Fallece Ana Lorao, la vecina más longeva de Alagón, a los 104 años recién cumplidos

Presumida, graciosa, con algo de genio, pero muy pizpireta. Así era Ana Lorao, que ha fallecido este martes, 2 de agosto, apenas 15 días después de cumplir 104 años.

Ana Lorao, fallecida ayer en Alagón, la pasada semana, celebrando su 104 cumpleaños.
Ana Lorao, fallecida ayer en Alagón, el pasado 24 de julio, en la celebración de su 104 cumpleaños, con su perrita Ani.
Camino Ivars

Nació el 25 de julio de 1918 en Alagón, “el año de la Gripe Española”, como destacaba siempre. Hace apenas una semana, rodeada de familiares y amigos en el bar Entalto de la localidad zaragozana, soplaba las velas de su 104 cumpleaños, y se comía casi al completo su plato de paella y un trozo de tarta de chocolate. “No me imaginaba yo llegar tan lejos”, afirmaba ese día con esa mirada despierta, brillante, como la de quien no quería perderse nada de lo que ocurría; y que la acompañó hasta el último día.

Aunque en el último año su estado de salud se había visto algo afectado, y la ola de calor se le estaba haciendo “muy dura”; ese día Ana tampoco perdió la sonrisa ni un instante. Se sentía, decía, profundamente afortunada y muy querida: "Son muchos años ya. Al menos tengo buena memoria y no me duele nada", admitía mientras acariciaba a Ani, una pequeña Yorkshire de apenas dos meses de vida que le acababa de regalar Mari Carmen Calvete (65), su hija y gran compañía junto a su pareja, Antonio Gracia: “Solo puedo decirle a mi madre que gracias por la vida, y por todo lo que me ha enseñado, sobre todo a no achicarme ante nada ni ante nadie”.

Ana Lorao presumía de proceder de una familia de mujeres longevas. Su padre murió a los 33 años -cuando ella tenía tan solo 3 meses-, momento en el que su madre decidió comenzar a preparar churros en casa, los cuales vendían en la misma puerta de casa, en la plaza de España. "Mi hermana se iba a vender a la estación y yo a la fábrica de remolacha, a la entrada y salida de los trabajadores", recordaba.

Por eso, en el pueblo se les conoce como ‘Las churreras’, trabajo que dejó a los 32 años al casarse con el que fue, como siempre aseguró, el único amor de su vida. Desde entonces se dedicó en cuerpo y alma al cuidado del hogar y de su familia. Residió una temporada en Figueruelas donde su marido trabajó como administrativo en la fábrica de harina hasta su cierre, hace 46 años. Fue en el año 1981, al enviudar, cuando regresó a su casa, a Alagón, con su hija. Desde entonces siempre han estado juntas.

HERALDO DE ARAGÓN ya la acompañó en el día de su 101 cumpleaños, cuando Ana Lorao Viñuales decidió celebrarlo yéndose de juepincho, a degustar unas tapas por Alagón, en concreto en el Bar Riga. Ese día bajó “de propio” a la peluquería y estrenó una bata especial. Su nueva bata favorita. Los 102 los celebró en casa, encerrada -como todos- y con mascarilla.

A los 103, y sin haber pillado “el bicho”, -Lorao presumía de buen estado de salud asegurando que se había escapado hasta del virus- pudimos asistir a su comida de cumpleaños, en este caso en el asador Lisboa, al que aquel día la aragonesa entraba al grito de: “¡Hoy el plato fuerte soy yo!”.

“El que come escapa, pero hay que comer bien”

Buena comedora “de siempre” -según ella era uno de los secretos de su longevidad-, aseguraba que su plato favorito eran los huevos fritos con patatas, algo que cenaba siempre que podía: “Dos. Uno no basta. El que come escapa, pero hay que comer bien”, destacaba aquel día.

Como siempre, no dudaba en pedir a la gente joven que fuese lo mejor que pudiese cada día: “A los jóvenes de hoy en día les diría que aprovecharan. Hay que vivir la vida, que solo hay una, pero sin hacer daño a nadie”. El funeral se celebrará este miércoles, 3 de agosto, a las 19.00 en la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol de Alagón. 

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