Llega la despedida más dulce a los niños saharauis

Los participantes de Vacaciones en paz celebraron ayer una fiesta para finalizar su estancia este verano en la Comunidad y el jueves pondrán rumbo de vuelta a sus hogares.

Niños saharauis y miembros de las familias de acogida tras jugar un partido de fútbol, ayer. Francisco Jiménez
Niños saharauis y miembros de las familias de acogida tras jugar un partido de fútbol, ayer. 
Francisco Jimenez

El proyecto de Vacaciones en Paz llega a su fin y es el momento de despedir a los niños y niñas saharauis que han disfrutado durante algo más de un mes de nuestra Comunidad. Nadie quería perderse la fiesta de final del programa, que organizaron ayer las asociaciones de Arapaz y Um Draiga –dos de las entidades coordinadoras de Vacaciones en Paz en Aragón–, en las piscinas del Alto Carabinas. Allí, entre los juegos y las risas de los pequeños y mayores, había un cierto aire de tristeza, porque el adiós de los niños se acerca. Volverán a sus hogares, en los campamentos de Tinduf (Argelia), el próximo jueves, 1 de septiembre. Pero, aunque la despedida estuviera presente en la cabeza de todos los asistentes a la fiesta, había poco tiempo para pensarlo, pues allí, entre disfraces y juegos, disfrutaron de una tarde única.

"Ha sido muy bonito y muy intensa". Así definía la experiencia de estos días Jessica Valero, que junto con su pareja, Noel Soria y sus dos hijos pequeños, Leo y Nico, han participado por primera vez en el proyecto. Durante este tiempo, han realizado un montón de actividades, explicaba Valero: "Como solo hemos tenido un mes, ha sido todo muy intenso. Hemos ido a la montaña y a la playa, le han sorprendido mucho los diferentes paisajes, el mar sobre todo, porque era la primera vez que lo veía", reconocía la participante.

La familia de acogida de Bubakar. En órden, Leo, Noel, Bubákar, Jessica y Nico.
La familia de acogida de Bubakar. En orden, Leo, Noel, Bubákar, Jessica y Nico.
Francisco Jimenez

Bubakar, el niño que ha acogido la familia este verano, tiene ocho años y, ayer, no podía parar de corretear con sus amigos y compañeros de viaje, mientras jugaban un partido de fútbol. "Mis hijos también son pequeños y han acompañado a Bubakar, se han portado fenomenal y nos han ayudado mucho", celebraba Valero, que también resaltaba la necesidad de que exista Vacaciones en Paz: "Antes de vivir este proyecto creíamos que era necesario pero ahora lo pensamos más que nunca. Una de las cosas que hemos hecho este verano es visibilizarlo mucho porque la gente en el trabajo o los amigos, nos preguntaba y se interesaban", explicaba,

Esta vivencia también ha sido un éxito para María Jesús Gascón. Era la primera vez que participaba y ahora está segura de que no será la última. "Ha sido una experiencia súper chula, la relación que ha forjado con mi hijo, como juegan…". Gascón fue una de las últimas familias en animarse a acoger este año y se aventuró a hacerlo con la asociación Arapaz. Ahora, cuenta que Adam, el niño saharaui de nueve años les ha acompañado durante el verano, se lo ha pasado "fenomenal". "Hemos recorrido muchos sitios este mes porque tenemos una autocaravana pero lo más chulo es ver cómo disfrutan del agua, ya sea mar o piscina, se les ilumina la cara porque allí es un bien muy escaso", explicaba.

Oriol Gavín, coordinador del proyecto en Arapaz, valoraba la experiencia de positiva: "El balance es positivo, es cierto que han estado menos tiempo y eso se ha notado en la adaptación de los niños pero el balance es muy positivo porque no se ha perdido el proyecto". El coordinador esperaba que este verano "atípico" sirva de "impulso" para el que viene.

Este año se volvió a recuperar el proyecto, tras dos años paralizado por la pandemia de la covid y, ayer por la mañana, explicaba Gavín, también aprovecharon para hacer una concentración reivindicativa en la plaza España con ellos, que aseguraba, son los "mejores embajadores de la causa".

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