sanidad

"Tras casi tres años, mi madre cree que ya no la van a operar"

Begoña, la madre de Maite, está pendiente de una intervención en el Clínico desde el 5 de febrero de 2020.

Imagen de archivo de una operación en un quirófano en el Hospital Clínico Lozano Blesa.
Imagen de archivo de una operación en un quirófano en el Hospital Clínico Lozano Blesa.
Guillermo Mestre

Más de cinco años lleva Maite Garcíaacompañando a su madre Begoña de médico en médico. "Tardaron dos años en atenderla en Neurocirugía y cuando finalmente le dieron cita para hacerle una estenosis de canal modular (estrecharle el espacio por donde pasa la médula espinal y las raíces nerviosas), llegó la pandemia", explica Maite. Fue un 5 de febrero de 2020. El facultativo que la atendió, recuerda, le dijo que lo ponía como preferente y que en seis meses la operarían en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.

Poco más de un mes después, se decreto el estado de alarma. "Entendimos que era complicando y que había que ser comprensivos con la situación;pero ahora llevamos casi tres años", lamenta. Por ello, desde que pasó el primer año, cada cierto tiempo presenta una reclamación en Atención al Paciente y también lo ha hecho al Justicia de Aragón. En ambos casos, sin respuesta por parte del Departamento de Sanidad. "En este tiempo, la salud de mi madre, que tiene 76 años, ha empeorado. Ha pasado de tener una vida relativamente autónoma a llevar bastón porque casi no puede andar y tener un dolor tremendo todo el día", señala. De hecho, piensa que "ya no la van a operar".

Para intentar paliarlo, pidió que la derivaran a la unidad del dolor, pero tras "año y pico" en lista de espera, todavía no han podido acceder al servicio. De hecho, es tal la "desesperación" e "indefensión" que viven, que acudieron al sector privado para que la trataran. "Con el deterioro sufrido, los tratamientos que le han puesto no le han hecho efecto", lamenta, al tiempo que señala todas las consecuencias morales que está teniendo en su madre. "Día tras día tiene dolor y no ve ninguna solución", resume. Cuando ya no puede más del dolor y, con "muchísimo esfuerzo", acude a urgencias, "le ponen un inyectable y la mandan a casa".

Su problema no acaba ahí. Begoña también está pendiente de que le pongan prótesis en ambas rodillas. "Nos dijeron que no podía estar en ambas listas de espera, por lo que cuando la operaran de la columna, la meterían en la de Trauma", explica su hija. Ahora, casi tres años después, "ni la han operado de una cosa ni de la otra". Tras una reclamación en junio de este año, la incorporaron también a la lista de espera de Traumatología, que en el Clínico aglutina a 711 pacientes, mientras que en Neurocirugía son 623.

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