sanidad

Las agresiones a sanitarios en Aragón crecen un 12% en el último mes y ya alcanzan las 342 en este año

El sindicato CSIF reclama más personal ya que en todo Aragón apenas hay diez centros de salud con vigilantes de seguridad.

Analia Rueda, enfermera del centro de salud de Tauste, este viernes, leyendo el manifiesto de la plantilla del centro de salud de Tauste
Analia Rueda, enfermera del centro de salud de Tauste, este viernes, leyendo el manifiesto de la plantilla del centro de salud de Tauste
Noeli Barceló

Las agresiones a sanitarios siguen al alza como se ha comprobado con los recientes casos de Tauste y Casetas. Según los datos facilitados por el Departamento de Sanidad en la mesa técnica celebrada este martes con los sindicatos, de enero a septiembre de este año se han producido 342. Suponen un 12% más que el mes anterior y un 14% adicional en comparación con 2021. Estas cifras preocupan y mucho. Por ello, desde el sindicato CSIF reclamaron, de nuevo, más medidas de seguridad para los sanitarios.

"Los profesionales se sienten indefensos y vulnerables. El número de agresiones continúa creciendo y no vemos que la Administración esté tomando medidas suficientes para afrontar esta situación. Es urgente dotar de más medidas de seguridad para frenar las agresiones", afirmó Jessica Fessenden, enfermera y responsable de Prevención de Riesgos Laborales de CSIF Aragón. Apuntó que solo diez centros de salud tienen vigilante de seguridad y todos ellos se encuentran en la ciudad de Zaragoza, "ninguno en el medio rural".

Las cámaras de seguridad tampoco están generalizadas. De hecho, estas mismas fuentes indicaron que apenas hay cinco en toda la Comunidad. Por ello, reclamaron cámaras y vigilantes en todos los ambulatorios, además de completar la instalación del botón del pánico. También consideraron necesaria una mejor organización del personal y un aumento de plantillas puesto que muchos ataques "se producen por situaciones de tensión y largas esperas de los pacientes".

La mayoría de las agresiones se han producido en el sector 3 de Zaragoza (95), seguido de Huesca (68) y del sector 1 (50) y 2 (46) de la capital aragonesa. Más de un tercio de los atacados eran enfermeros, mientras que un 24,56% ejercían la medicina. De hecho, son más comunes (62,57%) en el ámbito hospitalario que en el ambulatorio y las sufren principalmente (48,24%) profesionales de media edad, es decir, de entre 35 y 55 años.

A consecuencia de estas agresiones, nueve sanitarios han tenido que cogerse una baja por accidente laboral. Un celador llegó a estar 42 días en su casa después de que un paciente psiquiátrico del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa le agrediera en la espalda, cabeza y tronco. Por su parte, una técnico de cuidados de enfermería del San Jorge, en Huesca, estuvo 39 tras llevar a cabo una contención mecánica.

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