Heraldo del Campo

Las rutas del vino aragonesas recuperan emociones y sensaciones

Después de dos años, la covid parece dar una tregua que permite al enoturismo aragonés acercarse a las cifras de 2019.

El enoturismo aragonés parece ir recuperando pulso respecto a los dos años anteriores, inmersos en la pandemia.
El enoturismo aragonés parece ir recuperando pulso respecto a los dos años anteriores, inmersos en la pandemia.
Gilbert Gabes

Aragón es un lugar idílico para los amantes del vino. Tanto su bebida como sus paisajes convierten a la Comunidad en una gran opción para el enoturismo. Así lo demuestran las cuatro organizaciones que forman las Rutas del Vino aragonesas integradas en las 36 Rutas del Vino de España. La ruta de la Garnacha en el campo de Borja; la del Vino de las Piedras, en la comarca de Cariñena; la Ruta del Vino del Somontano en misma comarca y la del vino de Calatayud en la que recibe el mismo nombre.

Cada ruta es diferente. El ser una zona vitivinícola tan rica permite encontrar una gran variedad de matices y adaptarse a los gustos y preferencias de cada visitante. Aunque las épocas por excelencia del enoturismo son la primavera y el otoño, las cuatro organizaciones realizan actividades por la geografía aragonesa durante gran parte del año para dar a conocer las marcas de la comunidad, desde visitas a bodegas con el ‘Bus del vino’, impulsadas por primera vez por la ruta oscense, a catas teatralizadas, con música o en lugares inimaginables.

Tras dos años con limitaciones de movilidad y aforos por la covid-19 y con el primer semestre del año como referencia, el sector del enoturismo pronostica un buen 2022. Insisten en que el interés sigue siendo el mismo y las cifras se acercan a las de 2019.

Enoturismo Aragón es la marca bajo la que se agrupan las cuatro rutas del vino certificadas por la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) y que también forman parte de las 36 rutas españolas. Las aragonesas se encuentran distribuidas en las provincias de Huesca y Zaragoza.

La Ruta de la Garnacha se extiende por la zona vitivinícola de la Denominación de Origen Campo de Borja, de la que forman parte Bodegas Borsao, Bordejé o Aragonesas, entre otras.

Cata teatralizada de la Ruta del Vino de la Garnacha.
Cata teatralizada de la Ruta del Vino de la Garnacha.
Jesús Navazcuez

El Campo de Cariñena es una de las zonas vitivinícolas con más solera de España. En su ruta, también denominada como la Ruta del Vino de las Piedras, acoge conocidas bodegas como Care, Tierra de Cubas o Vinos y Viñedos.

La Denominación de Origen Protegida de Calatayud, en una de las zonas vitícolas con mayor altitud del país y viñedos centenarios, también cuenta con su ruta. Bodegas Langa, San Alejandro o Castillo de Maluenda son algunas de las marcas que la conforman.

La única ruta oscense es la del Somontano, en la misma comarca, a la que acompañan parajes como el Parque Natural de la Sierra de Guara. Entre sus bodegas se encuentran Viñas del Vero, Valdovinos o Laus.

Todas ellas trabajan conjuntamente por mostrar el valor de las denominaciones de origen de la Comunidad así como del territorio aragonés y sus espacios naturales y culturales.

La Fiesta de la Vendimia, en Cariñena, es una de las fechas más esperadas.
La Fiesta de la Vendimia, en Cariñena, es una de las fechas más esperadas.
Ruta del Vino de las Piedras

Cifras prepándemicas

Las cuatro rutas aragonesas coinciden en que el 2022 está acercando al sector a la normalidad. El año pasado, el preocupante incremento de los casos de la covid-19 en la Comunidad hizo que el Gobierno de Aragón limitará la movilidad en sus territorios, no solo a nivel autonómico si no que algunas localidades, como Tarazona, Fraga, Jaca o la comarca de las Cinco Villas, sufrieron también los llamados confinamientos perimetrales. El ‘toque de queda’, el uso de mascarilla obligatoria y aforos muy limitados, fueron otras de las normas que acompañaron a los aragoneses durante la mayor parte del año y que complicaron el trabajo del sector turístico y hostelero.

Durante el 2021 las rutas apostaron por actividades en la naturaleza, donde poder mantener las distancias de seguridad y aforos reducidos.

Muchos visitantes se animaron a realizar visitas a las localidades que forman parte de las Rutas del Vino aragonesas. Fechas como la Cincomarzada fueron "increíbles" para la comarca de Cariñena, comenta Carmen Gracia, gerente de la Ruta del Vino de las Piedras. Incluso "en Muel hubo que limitar su acceso", cuenta. Este año y en estas fechas, ya son "muchas las bodegas que han abierto a sus visitantes otras esperaran a después del verano que son las fechas fuertes", añade.

"Estamos en el momento de salida de la pandemia", pronostica Roberto Regueiro, gerente de la Ruta de la Garnacha. La guerra de Ucrania, el problema de suministros o la inflación son otros de los problemas que han azotado al sector turístico y aquellos a los que influye. A pesar de estar en un momento económico complicado, "el turismo suele superar las crisis bien. La gente sigue saliendo adaptándose a las circunstancias: en cuenta de comer en un restaurante, hacen un picnic. La esencia de salir y visitar lugares sigue estando", explica Regueiro

Las visitas disminuyen hasta después del verano, una de las épocas más destacadas para el sector del vino. Sin embargo, el interés "está siendo el mismo que en 2019, la reactivación está siendo fácil" cuenta Michel Arenas, coordinador de la Ruta de Calatayud.

En el Somontano, aunque todavía no se han alcanzado las cifras anteriores a la pandemia, señalan que el crecimiento respecto al año 2020 es de un 62%.

Parejas y amigos

El perfil de visitantes continúa siendo el de grupos de amigos o parejas entre 30 y 60 años principalmente de la Comunidad, destacan en las cuatro rutas. En el caso de la bilbilitana "aunque podríamos decir que el 50% son zaragozanos que vienen a pasar el día y que a su vez aprovecha para hacer otras actividades como senderismo o BTT en el ‘Far West’ aragonés, también recibimos muchos visitantes madrileños. Estamos a una hora en tren y dos en coche", cuenta Arenas.

Mientas, en la ruta de Cariñena destacan que el perfil de visitantes también es internacional y de usuarios que viajan con autocaravanas. Es una actividad menos común para familias aunque algunas bodegas "cuenta con actividades como ‘Crea tu mosto’ para los más pequeños", cuenta Gracia. 

Conocer el vino de Aragón

Las cuatro rutas trabajan continuamente por dar a conocer el territorio aragonés y sus Denominaciones de Origen. Para ello lanzan numerosas y variadas actividades para todos los gustos. Si hay una actividad que destaca en todas ellas es el ‘Bus del vino’ –impulsada por primera vez por la ruta oscense– una jornada de catas, visitas guiadas por la zona y a alguna de las bodegas que conforman la ruta, que incluye el transporte.

Visita a Tobed, Calatayud y Bodegas San Alejandro, con el Bus del Vino
Visita a Tobed, Calatayud y Bodegas San Alejandro, con el Bus del Vino
Ruta del Vino de Calatayud

En el caso de la ruta bilbilitana son temáticas: conocer el múdejar de la zona, en la naturaleza en espacios como el Monasterio de Piedra o sobre la ciudad de Calatayud. Entre ellas una de las favoritas es la relacionada con el termalismo, que añade a la experiencia enoturística sesiones en alguno balnearios de la zona como Jaraba, Alhama de Aragón o Paracuellos de Jiloca.

Durante este año también ha tenido lugar el ciclo ‘Catando al ritmo’ que se ha realizado en cinco bodegas. El saxofonista Ramón Sanz o el dúo formado por Silvia Solans y David Mas son algunos de los artistas que han amenizado estas sesiones.

En el campo de Cariñena, una de las fechas más señaladas es la Fiesta de la Vendimia, "la gente tiene muchas ganas y nos preguntan mucho", confiesa García. Se prevé que esta fiesta se celebre en el mes de septiembre aunque las altas temperaturas pueden provocar que se vendimie antes de lo habitual. Otra de las actividades destacadas es la ruta del franciscano Juan Altamiras. El franciscano -una orden especialista en el almacenamiento y conservación del vino-, que aprendió a cocinar entre La Almunia, Alpartir y Zaragoza, publicó en 1745 el libro ‘Nuevo Arte de Cocina’, un manual de cocina del día a día con ingredientes habituales de la zona. Falleció en Cariñena y tanto esta comarca como la del Valdejalón le rinden homenaje recreando en algunos de sus establecimientos recetas basadas en el libro de Altamiras.

Catas con humor, música o a ciegas son la apuesta de la Ruta de la Garnacha. Defienden que el enoturismo es parte del turismo experiencial, de las emociones y sensaciones. ‘Catando emociones’ son las jornadas consisten en una cata lúdica y didáctica en la que "se comenta de tú a tú", explica Regueiro. Con el objetivo de "dar valor y a conocer la marca del campo de Borja de una forma diferente", añade el coordinador.

Otra propuesta son las catas en lugares especiales, desde miradores, bajo un puente medieval o en la Colegiata de Graus. ‘Catas con vistas’, de la ruta del Somontano, finalizaba este fin de semana su segunda edición con gran éxito. Esta experiencia consiste en probar el vino, acompañado de un picoteo, en lugares en los que jamás podría haberse imaginado.

Cata con vistas de la D.O. Somontano.
Cata con vistas de la D.O. Somontano.
Ruta Vino Somontano

Un buen 2022

Aunque las estaciones de mayor volumen de trabajo en el sector son la primavera y el otoño, con el ejemplo del primer semestre del 2022 las rutas aragonesas pronostican un balance positivo a final de año.

El interés por el enoturismo sigue en alza y tras dos años con limitaciones esperan "igualar las cifras a las de antes de la pandemia", confiesa Arenas. Con el objetivo principal de poner el valor las denominaciones de origen aragonesas, su elaboración y mostrar el potencial del vino de la Comunidad.

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