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Unos 250 sanitarios de Aragón recibieron permiso para una segunda actividad, 122 en consultas privadas, en la primera mitad del año

Lambán achaca a la falta de personal el retraso en las consultas y los médicos se ofrecen a hacer peonadas.

Entrada a un centro de salud en Zaragoza.
Entrada a un centro de salud en Zaragoza.
Oliver Duch

De enero a junio de este año, el Gobierno de Aragón ha reconocido la compatibilidad para una segunda actividad de unos 340 empleados públicos, de los que unos 250 son sanitarios. De ellos, la mitad compatibiliza el trabajo con la docencia y el resto, con consultas privadas. Son personal tanto de centros de salud como de hospitales y corresponden a cualquier tipo de especialidad, incluidas fisioterapeutas y matronas. La mayoría están durante la mañana en la pública, mientras que por la tarde, generalmente dos o tres horas, atienden en la privada. También hay casos más extremos en los que llegan a compatibilizar una jornada de 8.00 a 15.00 en un centro del Salud para después, dos o tres días a la semana, estar de 15.30 a 21.00 en la privada. 

Esta situación se produce en medio de un importante déficit de sanitarios que acaba lastrando las demoras de Atención Primaria y, para solucionarlo, los médicos proponen a la Administración que implante peonadas para rebajar el tiempo de espera en los centros de salud. Esta modalidad implicaría el pago de horas extra para ampliar los horarios de consulta, tal y como han autorizado otras comunidades como Andalucía o País Vasco. El presidente de Aragón, Javier Lambán, achaca a la falta de profesionales las demoras, a pesar del esfuerzo "ímprobo" que se realiza desde Sanidad. La consejería dio orden ayer de que en la plataforma figuren, a partir de ahora, todas las citas disponibles de cada médico de cabecera.

En la actualidad, a los pacientes de algunos centros de salud de Zaragoza no les dan hora hasta dentro de 20 días a través de la aplicación. En Huesca, las esperas se alargan entre 10 y 20 jornadas y en la provincia de Teruel oscilan entre dos y seis. No obstante, fuentes sanitarias insisten en que, cuando ocurra esto, llamen o acudan directamente al ambulatorio para pedir cita. Precisamente, para evitar esta "confusión" entre los ciudadanos sobre la demanda existente, todas (presenciales, telefónicas y de renovación de recetas) se verán de manera ‘online’.

Un problema que irá a más

Pese a ello, el problema de base sigue ahí: faltan sanitarios. En los últimos seis años apenas han aumentado en 28 los médicos y pediatras; mientras que las consultas ordinarias se han incrementado un 12,3%. "Según nos trasladan en las mesas de negociación, no hay facultativos para contratar", puntualizó Elena Lahoz, secretaria de Sanidad de UGT Aragón. A ello se une que algunos profesionales están "huyendo" de la Atención Primaria, tras lo vivido durante la pandemia. Aunque consideró que la solución es "complicada", valoró de manera positiva la propuesta del sindicato médico Fasamet de trasladar las tradicionales peonadas (ahora funcionan fundamentalmente en pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas) a los ambulatorios. "Podría ayudar, aunque no hay que olvidar que se trata de un colectivo muy sobrecargado y psicológicamente agotado", insistió.

En esta misma línea se pronunció el presidente del Colegio de Médicos de Zaragoza, Javier García Tirado, quien considera que de ofertarse, el volumen de interesados dependerá de las condiciones que dé la Administración. "Seguramente no sería la panacea, pero las peonadas podrían paliar de forma sustancial la situación", recalcó. Desde CC. OO., la secretaria general de Sanidad, Delia Lizana, apostó, primero, por hacer una reorganización de los recursos y, si este problema "endémico" continúa, ir hacia las peonadas. "Habría que dar espacio a los especialistas de atención continuada en los equipos y homogeneizar el sistema. No puede ser que, dependiendo del sector, haya centros que todavía no tengan consultas por la tarde", explicó.

Lambán recordó que tendrán que dedicar muchos esfuerzos en los próximos años a la falta de facultativos. Reiteró su plan para plantear un pacto a nivel autonómico, liderado por Aragón, para buscar "medidas definitivas" que solucionen un problema "gravísimo", que se verá acrecentado por la próxima jubilación de médicos. Y es que las cifras hablan por sí solas. Uno de cada cuatro facultativos de Aragón tiene más de 60 años y la mitad supera los 50, lo que complica, y mucho, contratar personal para garantizar el relevo.

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