esquí. Aquellos alojamientos que viven del cliente de la nieve sí hacen un esfuerzo por dar servicio pese al incremento de precios, y repercutiéndolo, "aunque es una revisión de precios básicos". Recuerda que Huesca es una de las provincias más baratas. "Un alojamiento completo con todos los equipamientos y dos habitaciones puede costar 70 o 75 euros por noche", comenta. Eso sí, debido al coste de la calefacción, el invierno ya se considera temporada alta en algunos lugares.

Hay pueblos de apenas una decena de habitantes donde si no es un negocio estrictamente familiar, incluso cuesta encontrar quién limpie el alojamiento en invierno.

La calefacción supone un menor coste cuando las estancias son largas, porque lo más caro es arrancarla en una casa que lleve días cerrada. En la parte positiva, Silvia Manzanera dice que ya está gestionando reservas de una semana completa para las vacaciones de Navidad, "y en otoño estamos recibiendo peticiones de muchas estancias largas, de más de cuatro noches", que ella atribuye al coste de combustible. "Como la gasolina está tan cara, si vienen de lejos se quedan más días", dice.

El alza de precios y principalmente el sobrecoste energético preocupa en general a todo el sector hotelero, "desde los alojamientos de cinco estrellas a los pequeños", afirman desde la Asociación Provincial de Turismo de Huesca.

Esther Cereza, con cuatro apartamentos de turismo rural en Montanuy, lleva dos años cerrando en enero y febrero y aprovechando para cogerse las vacaciones. "Me centro en alargar la temporada en primavera y otoño, cuando los costes son más parecidos a los del verano. Además, el invierno es más flojo en zonas alejadas del esquí. En Carnaval puedes alquilar dos noches y si la previsión del tiempo no es buena, te pueden anular a última hora con la calefacción ya encendida". No obstante, precisa, son negocios flexibles, y familiares, que pueden dar servicio de un día para otro si llega una buena oferta.

La caldera de biomasa le va a salvar el invierno a Marta Aínsa, que gestiona dos casas rurales en Codo. "El año pasado compramos un camión de combustible y todavía estamos tirándolo de él. Sí hemos comprobado que el orujillo y los pellets se han encarecido, pero no tanto como el gasoil". Desde julio las tiene reservadas para el puente de La Inmaculada. Los meses que vienen son "temporada alta" en este pueblo del Campo de Belchite, "punto de encuentro de familias y amigos".

Los hosteleros de Teruel no ocultan su inquietud por la situación. "Estamos temblando, porque en 15 días va a llegar el frío y habrá que encender las calefacciones; eso supondrá un aumento terrible de los costes", advierte el presidente de la Asociación de Empresarios Turísticos de la provincia, Roche Murciano. "O subimos el precio de las habitaciones o a muchos hoteles y casas rurales no les va a merecer la pena abrir las puertas", afirma.

Piedad López, Bijuesca: "Las cuentas no salen, de 550 euros de un fin de semana se te van casi 200"
Piedad López y Ramón Vicente.
Piedad López y Ramón Vicente.
Macipe

Desde que hace ya 25 años Piedad López y Ramón Vicente pusieron en marcha la casa rural Manubles en Bijuesca siempre la han ofrecido en invierno, aún a sabiendas de que iba a estar ocupada escasos fines de semana. Este año han hecho números y prefieren cerrarla hasta Semana Santa. "Las cuentas no salen, de un fin de semana que puedes sacar unos 550 euros se te van casi 200 en calefacción y electricidad, y si lo tienes que repercutir en el precio al cliente no resulta competitivo", explica esta mujer que compatibiliza este alojamiento con su trabajo habitual.

Antes de las fiestas del Pilar tuvieron los últimos clientes, este puente ha permanecido vacía y así seguirá hasta abril. "Además, estas navidades Nochevieja y Año Nuevo caen en fin de semana y la gente que ha llamado hasta ahora solo está interesada en dos días, una estancia demasiado corta para sacarle rentabilidad". La vivienda, que rehabilitaron tras adquirirla cuando llegaron a este pueblo procedentes de Zaragoza, tiene 14 plazas y dos comedores que en los meses estivales suelen alquilar por habitaciones (seis en total). "Este verano hemos trabajado bastante bien, no se ha notado el incendio".

Reme Cerezo, Tamarite de Litera: "Al final abriremos pero con otras condiciones para no perder dinero"
Reme Cerezo, en la puerta de su casa rural.
Reme Cerezo, en la puerta de su casa rural.
Heraldo

Reme Cerezo puso en un plato de la balanza el alto coste de la luz y la calefacción y en otro, la escasez de alojamientos en la localidad. Al final, se decantó por mantener abierta su casa rural de Tamarite de Litera, "uno de los pocos negocios de agroturismo que hay en Aragón", eso sí, "cambiando las condiciones para no trabajar a pérdidas". Esta empresaria, que combina la actividad con la ganadería y la agricultura, solo aceptará estancias más largas y ha tenido que subir el precio mínimamente para repercutir la factura energética.

"En Nochevieja, por ejemplo, un mínimo de 3 noches. Hay que calentar la casa y lo que más cuesta es poner en marcha la calefacción para que cuando lleguen los clientes esté caldeada. En invierno tenemos niebla y cinco grados bajo cero".

En verano, pese a no ser una zona muy turística, llena julio y agosto y el resto del año, ocupa la vivienda 30 o 40 días, para puentes, Semana Santa o sábados y domingos. Aunque se planteó cerrar los meses más fríos por el coste energético, dice que "hay que estar al pie del cañón". "Es un servicio más del pueblo y perderíamos todos porque apenas hay alojamientos".

Juan Ciércoles, Valderrobres: "Cerraremos varios días en enero; la subida energética se nos come"
Juan Ciércoles, en uno de los hoteles que gestiona. a. G./BK
Juan Ciércoles, en uno de los hoteles que gestiona. a. G./BK
A. G./BK

Juan Ciércoles bajará la persiana de su pequeño hotel de Valderrobres Fuente del Miro después de las fiestas navideñas y no volverá a subirla hasta finales de enero. Cree que será la única forma de evitar que el coste de la calefacción se lleve las ganancias de su establecimiento, con 20 habitaciones, en un mes marcado por el frío y por una menor demanda turística.

"El precio de la luz se ha multiplicado por tres y el del gas, por dos; eso es inasumible para un establecimiento pequeño. La subida energética se nos está comiendo", lamenta Ciércoles. Explica que en invierno no faltan los huéspedes en fin de semana, pero en los días laborables la demanda no está asegurada. "No puedo tenerlo todo apagado para ahorrar y encenderlo de repente los sábados", subraya. Con pesar, ha cerrado ya para esas fechas su publicidad en el buscador Booking y ha comunicado a los 14 trabajadores que el próximo enero se convertirá para ellos en un mes vacacional.

Ciércoles, que gestiona otros cuatro hoteles, si bien de mayor tamaño, confía en que, de cara a la próxima primavera, los precios de la energía hayan bajado. "Ojalá sea porque ha acabado la guerra en Ucrania", subraya.

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