terrorismo 

"Explotó la bomba a diez metros de mí. No morí de milagro en el Pilar"

La víctima del atentado del Pilar de 2013 vuelve a entrar en la basílica por primera vez desde aquel suceso, lo hace por consejo de su psicólogo.

Marta García Simón es la víctima del atentado contra la Basílica del Pilar, la mujer a la que hirió la bomba que colocaron los anarquistas chilenos Francisco Solar y Mónica Caballero dentro del templo el 2 de octubre de 2013
Marta García Simón es la víctima del atentado contra la Basílica del Pilar, la mujer a la que hirió la bomba que colocaron los anarquistas chilenos Francisco Solar y Mónica Caballero dentro del templo el 2 de octubre de 2013

Marta García Simón ha decidido regresar a la basílica del Pilar, donde sufrió un atentado hace nueve años (2 de octubre de 2013). Desde entonces, no había vuelto a entrar al templo, no se veía capaz. Pero el psicólogo que la lleva por mediación de la Asociación de Víctimas de Terrorismo (AVT) se lo recomienda para superar el trauma.

No puede hacerlo sola. Viene con su pareja, Basilio, ambos llevan la pañoleta de la peña Los Marinos.

Aquel día estuve dos horas en el banco del altar de San Judas Tadeo. Llevaba tiempo sin trabajo y esperaba que me diera suerte para conseguirlo. Acababa de hacer una entrevista", relata ya en la basílica. Al entrar pasa un momento de temblor y nervios, y revive aquel día: “Estaban juntos el de barbas (Francisco Solar), que chistaba, y ella (Mónica Caballero) miraba hacia la pared. Él me dio la cara y me dijo que me fuera del Pilar”.

Los anarquistas implicados en la explosión de la basílica del Pilar, en la Audiencia Nacional
Los anarquistas implicados en la explosión de la basílica del Pilar, en la Audiencia Nacional
EFE

Marta asumió esa recomendación poco antes de las 13.45, dice que aquel avisó le sonó a “algo muy raro”. Salió “rápida” hacia la puerta principal del Pilar y pasó por el altar mayor, sin que una columna le protegiera, como a un grupo de turistas norteamericanos. “Me fui por donde salimos siempre, las demás puertas estaban cerradas. Me había apartado un poco de los bancos. La bomba explotó a unos diez metros de mí. Salió una nube azul que subió hasta el techo. No morí de milagro en el Pilar”, agrega.

En ese tramo de huida, Marta, de 46 años, iba comunicándose por Whatsapp con su hijo. Pasados nueve años, el espacio le parece “más pequeño” que aquel 2 de octubre de 2013. “Al apartarme de los bancos me pude salvar. La explosión me arrojó sobre la estrella del suelo. Me atravesó una onda por todo el cuerpo. Yo miraba hacia arriba, pero no veía nada”, agrega emocionada al revivir aquel día. “No sabía si había caído un avión aquí y no relacionaba esa explosión tan gorda con la nube azul. Todo se me aturulló en la cabeza”, explica.

Marta García Simòn, de 46 años, en la plaza del Pilar después de salir de la basílica en un acto que le recomienda un psicólogo.
Marta García Simòn, de 46 años, en la plaza del Pilar después de salir de la basílica en un acto que le recomienda un psicólogo.
R. J. C.

Al salir como pudo hasta la puerta de la basílica vio que no había nadie por el camino y Marta cree que no le vieron, pero reconoce: “Tras la explosión me temblaba todo el cuerpo y no me tenía en pie. Tuve que tirarme al suelo”. De hecho, antes había visto a un vigilante de seguridad al girar hacia la puerta y él le había dicho que saliera (la hora del cierre de la basílica era sobre las 13.45) y en unos segundos se produjo la explosión. “No sé dónde se metió el vigilante”, indica.

Cuenta que al reunirse con varios agentes de la Brigada de Información de la Policía Nacional se echaron las manos a la cabeza al ver lo cerca que estuvo del lugar de la explosión. Algunos de ellos explicaron en el juicio que se vieron afectados 27 metros alrededor del punto donde estaba el explosivo. Marta sufrió heridas graves en un oído, cuyas consecuencias sigue padeciendo, y un estrés postraumátrico bastante acentuado para el que necesita atención del psicólogo de la AVT.

Cárcel de los anarquistas chilenos 

La víctima del atentado anarquista del Pilar vuelve a vivir “la tembladera” de aquella mañana del 2 de octubre de 2013 mientras en el exterior discurre la Ofrenda de frutos de este año. Está muy al tanto de que los anarquistas Francisco Solar y Mónica Caballero, que salieron de la prisión en España en 2017 tras cumplir la condena de 4 años, están en prisión preventiva en Chile, su país, por el envío de artefactos explosivos, homicidio frustrado, daños y otros delitos.

Tras el atentado, Marta García Simón pasó años de complicaciones médicas y sin trabajo. Por suerte, una amiga, Carmen Pescador, le ha conseguido un empleo ligado a la  limpieza y con eso afirma que supera todo lo que ha vivido.

Aun así, Marta reconoce que dos técnicos del Ministerio de Interior  le recomendaron que solicitara una nueva valoración al IASS (Instituto Aragonés de Servicios Sociales) para revisar su incapacidad del 16% y ver si llegaba al 33%.

La indemnización que le concedieron en el juicio contra los anarquistas apenas le sirvió para pagar una procuradora en Madrid y un abogado en Zaragoza porque pasó muchos meses sin empleo. Ahora vive alquilada con unos vecinos del barrio Jesús tras haber perdido su última vivienda.

Marta recuerda que ella jugaba con sus amigos/as del colegio Palafox por la zona de San Juan de los Panetes donde ocurrió el atentado de ETA, y su padre, que trabajaba en el Banco Zaragozano, ayudó a las víctimas en el atentado en la avenida de Cataluña. Después, la vida se la cruzó con el atentado del Pilar y aquello lo cambió todo. Solo quiere recuperar la normalidad y mirar al futuro con cierto optimismo..

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