El incendio de Nonaspe afectó a más de 100 agricultores y a unos 114 kilómetros de caminos y pistas

Los municipios calculan los daños para acceder a ayudas de las administraciones.

El Seprona investiga a un vecino de Nonaspe por su posible relación con el incendio forestal
El Seprona investiga a un vecino de Nonaspe por su posible relación con el incendio forestal
Guardia Civil

El incendio de Nonaspe, que se originó el pasado 16 de junio en una finca del municipio, quemó 2.008 hectáreas (de ellas, 745 de este término municipal y 1.263 de Mequinenza) y más de un centenar de agricultores han visto calcinadas sus propiedades, muchas de ellas de frutales de nuevo regadío. Además, 114 kilómetros de pistas y caminos muy transitados han quedado deteriorados también por las llamas, el continuo paso de maquinaria pesada y las descargas de agua.

Estos son algunos de los datos que, según el alcalde nonaspino, Joaquín Llop, revela el informe encargado por ambos ayuntamientos. Los consistorios contrataron a una empresa para hacer vuelos con drones a fin de conocer con mayor exactitud la superficie calcinada y después una ingeniería forestal ha identificado las parcelas declaradas por los agricultores y ganaderos. Durante estos días, los propietarios damnificados acuden al Consistorio de Nonaspe a comprobar que los datos son correctos y así poder cumplimentar la documentación necesaria para denunciar los daños. En principio, de los alrededor de 120 agricultores perjudicados, unos 80 son vecinos de Nonaspe, una veintena de Mequinenza y 17 de Fabara.

Además, según explicó el regidor, hay una decena de casas de campo que también han sufrido desperfectos. La peor parte se la llevó una masía que ha quedado completamente arrasada, así como un contenedor con maquinaria y material que había en la misma parcela. Los tres residentes en la casa, de origen inglés, tuvieron que ser desalojados a las pocas horas de iniciarse las llamas. El regidor nonaspino explicó que la próxima semana, una vez que hayan completado toda la información, la remitirán tanto a la delegación de Gobierno, que tiene que tramitarla ante el Gobierno español por si son susceptibles de acceder a alguna línea de subvenciones, como al Ejecutivo autonómico.

Los terrenos calcinados por los fuegos de Nonaspe, Castejón de Tornos y Barbastro el pasado junio fueron declarados zonas catastróficas en el decreto aprobado por el Consejo de Ministros el día 27 de ese mes. Desde la Delegación de Gobierno apuntaron que se ha remitido a los ayuntamientos el modelo de cuestionario que tienen que rellenar.

Joaquín Peribáñez, alcalde de Burbáguena, término afectado por el siniestro de Castejón, señaló que están pendientes de conocer "los plazos y los requisitos" que deben cumplir para darlos a conocer a los vecinos perjudicados. Uno de los enclaves más castigados es el coto municipal, en el que de unas 3.700 hectáreas se han quemado 1.500 y los 25 bebederos que se habían instalado en el último año. Los ediles de Báguena y Castejón de Tornos esperan en unos días poder también empezar a recabar la información. Desde el consistorio de la ciudad del Vero señalaron que no hay afecciones municipales y que a los habitantes perjudicados se les ha remitido ya la información oficial. 

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