Agricultores y ganaderos alertan de "cuantiosos" daños por las cosechas y las infraestructuras por el incendio de Ateca

Estos días tratan de ayudar haciendo cortafuegos, pero el rápido avance de las llamas apenas lo está permitiendo.

Una zona de bosque calcinada por el incendio de Ateca. En la jornada de hoy los bomberos de la DPZ se han centrado en seguir sofocando los focos activos en el perímetro del casco urbano de Moros y en defender los cascos urbanos de Villalengua, Embid de Ariza y Bubierca luchando contra el avance del fuego en las inmediaciones de estas localidades. Para ello han contado con dos camiones nodriza, dos camiones autobombas todoterreno y otros dos camiones autobomba urbanos.
Una zona de bosque calcinada por el incendio de Ateca. 
Dpz

Un escenario "dantesco". Así definen agricultores y ganaderos la situación que queda en los municipios más afectados por el avance de las llamas, ya que además de los campos y cultivos calcinados, el fuego está afectando a infraestructuras y regadíos; por lo que la previsión es que los daños sean "cuantiosos". "Económicamente es dramático", insistió José Manuel Casado, ganadero de Moros y responsable de ovino de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (Uaga), cuya paridera -llena de ovejas- se pudo salvar gracias a varios agricultores de Ateca que labraron rápidamente la zona con sus tractores para evitar que llegara el fuego.

En Moros, se han labrado los rastrojos de los campos de cultivo y, según ha destacado José María Alcubierre, secretario general de Uaga, "parece que está siendo efectivo".

No fueron los únicos, agricultores de toda la zona se pusieron a disposición del operativo toda su maquinaria para intentar frenar el incendio. "En la mayoría de los sitios, las Fuerzas de Seguridad no nos dejaron intervenir porque el fuego era virulento y explosivo", explicó Óscar Joven, responsable de la comarca de Calatayud de la misma organización. De hecho, ni siquiera este miércoles, cuando la situación estaba algo más controlada, se les permitió entrar a los campos a regar.

Explicó que en apenas 20 minutos, el fuego llegaba a avanzar 20 o 30 hectáreas. "Hace 40 años, viví otro incendio en este monte y no tuvo nada que ver. Se quemo una zona muy delimitada y con los tractores y los forestales se logró perimetrar", apuntó. El actual está siendo más "virulento" y se ha visto favorecido porque los montes "están muy sucios" y "no hay cortafuegos limpios", lo que permite que el fuego "pase de una zona a otra".

Joven recordó que la zona donde se inició el incendio es "bastante abrupta, con mucho barranco y poco camino". Y, en el momento en el que empieza a arder, "es todo una masa boscosa", llena de pinos, chaparros y matorrales bajos. "Lo que se ha quemado eran tierras de cultivo hace 30 años, pero debido a la dificultad de acceso y la despoblación se van quedando yermas. Estas parcelas frenaban el fuego", aseveró.

Ahora, toda la zona está repleta de cenizas y las perspectivas son "muy malas". "Hay una sociedad de fruticultores, de 14 socios, que han perdido la nave dónde recogían la producción", explicó, al tiempo que apuntó que para esta campaña "no podrán llegar", ya que "no tienen donde recoger ni comercializar". "Las perdidas en cosecha, arboles abrasados, infraestructuras de regadío, tubos y tuberías que serán cuantiosas", enfatizó.

"El cortafuegos se desbordó"

Casado no recuerda una jornada más "dramática" que la del martes. "El fuego entró a las 6.00 en el término municipal de Moros, tras cambiar el aire de dirección", relató. Y, pese a que a las 9.00 parecía controlado, finalmente el cortafuegos que habían hecho con la maquinaria -dando por perdidas unas 400 hectáreas de pinar- "se desbordó". "En tres horas, arrasó tierras de cultivo con ribazo y pequeñas masas de matorral bajo, alrededor de 10 kilómetros, y el fuego se presentó en la entrada del municipio", especificó.

Y se decidió evacuar de manera rápida a la población. "¿Cómo te pones en el pasillo de tu casa decidiendo qué me llevo?", se pregunto. Mientras tanto, el fuego iba avanzando. También hacia su paridera, donde tenía las ovejas. "Estaba convencido de que no iba llegar ya que tenía que pasar la vega, la chopera, el río, otra vez la vega y la carretera que va dirección a Villalengua. Cuando me di cuenta, estaba avanzando por rastrojos de cereales segados", explicó. Por suerte, aunque la nave ya estaba llena de humo, pudo salvar a las ovejas y su forma de vida.

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