Más de 90 niños saharauis regresan a Aragón para unas 'Vacaciones en paz': "A las familias nos hacen un poco mejores"

Con casi un mes de retraso sobre las fechas habituales del viaje, fueron recibidos este domingo en Huesca, Zaragoza y Teruel tras interrumpirse el programa dos años por la pandemia.

Una de las familias de acogida de Huesca recibiendo con un gran abrazo a una niña saharaui.
Una de las familias de acogida de Huesca recibiendo con un gran abrazo a una niña saharaui.
Verónica Lacasa

Cuatro horas de interminable espera desde su aterrizaje en Madrid hasta que superaron el control de pasaportes y atravesaron la puerta de llegadas. Fue el último escollo que tuvieron que superar este domingo los 92 niños y niñas de los campamentos de refugiados saharauis que han regresado a Aragón con el programa ‘Vacaciones en paz’, interrumpido los dos últimos años por la pandemia. Este año, el viaje ha sido más odisea que nunca ya que han llegado a España casi un mes después de la fecha habitual tras el histórico giro de Pedro Sánchez respecto a la autonomía del Sáhara Occidental.

Miembros de las cuatro asociaciones aragonesas que trabajan a favor del pueblo saharaui –Alouda (Huesca), Um Draiga y Arapaz (Zaragoza) y Lestifta (Teruel)– los recibieron en Barajas y luego los repartieron en dos autobuses para acompañarles hasta sus localidades de destino: 40 a Huesca, 45 a Zaragoza y 7 a Teruel. De momento, desconocen la fecha exacta de regreso al Sáhara aunque calculan que será a finales de agosto o principios de septiembre.

En el caso de la capital oscense, la Asociación Alouda de amigos del pueblo saharaui en el Alto Aragón llegó sobre las 18.30 a las instalaciones del IES Pirámide, donde esperaban ansiosas las familias.

Esta vez han viajado niños saharauis de 8 años, pero ha habido excepciones como la de Lala, de 11 que, presenta una discapacidad por un severo estrabismo ocultar. Carmen Castán, de Monzón, es su madre de acogida, repitiendo la experiencia de 2019. "Ahora mismo tiene el ojo mucho peor y vamos a intentar tratarla aquí en España. Nos tememos que la única solución sea una operación", explica. 

Ella misma pudo conocer de primera mano en febrero la situación del Sáhara ya que hizo un viaje humanitario con sus hermanas. "Esto te revoluciona la vida. Además, yo siempre digo que Lala nos ha hecho a todos un poco mejores porque tú les puedes ofrecer todo tipo de cosas materiales tan básicas como tener un grifo para poder ducharse todos los días o comida que sea algo más que el arroz o la pasta que les llega de Naciones Unidas; pero ellos nos enseñan mucho más a nivel personal viendo lo felices que son con tan poco", resalta.

De los 40 niños y niñas llegados al Alto Aragón, cinco tienen graves discapacidades, como explica Jesús Sanagustín, miembro de Alouda. Estos no van con familias sino que serán atendidos en centros de Cadis en Huesca (Aspace), Martillué (Valentia) e Isín (Adislaf). "Estamos muy ilusionados de retomar este programa que aparte de las características humanitarias también tiene unas connotaciones políticas ya que estamos ayudando a un pueblo traicionado por el Gobierno de España y que lleva 50 años abandonado en el desierto argelino", valora. 

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