verano

¿Quién dijo que los campamentos de verano eran cosas de niños?

Desde hace casi una década, Embosqadas organiza campamentos de verano para adultos y familias en Aragón.

Uno de los campamentos para familias de Emboscadas.
Uno de los campamentos para familias de Emboscadas.
Heraldo

¿Cuántos de quienes leen estas líneas recuerdan aquellos veranos en los que se iban de campamentos durante unos días? El destino era indiferente. Conocer gente nueva -esas relaciones efímeras que se fraguaban en unos días y que parecían eternas-, disfrutar de la naturaleza y pasar el día jugando eran alicientes suficientes para cualquier niño que se precie. Sin embargo, ¿quién dijo que esto era una cosa de niños?

Desde hace diez años, la empresa aragonesa Embosqadas organiza campamentos de verano para adultos y familias en Aragón. ¿El objetivo? Disfrutar de aquellos maravillosos años, pero de mayores. “Todo nace de un grupo de trabajadores que formábamos parte del equipo de cocina de una de estas citas. Cada verano, perdidos en el Pirineo aragonés, vivíamos como unos usuarios más, durmiendo en literas y charlando o cantando hasta las tantas…”, rememora Eva Sastrón, una de las organizadoras.

Fue precisamente así como nació la idea de crear un proyecto de campamentos para adultos en Aragón junto a Jorge Senar, uno de sus compañeros, cuando por aquel entonces no existía nada parecido en todo el país. “Vimos alternativas en Estados Unidos de ‘Digital Detox’, para personas enganchadas a las nuevas tecnologías. Nosotros queríamos algo más, queríamos volver a aquellos años”, explica la zaragozana. Hoy cuentan con varios grupos de hasta 30 personas en la modalidad de adultos y hasta 50 en el de familias, tanto en los meses de julio -en La Rioja- y agosto -en Selva de Oza, Huesca-. “La mayoría de la gente repite, y a muchos pequeños los hemos visto crecer, año a año”, asevera.

Recuperar el juego es parte de la esencia de estos campamentos.
Recuperar el juego es parte de la esencia de estos campamentos.
Emboscadas

Durante la semana se organizan todo tipo de juegos, actividades al aire libre, prácticas de escritura, excursiones y un largo etcétera. Además, se pernocta siempre en tiendas de campaña, en formato acampada, para reconectar con la naturaleza durante unos días. “También jugamos mucho con la creatividad, con actividades de ritmo, talleres de música e interpretación, y muchas de ellas relacionadas con la naturaleza. Lo mejor es que la gente se ríe muchísimo”, explica Sastrón. En cuanto al precio de la actividad, ronda los 300 euros, semana completa con alojamiento y pensión completa.

La organizadora asegura que en cada edición se dan los condicionantes para que los participantes vuelvan a ser quienes realmente son, aunque muchas veces los ritmos vertiginosos de vida nos lleven a olvidarlo: “Es como si al rescatar a los participantes del estrés nos demostrasen quiénes son”.

En estos campamentos uno puede ser quien realmente quiera ser.
En estos campamentos uno puede ser quien realmente quiera ser.
Emboscadas

Re-conocerse

¿El secreto? Se crea un ambiente verdaderamente entrañable. “Se trata de volver a ser aquel niño que fuiste, desterrando al adulto y volviendo a jugar y a mirar la vida como entonces”, relata. De hecho, proponen a los participantes un reto: está prohibido hablar de trabajo y contar la dedicación de cada uno. “Es algo que no percibimos, pero que marca nuestra edad adulta. La mayoría de los participantes vienen solos y no saben nada del resto. Es una manera muy chula de conocerse”, admite.

De esta forma, durante el tiempo que dura el campamento, puedes convertirte en quien tú quieras, abandonando el personaje que has creado en tu vida cotidiana en casa, al menos por unos días: “La gente agradece mucho escapar de este papel durante este tiempo”.

Además, quien se apunta a una actividad de estas características, cada vez más en auge en nuestro país, comparte una serie de características que acaba creando grupos verdaderamente interesantes: “Sobre todo es gente abierta, con ganas de probar cosas nuevas y muy curiosa. De aquí suelen salir lazos que perduran en el tiempo”.

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