sanidad

Oposición de enfermería en Aragón: "Hay nervios. Con los turnos es complicado organizarse para estudiar"

Hasta 5.889 enfermeros se han presentado este domingo para aspirar a una de las 1.287 plazas que se ofertan. La gran afluencia en algunas sedes ha hecho necesario habilitar aulas extra.  

Oposiciones de enfermería, este domingo, en un aula de la Facultad de Derecho.
Oposiciones de enfermería, este domingo, en un aula de la Facultad de Derecho.
Francisco Jiménez

Como si de un día de clase se tratara. Así se encontraba este domingo a primera hora de la mañana el campus de San Francisco de la Universidad de Zaragoza, una de las sedes en las que se ha celebrado la oposición de enfermería. Desde antes de las 9.00 -la prueba estaba convocada a las 10.00- el ir y venir de enfermeros aspirantes a una de las 1.287 plazas era constante, al igual que los corrillos alrededor de la Facultad de Derecho, donde se han habilitado 11 aulas. Finalmente han acudido 5.889 opositores de los 7.707 inscritos, unos datos que fueron calificados por los sindicatos como "muy buenos". De hecho, ha sido tal la afluencia que, según apuntaron desde Satse, ha sido necesario habilitar un aula más en la Facultad de Medicina de Zaragoza, "ya prevista por si se daba esta circunstancia" y también en Huesca. Debido a ello, en esta segunda, la prueba ha comenzado alrededor de 15 minutos tarde. 

"Hay nervios", ha reconocido Javier Martínez, que se presentaba por primera vez. Este joven terminó hace un año la carrera y desde entonces no ha dejado de trabajar. Hacerlo a jornada completa y en un hospital ha dificultado sus tiempos de preparación. "He estado apuntado a una academia. Te marcan horarios y objetivos pero es complicado porque en el trabajo rotas de mañana, tarde y noche y, además, te van cambiando turnos", ha explicado. En su caso, al llevar poco tiempo, los horarios son todavía "más inciertos": "Vas mes a mes". Aun así, ha ido sacando huecos para esta primera "toma de contacto". "La gente que saca plazas son los que se han presentado más veces", ha detallado. 

Junto a él, su compañera durante la carrera, Aitana Roldán tampoco se ha mostrado muy esperanzada de conseguir plaza. De hecho, no es su objetivo prioritario, ya que lleva desde marzo preparándose para el EIR, que se celebrará a principios de año. "Tengo nervios, pero son buenos porque son por las ganas de ver cómo lo llevo", ha aseverado, tras destacar que en función de los resultados se reorganizarán los siguientes meses de estudio. 

Más esperanzas tenía Paola Oliver antes de entrar al examen. "Vengo un poco nerviosa, ya que en las anteriores ya conseguí aprobar, pero me quedé sin plaza", ha reconocido esta joven, que ha compaginado durante los últimos meses la preparación de la oposición y su especialización en Enfermería Familiar y Comunitaria. "Aunque no puedas ir 8 horas a la biblioteca, es clave dedicarle algo de tiempo todos los días", ha apuntado. 

Beatriz Moros también sabe lo que es aprobar y quedarse sin plaza: "Da rabia". Le ocurrió en la anterior convocatoria y este domingo se ha enfrentado a su cuarto examen. No obstante, en esta ocasión, no se muestra muy esperanzada, ya que aunque ha ido a academia ha estudiado "poco". Tampoco se ha podido preparar en exceso su compañera Inés Morillas: "Con dos hijas y el trabajo es complicado". En la anterior, solo se dejó de estudiar la legislación y se quedó a tres décimas de aprobar. "Vengo a probar suerte. La tranquilidad y la falta de nervios a veces ayuda a contestar más preguntas", ha resumido.

Puntualmente, a las 9.30, se han abierto las puertas para que los aspirantes pudieran acceder a los edificios y, aunque con un poco de caos al principio, se han ido distribuyendo en filas para ir entrando al aula que les correspondía. Besos, abrazos y muchos deseos de buena suerte se repitieron en los minutos previos al inicio de la prueba. Y ya con el bolígrafo, el DNI y en algún caso una botella de agua en la mano, se han ido sentando en sus puestos para empezar la prueba que podría darles una plaza de por vida en el Salud. 

 Los exámenes también se han desarrollado en el aulario B de Medicina, donde se ha habilitado 12 aulas y la biblioteca, y en los edificios Ada Byron, Torres de Quevedo y Betancourt del campus Río Ebro. En total, en Zaragoza estaba previsto que se presentaran 6.305 candidatos. En Huesca, están inscritos 758 para ir a la Escuela Politécnica Superior y en Teruel los 644 aspirantes se iban a dividir entre la Universidad Politécnica y la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. De las 1.287 plazas ofertadas, 1.024 se corresponden con el turno libre, 174 para promoción interna y el resto se reparte entre discapacidad, violencia de género y víctimas del terrorismo, entre otros.

Se trata de la primera oposición de enfermería que se lleva a cabo desde que se inició la pandemia, puesto que el anterior examen se celebró en 2019. Entonces se presentaron 4.370 personas para 366, mientras que solo un año antes se llevó a cabo el mayor proceso selectivo de la Comunidad en esta categoría, con 10.295 enfermeros para 861 vacantes.  

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