Francisco Serrano: "España no está en el epicentro de esta crisis. Esta es más liviana que la de 2008"

"Somos prudentes y eso implica también no ser excesivamente catastrofistas", apunta el presidente de Ibercaja.

Francisco Serrano, en las oficinas centrales de Ibercaja.
Francisco Serrano, en las oficinas centrales de Ibercaja.
Guillermo Mestre

La inflación está disparada y se prevén meses difíciles. ¿Cree que tendremos una recesión?

La única certidumbre que hay, que hemos tenido a lo largo de este año, es la incertidumbre. Todavía la hay porque hay una guerra provocada por la agresión rusa a Ucrania, y eso evidentemente genera mucha tensión geopolítica y una crisis energética muy seria. Pero creo que es necesario contextualizar. Quizás hay un ambiente excesivamente catastrofista. Hay que ver cómo han sido las anteriores crisis y cómo es esta. La de 2008 fue muy intensa y muy larga. Había muchos desajustes en la economía española, una gran burbuja inmobiliaria que se pincha y se produce la destrucción de 3 millones de empleos. Eso es tremendo. Y se tarda 10 años en salir, en recuperar el PIB perdido, desde 2008 hasta 2018. Después tenemos la crisis de la covid, esta de origen exógeno, la pandemia, muy intensa pero corta. ¿Y cómo es esta? Una de las cosas que tenemos que decir es que España no está en el epicentro de la crisis. Estamos poco expuestos a inversiones en Rusia, en Bielorrusia, y de acuerdo con todas las previsiones que se manejan a día de hoy España el año que viene va a crecer entre el 1% y el 2%. Y además se va desacelerar la creación de empleo, pero no va a haber una destrucción de puestos de trabajo como en 2008. Por tanto, nosotros lo que vemos y es un poco consenso de las previsiones, es que es una crisis más liviana, más corta que la de 2008. Por eso somos prudentes y eso implica también no ser excesivamente catastrofistas.

Para la recuperación de la crisis causada por la covid se contaba con la llegada de fondos europeos, pero están tardando mucho en llegar y la nueva crisis los hace más necesarios.

Tenemos una oportunidad histórica porque los fondos representan una cantidad muy relevante, 70.000 millones de euros a fondo perdido y otros 70.000 millones en forma de préstamo. Es decir, 140.000 millones para la economía española. Muy mal lo tendríamos que hacer para que no se note. La oportunidad es histórica para poder dar un salto de modernización, de digitalización, de sostenibilidad en el país. Es verdad que se generaron unas expectativas –y nosotros las teníamos– de un apoyo rápido y no se han cumplido. Pero es preferible gastar bien o invertir bien que invertir deprisa. A mí lo que me gustaría es que los fondos se destinen a proyectos que realmente sean innovadores, transformadores, que permitan a España dar un salto y que no se destine por prisas a proyectos que hubiésemos hecho de todas formas.

Para atajar la crisis el Gobierno anunció un impuesto a la banca que ha puesto al sector en el foco. ¿Cómo lo interpreta?

Ibercaja nunca ha sido un problema y siempre ha aportado soluciones. No fue un problema en la crisis financiera de 2008, cuando no recibió ayudas públicas y absorbió Caja 3, de cuyo rescate aportó 500 millones de euros. Además, para el conjunto de la estabilidad del sistema financiero, en el fondo de garantía de depósitos de la Sareb, aportó más o menos en estos años otros 500 millones. Por tanto, Ibercaja ha sido parte de la solución. En la crisis de la covid, exactamente igual. A través de Ibercaja hemos podido estar cerca de nuestros clientes para atender sus necesidades y cubrirlas. Y en este momento va a pasar igual porque Ibercaja ha sido siempre un banco muy resiliente, con gran capacidad de adaptación a los tiempos. Lleva 145 años arrimando el hombro y contribuyendo a la redistribución de la riqueza. El 100% de nuestro beneficio se dedica a la atención social, a la asistencia social y al fomento del desarrollo socioeconómico.

Ven el impuesto inoportuno.

Se ha dicho de todo del impuesto, nuestro consejero delegado dijo que es injusto y desproporcionado y es así. Además, la fundamentación para hacerlo es particularmente desafortunada. El sector está hablando con el ministerio.

¿En ese diálogo con el Gobierno hay alguna posibilidad de que se retire la tasa?

A fecha de hoy vemos una voluntad muy decidida del Gobierno de establecer el impuesto, a pesar de la oposición de Fedea, de la asociación europea de bancos y cajas de ahorros o desde otros ámbitos doctrinales, que han manifestado los posibles visos de inconstitucionalidad y de legalidad.

¿No hay un miedo reputacional en el sector si se recurre?

En 2008 el sistema financiero estaba débil y era difícil que pudiese aportar soluciones. Pero en estos años ha establecido procedimientos, circuitos, para estar muy cerca de las situaciones de vulnerabilidad, de los clientes que pudiesen estar pasando dificultades. En este sentido, yo creo que es una polémica que carece de justificación. Y el hecho de que la prestación patrimonial que el Gobierno establezca se aparte de lo que dice nuestro ordenamiento jurídico no se debería ver como un deshonor. Y claro, si se establece un impuesto, una prestación, que se ajuste con el ordenamiento jurídico evidentemente la vamos a acatar, como no puede ser de otra forma. 

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