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El merchero que mató a un guardia civil ingresa en la prisión de Zuera

Llegó a las 15.30 de este viernes tras su traslado desde la cárcel de Villanubla (Valladolid) y ha sido ingresado en aislamiento bajo un control especial.   

Efectivos de la UEI de la Guardia Civil en su actuación ante el atrincheramiento del Chiqui en el pueblo de Santovenia de Pisuerga (Valladolid).
Efectivos de la UEI de la Guardia Civil en su actuación ante el atrincheramiento del Chiqui en el pueblo de Santovenia de Pisuerga (Valladolid).
Europa Press

El merchero Pablo Antonio Santamaría Herranz, conocido como 'El Chiqui', que presuntamente mató de un disparo en la cabeza el pasado 1 de julio al teniente coronel Pedro Alfonso Casado en el pueblo de Santovenia de Pisuerga (Valladolid)  tras matar a otro vecino, llegó este viernes por la mañana a la cárcel de Zuera, según confirmaron fuentes penitenciarias a HERALDO.

El traslado del preso, de 46 años, fue una decisión de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias después de que detectaran que existía el riesgo de que sufriera alguna agresión en la prisión de Villanubla (Valladolid) como consecuencia de los dos asesinatos que cometió en la localidad castellana.

En Zuera, ha sido ingresado en una celda de aislamiento y se le podría aplicar un control especial tan riguroso como el que se le aplicó a Norber Feher, conocido como Igor el Ruso, autor de tres asesinatos en Andorra (Teruel). Su largo historial en las prisiones española para él empezó en 1998.  

Al parecer, la dirección de la prisión de Villanubla expuso ante Instituciones Penitenciaras que no podía mantenerlo en el centro por el peligro que entrañaba su convivencia con los compañeros de otras celdas. De este modo, llegó este viernes a las 15.30 en un traslado habitual a Zuera, pero bajo la premisa de que se le mantenga bajo un seguimiento especial.

En principio, se barajaba que podían trasladarlo a otra prisión de mayor seguridad en la comunidad de Castilla-León, pero finalmente se optó por el traslado a la prisión de Zuera. Estas decisiones generan críticas entre los funcionarios por el peligro que deben asumir ante la convivencia habitual con los presos más peligrosos del país.

El interno de origen merchero se atrincheró en su casa con su yerno como rehén la madrugada del 30 de junio tras haber matado a su vecino y amigo Dionisio Alonso. Poco después, a las siete de la mañana, llegó el teniente coronel Casado a Santovenia de Pisuerga junto al resto de miembros de la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil que tiene su sede en Valdemoro (Madrid).

Al rato de que llegara la UEI al lugar, su jefe recibió un disparo realizado “a ciegas” desde dentro de la vivienda a través de la puerta cerrada que le alcanzó en la cabeza atravesándole el casco, por lo que fue trasladado inmediatamente en estado crítico al Clínico de Valladolid, donde fue intevenido de urgencia. Pablo Antonio Santamaría utilizó como arma un fusil Mauseer de alto calibre, antiguo y de cerrojo.

Mientras el teniente coronel estaba siendo intervenido, las negociaciones continuaron y a las 13.00 de ese viernes (1 de julio)  el Chiqui dejó en libertad al rehén, su yerno, sin ningún daño físico. Cuatro días después, el jefe de la UEI falleció.

La Guardia Civil impuso la Cruz de Oro de la Orden del Mérito del Cuerpo, su máxima distinción, al teniente coronel Pedro Alfonso Casado, casado y con dos hijos, por haber muerto en acto de servicio. La entregó la directora general de la Guardia Civil María Gámez en un acto muy emotivo. Casado tenía además siete cruces del mérito de la Guardia Civil y antes de mandar la UEI estuvo destinado en el Grupo de Acción Rápida (GAR).

Intervino en la liberacion de Ortega Lara 

El teniente coronel tenía 50 años, era natural de Vitoria y huérfano de la Guardia Civil porque su padre, ya fallecido, también era miembro de la Benemérita. Estudió en la Academia General Militar de Zaragoza (ingresó en 1995 y acabó en el año 2000) y entre sus intervenciones destacaba haber actuado en la puesta en libertad del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, tras estar secuestrado 532 días en una empresa de Mondragón (Guipúzcoa).

La paradoja quiso que cuando se cumplían 25 años de esa puesta en libertad (el pasado 1 de julio) en la que intervino fue cuando recibió el disparo que acabó siendo mortal. 

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