En vídeo: Evolución de la sequía entre junio y agosto en el embalse de Yesa

En apenas dos meses, las reservas han caído en picado hasta el 20% de su capacidad.

El embalse de Yesa, en junio pasado.
El embalse de Yesa, en junio pasado.
Ibán Ameztoy 

La reserva de agua del embalse de Yesa está previsto que se vacíe en septiembre si no se registran grandes precipitaciones. De hecho, desde la Confederación Hidrográfica del Ebro se ha considerado las Bardenas como zona de emergencia debido al estado del citado pantano de Yesa, que se encontraba al 20 % de su capacidad a fecha de 29 de agosto. 

"La campaña de riego tendrá que terminar antes que otros años", señaló el jefe de Explotación de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Ramón Lúquez, en declaraciones a los medios. 

Un vídeo que ha publicado Ibán Ameztoy da medida de cómo ha bajado el nivel de agua desde el pasado mes de junio hasta finales de agosto: 

Sequía en el embalse de Yesa
Ibán Ameztoy

Según Ramón Lúquez, hay "dos realidades diferentes" en la cuenca del Ebro. Por un lado, la margen derecha, en normalidad, con reservas óptimas para esta época en el Guadalope y algo menos en el Jalón, mientras que en la margen izquierda, la de los grandes sistemas de regadío, los embalses se encuentran bajo mínimos por la sequía prolongada. 

El pantano de Yesa es uno de los embalses de la margen izquierda del Ebro afectado la sequía en niveles que no se veían desde hace 25 años. Según explicó Lúquez, Yesa apenas cuenta con 100 hectómetros cúbicos (22%), un año "especialmente malo",  ya que posiblemente se acabe con el embalse muerto en la toma del canal. "Se prevé que en las próximas semanas prácticamente se llegue a vaciar por los consumos de riego, abastecimientos y el caudal ecológico". No obstante, se gestionará la reserva para garantizar el agua de boca. Yesa empezó muy bien el verano, pero el calor, la falta de lluvias y la escasez de nieve se conjugaron para hacer de los últimos meses los más secos de la serie histórica.

 El drástico descenso del nivel en este embalse del río Aragón ha hecho aflorar más visibles que nunca   los restos de las antiguas termas romanas de Tiermas, uno de los pueblos de los que tuvieron que salir sus habitantes hace más de medio siglo precisamente para construir el embalse. 

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