empeños

“La gente empeña las alianzas de boda para pagar la subida de la hipoteca”

El Monte de Piedad de Fundación Ibercaja registró el pasado verano 1.328 préstamos, un 16% más que el año anterior.

Dos ciudadanos con mascarillas observan el escaparate de una tienda de empeños.
Dos ciudadanos con mascarillas observan el escaparate de una tienda de empeños.
Efe

La subida de la energía, de los precios de los alimentos y de las hipotecas ha hecho que muchos aragoneses no lleguen a final de mes y se vean obligados a empeñar algunos de sus bienes para afrontar los gastos del día a día. Es lo que han comprobado durante las últimas semanas en el Monte de Piedad de Zaragoza. “Durante los últimos meses ha habido un aumento en el número de empeños”, explica Raquel Sancho, responsable de Monte de Piedad de Zaragoza de Fundación Ibercaja.

En concreto esta institución formalizó durante el pasado mes de agosto 1.328 préstamos, es decir, un 16% más que el mismo mes del año anterior. “La principal causa es la necesidad de liquidez por parte de los clientes debido a las subidas de precios y de la luz”, dice Sancho. También han constatado un aumento del importe de estos préstamos que “ha pasado de los 678.090 euros de 2021 a los 997.200 en 2022”, añade la responsable de Monte de Piedad.

Hay personas que han venido a por un crédito para las vacaciones de verano o a depositar sus joyas a modo de caja fuerte. E incluso hay quien nos comenta que prefiere tenerlas aquí por seguridad porque no se fían de ponérselas por la calle”, relata Sancho.

Familias jóvenes que no llegan a final de mes

El aumento de empeños por motivos económicos no es una situación aislada. El incremento de la pignoración, es decir, del depósito de un bien como garantía de un préstamos o crédito a corto plazo, se ha hecho patente también en los establecimientos de compra venta y en algunas joyerías.

Vienen más gente a empeñar joyas. Pero no son grandes alhajas, sino pequeñas sortijas de poco valor”, explican desde Joyerías Goldstein

Y es que el perfil del usuario que acude a empeñar sus posesiones ha cambiado. “Son personas que nunca antes habían usado este servicio, gente joven y matrimonios con niños pequeños que vienen con sus alianzas de boda, porque no tienen otras joyas de valor”, continúa el responsable de esta joyería zaragozana. 

“Lo hacen para pagar gastos imprevistos como la hipoteca o los libros de los niños”, añade este experto. “Es gente a la que antes le sobraban 200 euros al mes y ahora, con las subidas de los precios, las hipotecas y la energía, se quedan con menos 100 euros en la cuenta bancaria. Necesitan dinero rápido y en efectivo y acuden aquí a hacer pequeños empeños para llegar a fin de mes, que recuperan en cuanto pueden”, prosigue el responsable de Goldstein. 

Además, “no quieren que se enteren sus conocidos”. Lo hacen porque “no les queda otra y se lo toman con resignación”, afirma este joyero.

Previsiones poco optimistas

En la tienda de compra venta Cash Converters también han notado el aumento de la afluencia de clientes. “Históricamente la persona que viene a depositar sus bienes lo hace por causas económicas, pero hemos notado también que hay un nuevo perfil de cliente que acude porque tiene una conciencia más acusada sobre la importancia de la reutilización de los objetos y de darles una segunda vida”, dice Estefanía Izquierdo, supervisora de Cash Converters. “Son personas que buscan estar a la última en tecnología y vienen a vender su teléfono móvil para poder comprarse el último modelo en telefonía”, explica Izquierdo.

En este establecimiento están acostumbrados a recibir todo tipo de objetos. “Nos han llegado a traer hasta un diente de oro”, destaca Izquierdo. “Hace años vino un señor con un pequeño submarino. Pero también hemos tenido una figura de Chewbacca, el personaje de la Guerra de las Galaxias y hasta un ataúd”, relata la supervisora.

Para el economista y presidente de la asociación aragonesa de asesores legales Miguel Ángel Poveda, “no puede afirmarse que esta sea una situación generalizada hoy en día”, pero avisa: “Si esta coyuntura económica perdura en el tiempo vamos a ver cosas impensables hasta hace muy pocos meses”. Y pone el foco en el peligro de los créditos rápidos, que “son pan para hoy y hambre para mañana”, y en “que la gente intente encontrar una solución tirando de tarjeta de crédito”, dice Poveda.

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