Verano a tope en Aragón: ¡qué fantástica esta fiesta!

Los festejos populares aragoneses tienen su momento álgido este fin de semana, pero aún queda mucho mes, y en cada lugar se viven momentos memorables más allá del baile. No solo de verbenas vive el fiestero...

Los ocho veces campeones de guiñote de Santed, Antonio Pardos (de cara) y Alberto Belenguer, en su victoriosa semifinal de 2022 frente a Lorena Sánchez y Natalia Rubio.
Los ocho veces campeones de guiñote de Santed, Antonio Pardos (de cara) y Alberto Belenguer, en su victoriosa semifinal de 2022 frente a Lorena Sánchez y Natalia Rubio.
Jaleno

Agosto significa pueblo para miles y miles de aragoneses. En sinónimo de vuelta a la vida para tantas localidades desertizadas por el mazo del éxodo y la falta de alicientes para que los jóvenes se queden a vivir en el campo. En el mes del calorazo, y si hay raíces sólidas en el lugar de turno, quien más y quien menos saca sus quince días para huir del asfalto y plantarse en la tierra de sus mayores. Si son fiestas, miel sobre hojuelas, o melocotón flotante en vino peleón: tanto da. "En 1992 ganamos por primera vez mi primo Antonio y yo. Éramos críos, llegamos sin dormir y oye, vapuleamos a los rivales", espeta con sorna Alberto Belenguer, fotógrafo y diseñador gráfico de 45 años de edad, de Zaragoza y zaragocista a ultranza: Santed es el pueblo de su madre, y allí ejerce una dictadura de las de puño de hierro en el campeonato de guiñote de las fiestas.

"Este año -explica- nuestra táctica para desconcentrar ha sido usar camisas hawaianas. Ahora juegan sobre todo los jóvenes de 17 a 30, que llevan todo el verano entrenando en la piscina y nos llevan por las peñas hasta las ocho de la mañana para minar nuestras fuerzas, pero no pueden con nosotros; recuerdo años de batallas tremendas contra el cura, alguno de nuestros padres, el alcalde José Luis… alguna bronquilla hubo, pero es agua pasada", explica.

Belenguer habla orgulloso de la inventiva de Santed con los juegos en las fiestas. "Además de la petanca y la barra aragonesa, que son tradición, aquí tenemos dos concursos muy majos: el de lanzamiento de alpargata y el de escupir huesos de oliva. Los mayores juegan ahora al ganapierde, y han dejado un poco al margen el noble deporte del guiñote".

Lanzamiento de barra aragonesa a las afueras de Santed.
Lanzamiento de barra aragonesa a las afueras de Santed.
Jaleno

Costillada gigante en Gúdar

Alberto Izquierdo es alcalde de su pueblo, Gúdar, uno de los más altos de España, desde 2003. Entonces fue uno de los más jóvenes en asumir el puesto: de hecho, aún no cumple los 40, así que echen cuentas. En este tiempo se las ha arreglado para acumular sabiduría propia de un gestor público con mucho más camino en la vida: ha exprimido bien su tiempo en el planeta. "Tenemos una comisión de fiestas fantástica, que desde hace años se encarga de todo lo relacionado con las fiestas populares; el Ayuntamiento se limita al aporte económico y a facilitar la logística y espacios necesarios". La comisión no asume únicamente las patronales; se encarga de la organización en las diversas fiestas celebradas durante el año.

La gran hoguera de Gúdar, en el Maestrazgo, para la chuletada con ajoaceite.
La gran hoguera de Gúdar, en el Maestrazgo, para la chuletada con ajoaceite.
V.F.G.

Alberto explica que "lo más relevante aquí es el toro embolado y las vaquillas, pero quizá el día más gráfico de hermanamiento es la gran hoguera que se hace en las fiestas de la Amistad ahora en agosto, dentro de unos días: asamos 2.000 chuletas de cordero con ajoaceite. Es una tradición histórica; montamos una hoguera de 15 metros de largo, con 20 parrilleros dándole vueltas a la carne para que salga perfecta. Luego se hacen bocadillos para todos, bien surtidos, unos 500 suelen salir".

Otra cosa curiosa que se hace en Gúdar es la bendición de los vehículos del pueblo. "Obviamente es algo voluntario; se trata de sacarlos del pueblo, bendecirlos y dar un obsequio a cada conductor, en honor a San Cristóbal. Se hace una cola organizada, y listos. También está muy interesante la rondalla el sábado de las fiestas, con unos 25-30 joteros voluntarios que vienen de lejos, ya sea Zaragoza o Sagunto; se les invita a cenar como pago a su generosidad. En fin, son días para juntarse y, sobre todo, volverse a ver con los que no están todo el año: somos menos de 100 y esos días llegamos a las 600 personas".

Cencerrada y fútbol en Lobera

Pascual Plano ejerce de cronista en Lobera de Onsella, el pueblo de las Altas Cinco Villas que lleva en el corazón y que visita todo el tiempo que puede, aunque resida habitualmente con su familia en Zaragoza. En Lobera quedan pocos días para las fiestas de San Ramón, que este año comienzan el día 24 de agosto. "Es muy llamativa la cencerrada de la víspera; los críos van por las casas anunciando que empiezan las fiestas y les sacan chuches, bebida… van recogiendo mercancía y luego la llevan a la plaza, donde se distribuye y disfruta entre todos. Pueden ir solos o acompañados de adultos, en el pueblo no hay problema con eso".

Otro de los episodios álgidos de cada año en Lobera es el partido de fútbol sala de solteros contra casados, que en este caso es doble y disociado por sexos, ya que hay también de solteras contra casadas. "En los dos casos -recuerda Pascual- el equipo perdedor un refrigerio en el bar; es el aliciente para esforzarse un poco y meter un gol más que el rival, claro. Luego, todos juntos y a disfrutar".

Partido de fútbol sala de solteras contra casadas en las fiestas de Lobera de Onsella (Zaragoza).
Partido de fútbol sala de solteras contra casadas en las fiestas de Lobera de Onsella (Zaragoza).
P. Plano

En Fiscal, puerta occidental del Sobrarbe, el alcalde Manuel Larrosa también celebra lo bien que empiezan siempre sus fiestas. "La noche de este viernes nos reunimos en la plaza para una gran cena popular de bienvenida; cada asistente paga un ticket para poder cenar en la plaza, con la temperatura ya algo más agradable, porque el menú es caldereta, vino y un postre. Los vecinos no fallan, y está abierta a familiares y visitantes, aunque siempre es algo muy familiar". Tras la verbena llega el bingo, antes de la orquesta. "Sí, aquí no se hace a mitad del baile como en otros sitios. Es un premio majete, se suele llegar a los 600 euros; al que le toca le arregla las fiestas y algo más, desde luego".

Concejal y DJ

David Mateo, concejal de festejos en su localidad natal, La Almunia, sabe un rato de levantar el ánimo del personal; lleva 16 años de carrera como DJ, y se ha recorrido de arriba abajo los pueblos de Aragón. De las tradiciones en feudo destaca "el desfile de carrozas y animación, que este año cae en sábado: aunque nuestras fiestas grandes son ya en otoño, técnicamente, las preparamos con ganas en verano y la gente las espera, incluso metidos ya en la dinámica de trabajo, estudios y demás. Son carrozas tiradas por un remolque que preparan las peñas, con verdaderas obras de arte".

Las patronales en honor a Santa Pantaria son del 24 al 29 de septiembre. "Este año tenemos un extra: al llevar dos años sin fiestas, y dado que por fechas acaban en jueves, la actividad se extenderá todo el fin de semana con discomóvil y conciertos. Eso sí, la tradición de la traca final el último día de fiestas se guarda, llegará el 29".

En La Almunia no faltan citas tradicionales de fiestas como la gran comida popular, la imposición del pañuelico a los nacidos el año anterior, el acto honorífico para los jubilados. "Todos ellos son muy importantes, en las fiestas debe haber hueco dedicado para todos. En cuanto a mí, no puedo estar más contento con la responsabilidad que tengo, y profesionalmente ya he cumplido algunos sueños, como pinchar en el ‘ warm up’ de Independance en 2017, en la mismísima plaza del Pilar, ante 60.000 personas. También te digo que me encanta justo lo contrario, llegar sin muchas expectativas a un pueblo pequeño, de menos de 100 personas, y hacer que los pocos asistentes pasen una gran noche con la música que les pongo".

A David no se le caen los anillos con las faenas de turno por los pueblos, una vez metido en salsa fiestera. "Me ha tocado hacer el bingo, presentar a los reyes y reinas de las fiestas... ningún problema, al revés. De hablar por el micro también sé un poco, porque he trabajado como ‘speaker’ del Sala 10 durante tres años. Este verano, además, estoy trabajando como nunca, ya me ha ocurrido en más de una ocasión hacer doblete en la misma noche. Por ejemplo, este mes pinché en Fuendetodos de medianoche hasta las dos de la mañana y luego me fui a acabar la noche en Luceni. Si la distancia es menor de 70 kilómetros entre uno y otro punto, me lanzo".

A vecinal en Calcena

Mariano Miguel, uno de los alcaldes que han promovido de manera más entusiasta el gusto por la llamada ‘cara oculta del Moncayo’ desde su querida Calcena, comenta que las fiestas de este año -recién concluidas- han sido tremendas en cuanto a impacto. “Aquí siempre hemos hecho el ‘a vecinal’. Todo lo hacemos entre todos, desde las barreras de las vaquillas a la limpieza de la fuente. Este año había ganas de festejar, lógicamente, y han estado muy bien; tenemos 14 peñas, y cada una aporta un par de voluntarios que no lo son del todo -ríe- porque la cosa va por turnos rotativos; ellos forman la comisión de fiestas y se encargan de todo. Los aportes vienen de venta de lotería, la asociación de vecinos, el propio Ayuntamiento y el bingo, que siempre cae. En cuanto a juegos populares, no faltan los birlos, que fueron el jueves de esta semana en competición masculina, femenina e infantil. El último día de fiestas se solía matar una vaca para hacer calderada general; el jueves, dadas las nuevas normas de los últimos años, hubo calderada para 500 raciones previa compra de la carne y el menaje necesario. Este año hemos notado el incremento de visitantes en el pueblo, todo un ‘boom’, y mucho retornado tras años sin venir. No creo que sea cosa de moda, eran las ganas que había, está parecido en todos los rincones de Aragón”.

Carrera de maletas y cintas en bici

Esther Artigas es maestra en Alborge, uno de los enclaves de la Ribera Baja del Ebro en su trayecto más sinuoso, y lleva la casa rural Cobro de Diezmos y Primicias, antigua propiedad del Monasterio de Rueda. Es vecina de calle del presentador televisivo y cómico Iñaki Urrutia, y le encanta rescatar tradiciones en clave de juego para las fiestas. La más curiosa, probablemente, es la carrera de maletas. “Esto es más antiguo que andar para delante -bromea- y un entretenimiento muy barato, además. Ahora se ha acortado un poco; los participantes solían dar la vuelta entera al pueblo con la maleta y luego debían vestirse con la ropa que hubiese dentro, ganaba el primero que llegaba a la meta habiendo cumplido estas reglas. Yo pongo ropas raras y combinaciones discordantes, juegan 10 personas y la idea final es reírnos con sus pintas cuando llegan a la meta. Alguna vez se bromea llenando una maleta con piedras, pero no soy yo, ¿eh? Solo ropa”.

La carrera de cintas es otra veterana costumbre de fiestas rescatada en Alborge. “Las chicas las bordábamos en tiempos y se preparaban con mucho cariño para las fiestas de San Lorenzo; ponías ‘vale por un baile’, o ‘por un beso’, o ‘por un cigarrillo’, alguna guardo. Ahora las cambiamos por refrescos. Se pone una cuerda de lado a lado en medio de la calle, y se colocan canutos de caña con las cintas anilladas y enrolladas en esos canutos. Los participantes, que ahora ya son chicos y chicas, van en bici y deben subir un pequeño tablón a la altura de la cuerda; llevan un boli y el reto es agarrar una cinta por la anilla”.

El traje ansotano

No por conocida es menos reseñable la tradición del traje ansotano, documentado como uno de los más antiguos de Europa, cuyo día grande es el último domingo de cada mes de agosto desde 1970; una fiesta declarada de Interés Nacional en 2011. En esa jornada, la presencia de humanos en el hermoso pueblo pirenaico se sextuplica, hasta rozar fácilmente las 2.000 almas. Las familias que tienen trajes propios esperan ese día para lucirlos, y hay un ropero municipal que surte a unas pocas personas afortunadas del ropaje que se lucirá ese día. Hay hasta 11 tipos distintos de traje, y elementos distintivos como las sayas, escarapelas y escapularios, peinados con churros, camisas de gorguera, saigüelos negros, delantales bordados en oro, anguarinas, gorros con borlas o pañuelos de seda en pico con mantillas.

Imagen del Día del Traje Ansotano de 2019, el último sin restricciones.
Imagen del Día del Traje Ansotano de 2019, el último sin restricciones.
Pablo Segura

La lista sería interminable: hay historias en las cuatro esquinas de Aragón. Toda fiesta que se precie, empero, cuenta con un distintivo que no busca la originalidad, sino todo lo contrario: la felicidad de quienes la disfrutan. Lo demás es adorno.

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