Carmen Marta: "Quiero que haya cursos extraordinarios durante todo el año"

Carmen Marta (Teruel, 1971), investigadora y catedrática de Periodismo, dirige los cursos extraordinarios de la Universidad de Zaragoza.

Carmen Marta, investigadora y catedrática de Periodismo, en el archivo de HERALDO.
Carmen Marta, investigadora y catedrática de Periodismo, en el archivo de HERALDO.
José Miguel Marco

Introducción a la herramienta de epigrafía digital; Arte y cultura en los felices años 20; Populismos: de los Gracos a Trump; Biología molecular del cáncer... Un popurrí de cursos en un solo verano.

En los cursos extraordinarios de la Universidad de Zaragoza hay opciones para todos los públicos; no solo materias hiperespecializadas, también otras más globales para que personas que no acceden a la universidad puedan realizar un curso de su interés.

¿Cómo han evolucionado los cursos desde sus inicios, en 1927, hasta hoy?

Al principio eran de la lengua española. Luego fueron surgiendo otros relacionados con la literatura, las humanidades… En esos primeros años hubo profesores como Federico García Lorca, Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu. Poco a poco se fueron integrando nuevos ámbitos de conocimiento: ingeniería, arquitectura, ciencias de la educación, de la salud…

Antes, la universidad no estaba al alcance de todos. Ahora, que es más democrática, ¿qué perfil de gente acude?

Muy variopinto. Alumnos que van a empezar la carrera y quieren ver si responde a sus intereses, alumnos extranjeros que hacen el curso ‘online’, jubilados...

¿Mentes inquietas?

Hay un alumno que ha hecho más de cien cursos. Cada año ve toda la programación y elige el curso que más le interesa, independientemente de que tenga o no algo que ver con lo que él ha estudiado. Solo por el hecho de aprender.

Los cursos extraordinarios tienen su sede central en Jaca y 15 subsedes en municipios de Zaragoza y Huesca. ¿Acercar la universidad al pueblo es un gran esfuerzo?

Hay localidades tan pequeñas que encontrar alojamiento para los alumnos resulta francamente dificultoso. Los cursos de la UZ llegan a las poblaciones que nos llaman. Hemos tenido en Daroca, Ejea, Robres, San Martín del Moncayo... Para ellos, es un gran acontecimiento. ¡La Universidad de Zaragoza llega a nuestro pueblo! En Ansó, en el curso de órgano ibérico, se llenó la iglesia: el pueblo se vistió de música.

Para los alumnos, son 24 horas de inmersión continua.

Totalmente. Se organizan actividades culturales y de ocio. Por ejemplo, visitar el museo diocesano de la catedral de Jaca, San Juan de la Peña, Canfranc… Los cursos tienen un componente de aprendizaje, y también de socialización.

Dirige los cursos desde noviembre. ¿Retos o ideas en mente?

Quiero diversificar los cursos extraordinarios más allá de verano e invierno. A lo largo del año se pueden distribuir mejor porque si no, en verano hay muchísima oferta y mucho trabajo. También visibilizarlos, trabajar las redes sociales.

Los cursos son los más antiguos de España. ¿Eso se sabe fuera?

En Aragón se conocen bastante, pero en el resto del país no tanto. Debemos posicionarnos como los pioneros, y sobre todo como los que tenemos una oferta más rica, porque el volumen de cursos que ofrecemos no tiene nada que envidiar a otras universidades. Y además tenemos una sede nuclear como Jaca, que ofrece grandes alicientes en sus alrededores, tanto en verano como en invierno.

¿Y fuera de España se conocen?

Muchísimo. Viene gente de Canadá, Estados Unidos, Austria, Paraguay... A un curso superespecializado de Estomatología Sanitaria vino un alumno del Congo que no lo hizo solo a título personal. Era un trabajador del ramo en aquel país que vino a aprender cómo atajar plagas para luego ponerlo en práctica allí.

¿Son asequibles para todos?

Están en torno a los 100, 120 euros. Muchos están financiados con becas de entidades o ayuntamientos.

¿Notaron mucho bajón en los dos años de pandemia?

Mucho, pero se siguieron haciendo. Este año ya son presenciales, pero hay cursos ‘online’, e incluso con las dos opciones.

Estudiar física del universo en el laboratorio subterráneo de Canfranc debe ser un lujazo.

Los cursos son a pie de campo. ¿Mamíferos del Pirineo? Pues se buscan para verlos en su hábitat. Requieren hacerlos allí, en ningún otro lugar. Esos cursos se llenan.

¿Quedan plazas para septiembre?

Sí, en cursos sobre desigualdades, derechos de la infancia... Aún pueden apuntarse.

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