Desmontando a la Pili: diez años (más dos) reivindicando el placer como derecho

Nacido en Zaragoza Activa, sigue siendo un proyecto único a la hora de ofrecer una visión integral de las relaciones sexuales, de su aspecto más lúdico al pedagógico o terapéutico.

Victoria Tomás (izquierda) y Lorena Sinués, dos de las cuatro responsables de Desmontando a la Pili.
Victoria Tomás (izquierda) y Lorena Sinués, dos de las cuatro responsables de Desmontando a la Pili.
Oliver Duch

Desmontando a la Pili es una de esas iniciativas a las que la pandemia obligó a posponer un aniversario redondo. En su caso, diez años en el barrio de la Magdalena de Zaragoza reivindicando "el placer sexual como un derecho".

En 2022 festejan ese décimo cumpleaños que en realidad es ya el doce, un periodo para ellas nada baladí al considerar que su apuesta "era arriesgada". Tanto, que en todo este tiempo sigue siendo el único negocio de estas características en España.

Pero, ¿qué es Desmontando a la Pili y qué lo hace tan especial? "Que tiene varias patas -explica Victoria Tomás, una de las cuatro responsables del proyecto junto a Lourdes Orellana, Lorena Sinués y Jara Barrera-. Una es la del 'tuppersex', otra la de la terapia y otra los talleres de educación sexual".

La idea de negocio nació al calor de Zaragoza Activa, con la venta de juguetes sexuales como base pero con un valor añadido: Victoria y Lourdes son sexólogas y psicólogas. "Lo que es innovador en nuestro caso y sigue sin haber nada parecido es que nadie hace una oferta integral de la sexualidad, desde la más lúdica que representa el 'tuppersex' hasta la terapia o la pedagogía" para cuando las relaciones son problemáticas o insatisfactorias. "El objetivo era facilitarles la sexualidad a aquellos que la han tenido más negada, casi siempre las mujeres", reflexiona Victoria.

Y todo desde la perspectiva feminista, de la economía social y la sexología. Esta visión de conjunto es lo que más les costó transmitir. Ahora, Desmontando a la Pili entra en los colegios a dar charlas sobre sexualidad desde sus aspectos prácticos a las cada vez más importantes cuestiones emocionales, pero al principio "pensaban que íbamos a vender vibradores en clase".

Educación sexual

Una educación sexual en la escuela que, por cierto, a su juicio, se está descuidando un tanto en los últimos años. Tomás no cree que los chicos de ahora estén "peor educados sexualmente, pero aunque tienen mucha información, a menudo es muy mala. Las redes sociales y el porno los acaba desinformando. Y es que a veces seguimos confundiendo la educación sexual con la reproducción o el coito. Pero sobre todo en Primaria no hablamos de eso, son otras cosas: conocerse a sí mismo, los límites, el deseo, la diversidad sexual, la comunicación, el respeto...", sostiene Victoria, quien también cuenta que sus charlas son "muy bien recibidas en los colegios" por toda la comunidad escolar.

Más allá de la iniciación sexual, en Desmontando a la Pili han tenido en estos años una posición ideal para asistir a la evolución que como sociedad y como individuos hemos experimentado en nuestra relación con el sexo. Que en este tiempo no han sido poca y está marcada en gran medida por la gran y más reciente ola feminista. Para empezar, cuando Victoria y sus compañeras lanzaron el negocio "decir que eras feminista no estaba muy bien visto y ahora es al revés". Algo que, piensan, es el resultado de "mucho activismo desde hace muchos años". "Hemos pasado a otra etapa en la que se entiende mejor el feminismo, que no es algo contra nadie sino a favor de otras estructuras".

Y eso, ¿en qué se traduce dentro de Desmontando a la Pili? "Se ha avanzado mucho en la visibilización del derecho al placer, lejos de culpas o vergüenzas", cuenta Victoria, quien pone de ejemplo el Satisfyer. Matiza que tiene "su punto mercantilista, pero ha ayudado, igual que las 'Sombras de Grey'". "Con todos los peros que les puedas poner, han servido. Eso sí, han encajado porque estaba el terreno abonado".

Desde que abrieron en 2010 ha habido también un paso de gigante en cuanto al reconocimiento de la diversidad sexual, si bien, subrayan, aún queda camino contra la homofobia: "Ahora la propia chavalería nos pide que hablemos de diversidad". Una diversidad, señala Victoria, "que no es solo hablar de LGTBQ, sino también de la gente discapacitada, de gente gorda, de gente racializada, de gente mayor...".

Mujeres maduras

Por ejemplo, las mujeres maduras han sido una de las felices incorporaciones en número creciente a Desmontando a la Pili. "Como en los talleres nos acabamos sintiendo como en casa, una señora mayor nos dijo que le entraba la risa a ella sola de pensar: '¡Lo que van a encontrar mis hijas en los cajones cuando me muera!".

La eliminación de tabúes es uno de los grandes caballos de batalla del proyecto: "Cuando abrimos nos llegamos a plantear poner cortinas, de hecho las compramos, pero las devolvimos: queríamos que la gente se acostumbre a que no hay nada que ocultar".

La menstruación es otro terreno que se está deshaciendo de miedos y prejuicios. No en vano, la estrella de ventas entre todos los productos de todo tipo que ofrece Desmontando a la Pili es la copa menstrual. "Cuando la empezamos a vender hace doce años a las mujeres les daba grima y ahora la venden en los supermercados".

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