Hasta 60 estaciones meteorológicas en Aragón para predecir cuándo llegará la próxima ola de calor

Estos observatorios son una herramienta clave para detectar y predecir climas adversos como el caluroso episodio que está sufriendo el territorio actualmente.

Personal atendiendo la estación meteorológica de Castellote (Teruel).
Personal atendiendo la estación meteorológica de Castellote (Teruel).
Aemet Aragón

Sumergidos en plena ola de calor y alcanzando máximas desde el 10 de julio, las principales aliadas que se dedican a medir, registrar y transmitir diferentes datos sobre el tiempo son las estaciones meteorológicas. Con su ayuda se detectan condiciones climatológicas que pueden llegar a ser adversas, como en este caso, la ola de calor. La Aemet cuenta con más de 3.000 estaciones repartidas por toda España, 60 de ellas en Aragón. Su amplia distribución sirve para aportar la máxima información posible. Por ejemplo, uno de los criterios para determinar que se va a dar un episodio caluroso como el actual, es que exista una extensión determinada. Es decir, que por lo menos, el 10% de las estaciones meteorológicas del territorio cumplan los requisitos, detalló Rafael Requena, delegado territorial de Aemet en Aragón. "Se considera ola de calor a un episodio de al menos tres días consecutivos, en que como mínimo el 10% de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95% de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1981-2010", añadió Requena. Esto significa que en Zaragoza, por ejemplo, donde la temperatura por la que nos guiamos actualmente son 37,5 ºC, para que se de una ola de calor las máximas tendrán que superar esa cifra durante tres días consecutivos y en el 10% de las estaciones de la región territorial correspondiente.

"La Aemet dispone de una red nacional de estaciones automáticas y manuales", explicó el delegado. De las 60 estaciones aragonesas hay una en el Aeropuerto de Zaragoza, con personal, y otra en Valdespartera, que es automática. El nivel de autonomía permiten clasificarlas. Existen las estaciones convencionales, que son atendidas por personal de la Aemet. Las automáticas, que recogen datos de forma mecánica sin supervisión continua. Y, por último, las manuales, que son controladas por los colaboradores externos que contribuyen de forma altruista y observan las precipitaciones y la temperatura.

Los instrumentos

Las variables se miden con los denominados ‘instrumentos meteorológicos’. Los más comunes son los termómetros y dentro de estos utensilios hay una gran variedad. Los termómetros de máximas son los más frecuentes, distinguidos por tener un estrechamiento en el bulbo. Estos utensilios son utilizados cuando se tiene fiebre y se quiere medir la calentura. También existen los de mínimas y los de subsuelo, que se encuentran junto al pavimento y miden la temperatura a diferentes profundidades.

Por otro lado están los pluviómetros, que sirven para medir la cantidad de lluvia que cae en un lugar y en un espacio de tiempo determinado. Asimismo, existen utensilios menos conocidos como las veletas y los anemómetros, ambos para medir la velocidad del viento y la dirección. Antiguamente las veletas solían estar en la punta de los campanarios de las iglesias. Los evaporímetros miden la cantidad de evaporación potencial. Y, por último, los más desconocidos son el psicrómetro, que informa de la humedad relativa del aire; el tanque evaporimétrico, que mide la evaporación; y el termohigrógrafo, que, a través de un registro gráfico, informa continuamente de la humedad y la temperatura del aire. Algunos instrumentos se guardan en una garita, una caja cuadrada compuesta con doble persiana para evitar que los rayos solares incidan directamente en su interior y condicionen las mediciones. Fuera, en el jardín meteorológico, está el pluviómetro.

"Es importante que estas estaciones ocupen diversos espacios, para poder recopilar el máximo de información posible", explicó Requena con la finalidad de "establecer criterios y detectar los fenómenos adversos", que cada vez se dan con más frecuencia. También sirve para certificar e informar sobre las solicitudes que llegan por daños ocasionados por fenómenos adversos como "viento y precipitación, fundamentalmente", señaló Requena. Pero además, este estudio del clima tiene una importancia determinante en la sociedad, pues permite analizar las "variaciones climáticas" de las zonas y comparar datos de muchas estaciones en todo el mundo para "comprobar y estimar el cambio climático global", sentenció el delegado territorial.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión