Despoblación

La mitad de los turolenses han tenido que irse de la provincia en busca de oportunidades

Los agentes sociales rechazan el victimismo que les imputó Sánchez y le reclaman más inversiones. Las ayudas del Gobierno a las empresas quedan lejos de lo avalado por la UE para atraer población.

El proyecto de red de calor preveía abastecer a 5.000 viviendas, entre casas particulares y equipamientos públicos.
Panorámica de Teruel.
Jorge Escudero

La mitad de las personas que nacen en Teruel terminan abandonando la provincia. En concreto, de los 174.602 turolenses que actualmente viven en el país, 85.552 (el 49%) residen fuera de su lugar de origen, según las estadísticas del INE. Los datos contrastan con otros como los de Zaragoza, donde la cifra se queda en el 17,5%, y confirman la falta de oportunidades de un territorio que sigue reivindicando el apoyo de las instituciones. La mejora de las infraestructuras, servicios básicos como la banda ancha de internet o políticas contra la despoblación son las principales peticiones de los agentes sociales, que rechazan el papel "victimista" que les imputó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que le piden llevar al máximo las prometidas ayudas a las empresas y no descartar a la España vaciada de la carrera por la Agencia Espacial.

"No creo que seamos victimistas", comenta José Antonio Guillén, vicepresidente de Cepyme Aragón. "Teruel es un ejemplo de resiliencia, con lo regular que nos ha ido siempre, aquí seguimos de pie", defiende convencido de que la provincia "solo necesita un pequeño impulso" para normalizar su situación. Y el principal problema sigue siendo el demográfico. Desde 2009 ha perdido más de 12.000 habitantes (un 8,4%), hasta los 134.360.

Su densidad de población apenas alcanza los 9 habitantes por kilómetro cuadrado, con un peso demasiado abultado de los mayores de 64 años (24,1%). Hasta 93 pueblos de la provincia tienen menos de 100 habitantes y nueve de cada diez tienen menos de mil. Y no solo porque la natalidad siga por debajo de la media, sino porque muchos -tantos como la mitad de los turolenses-, deciden buscar oportunidades fuera.

Según los datos del INE, solo cuatro provincias tienen más emigrados que Teruel, con datos muy similares: Ávila (51,2%), Zamora (50,9%), Cuenca (48,6%) y Soria (48%). En el caso aragonés, el destino preferido es Zaragoza, donde residen 26.131 turolenses, seguido de Cataluña, con 24.218 y de la Comunidad Valencia, con 22.319.

En consecuencia, la mano de obra escasea. Según un estudio de la CEOE, las empresas de la provincia precisan 4.000 trabajadores para cubrir sus necesidades. Hasta el punto que el 74% de los negocios preveía contratar en 2022 y no encuentra candidatos.

De ahí la presión que está ejerciendo la provincia por elevar al máximo las ayudas para bonificar los costes laborales prometidas por el Gobierno central. "Las empresas no somos los beneficiarios, somos el vehículo para trasladarlas al territorio", defiende Guillén, que recuerda que cuentan con el aval de la UE porque "no rompen la libertad de mercado ni amenazan a otros territorios".

13.000 autónomos excluidos

Europa permite bonificar hasta el 20% de todos los costes laborales, pero a la espera de la publicación definitiva, la Moncloa solo prevé aplicar la ayuda a las cotizaciones por contingencias comunes. Y entre una y otra hay un gran trecho. "La primera valoración es positiva, porque hemos conseguido modificar un reglamento europeo y que se reconozca un hecho diferenciador. Pero somos pesimistas por las cuantías que se están barajando para su implementación", señala Juan Carlos Escuder, presidente de la Asociación de Autónomos de Teruel.

Este colectivo aglutina a cerca de 13.000 profesionales, esenciales en el desarrollo de un territorio de pequeños negocios, que sin embargo se podrían quedar fuera de las ayudas. "Si no hacemos que sean contundentes, no contribuirán al desarrollo regional y a la cohesión, deben tener un efecto incentivador", reivindica Escuer, que también huye del victimismo. "Yo no quiero decir que aquí no hay futuro, aquí hay potencial, algunos pequeños indicadores apuntan a que hemos tocado suelo y empieza a haber algún brote verde", asegura.

Pero más allá de las ayudas a las empresas, Teruel reclama otro tipo de inversiones para hacer atractiva la provincia. "Más importante que pequeñas reducciones fiscales sería ofrecer mejores servicios en las zonas rurales", propone Vicente Pinilla, director de la Cátedra DPZ Despoblación y Creatividad. A su juicio, la situación del ferrocarril es "indignante", pero advierte de otras carencias. "Son básicas las infraestructuras digitales que faciliten a las empresas su trabajo", apunta. En este sentido, la cobertura de banda ancha ha mejorado en los últimos años, pero todavía no llega al 41% de los turolenses, frente al 9,3% de Zaragoza.

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