La reducción del horario de comedor del colegio Cesáreo Alierta de Zaragoza acaba en los tribunales
Un grupo de familias prepara una demanda para paralizar el recorte de tres a dos horas del periodo entre clases para comer que se aprobó en el Consejo Escolar. Mientras, en el colegio Margarita Salas los padres han convocado una protesta porque un juzgado ha paralizado cautelarmente esta misma iniciativa.
Una plataforma de familias del colegio Cesáreo Alierta de Zaragoza van a presentar una demanda judicial con la que quieren paralizar la decisión de reducir de 3 a dos 2 horas el periodo para comer entre clases y acabar estas una hora antes, a las 16.00. Una situación completamente legal, que se aprobó en Consejo Escolar, pero que consideran se ha llevado a cabo de forma «precipitada» y sin tener en cuenta «la opinión mayoritaria de las familias» que se reflejó en un sondeo, explicó una de las portavoces. Por ello, se han puesto en manos de un abogado con el objetivo de emprender esta acción judicial esta misma semana.
Se trata de un capítulo más de una polémica que se ha venido viviendo desde finales del curso pasado en los centros educativos de la zona de Romareda, donde los cuatro centros públicos (César Augusto, Cesáreo Alierta, Doctor Azúa y Margarita Salas) mantienen la jornada partida después de haber llevado a votación el proyecto de innovación en varias ocasiones. Sin embargo, siempre ha decaído por el voto de las familias, ya que se exige el apoyo del 55% de todo el censo y no solo de aquellos que acuden a las urnas. Tras no conseguir sacar el cambio de jornada adelante, se planteó la reducción del tiempo para comer de 3 a 2 horas, lo que volvió a generar un intenso debate con opiniones encontradas. Finalmente, el Consejo Escolar aprobó el cambio en el Cesáreo Alierta y el Margarita Salas.
Para los progenitores del Cesáreo Alierta, los «perjuicios» de este nuevo horario irán a más a partir de este lunes con el inicio del horario lectivo de jornada partida (mañana y tarde). En el aula de tarde del plan corresponsables de la DGA de carácter gratuito, que se va a llevar a cabo de 16.00 a 17.00, solo hay plazas para 50 niños y cuenta con 210 solicitudes. "En el proyecto para modificar el horario se nos aseguró que todos los niños podrían hacer actividades durante esta hora y así favorecer la conciliación de los que no pueden acudir a recoger a sus hijos a las 16.00, pero es claramente insuficiente", criticaron.
Desde la Ampa se está buscando una solución, como contratar por su cuenta a las monitoras que se necesiten para que puedan ser atendidos todos los menores que lo necesiten. De momento, este lunes de forma provisional se va a ofrecer un servicio de guardería gratuito. Además, van a presentar una queja a Educación y solicitarán mantener una entrevista con responsables del departamento para abordar este tema.
Una de las portavoces del grupo de familias que impulsa la demanda judicial recordó que también han pedido el amparo del Justicia de Aragón, y que desde este organismo se les ha contestado que aunque todas las decisiones se han tomado "conforme a la ley" puede haberse producido un "abuso de derecho". En un sondeo llevado a cabo a finales de junio por el equipo directivo hubo 87 votos a favor de acortar el periodo de comedor frente a los 203 que se contabilizaron en contra. Otras 57 no llegaron a pronunciarse.
Por el contrario, otras familias del colegio Margarita Salas, también de la Romareda, se concentran este lunes a las 16.00 frente a la entrada principal del centro después de que el juzgado haya paralizado cautelarmente la reducción del periodo entre clases a la que el Consejo Escolar dio luz verde en su última reunión del curso pasado en junio. En este caso, la votación se llevó a cabo tras sondeo previo entre las familias que arrojó que 187 personas estaban en contra de la medida frente a las 164 que se pronunciaron a favor.
Los convocantes de esta protesta aseguran que están "bastante disgustados" porque la noticia de la paralización se conoció a menos de una semana de empezar el curso, el pasado 3 de septiembre, cuando ya la mayoría habían planificado sus horarios laborales y las actividades extraescolares de acuerdo a la nueva hora de finalización de las clases.
