Ateca homenajea a Don Paco, el creador de los Huesitos

Más de 200 personas acompañaron este sábado a la familia de Francisco Unzurrunzaga, que modernizó la chocolatera local.

Integrantes de la familia Unzurrunzaga junto a vecinos y miembros del Ayuntamiento de Ateca junto a la placa instalada a la entrada de la fábrica de Chocolates Hueso
Integrantes de la familia Unzurrunzaga junto a vecinos y miembros del Ayuntamiento de Ateca junto al monolito instalado a la entrada de la fábrica de Chocolates Hueso
Macipe

Si las calles de Ateca siguen oliendo a chocolate en la actualidad es en parte responsabilidad de una persona: Francisco Unzurrunzaga Loinaz. Para reconocerlo, más de 200 vecinos de la localidad asistieron este sábado, bajo un intenso calor, a un homenaje póstumo que se materializó con el descubrimiento entre aplausos de un monolito a la entrada de la fábrica de Chocolates Hueso en el que se lee la inscripción "En agradecimiento por su contribución al desarrollo de este municipio".

Conocido popularmente en el pueblo como Don Paco, este guipuzcoano, socio de la empresa Zahor, asumió, con la compra de la empresa local, la dirección de la planta atecana y se trasladó a vivir a la localidad en 1955. "Tenemos unos vínculos indisolubles, porque vine aquí con tres años, mi hermano con seis, mi hermana nació aquí, mi mujer y la mujer de mi hermano son de aquí, mis hijos han nacido aquí…", detallaba Miguel Unzurrunzaga, acabado el acto.

Junto a él también estuvieron presentes el resto de miembros de la familia, hasta los bisnietos y quiso recordar "a mi madre, que estuvo como un apoyo a su lado 70 años, y a mi tío Clemente, que se vino a los meses con él hasta que falleció en 1985", añadió emocionado entre continuos saludos de los asistentes. "Los edificios se hicieron con él y quedan como legado. En la biografía de Jesús Blasco se aprecia que fue un empresario de éxito, pero lo más importante es que fue una gran persona, un hombre bueno".

Unzurrunzaga fue pregonero de las fiestas patronales de la Virgen de la Peana en 1992 y en su discurso ya remarcó, además de agradecer las atenciones recibidas "el esfuerzo y entrega de todos los que en este tiempo han colaborado conmigo para llevar adelante nuestra empresa ya que de no haber existido ese espíritu nunca lo hubiéramos conseguido". Así, en la localidad ese sentimiento es mutuo y recuerdan que su entrada supuso un salto de calidad.

"Cuando llegó habría una docena de empleados y una cifra modesta de producción y el pueblo era eminentemente agrícola, con los años la empresa creció de forma continua en instalaciones y hasta llegar a superar los 300 trabajadores", detalló el alcalde, Ramón Cristóbal Júdez. A lo largo de esos años, la fábrica diversificó la producción y en 1975 vieron la luz los reconocidos Huesitos, a los que se sumaron la barritas Tokke y otros productos como los caramelos Respiral.

Melquiades Sánchez, trabajador durante 50 años en varias de las líneas, valora el trato "humano". "Era una personas que ayudaba a todo el mundo y estaba pendiente de la plantilla, y mejoraba las condiciones cuando se podía". Para José Miguel Morte, que entró a trabajar con 15 años, la imagen de Unzurrunzaga era la de un hombre "muy serio, muy recto, pero muy buena gente".

En su caso, coincidió hasta la jubilación de Don Paco, que llegó en los 90 tras la venta de la planta a la multinacional Cadbury. La planta luego pasó a manos de Kraft, que en 2013 quiso deslocalizar la producción a Polonia hasta que Chocolates Valor se hizo con la propiedad. "Don Paco se unió a la campaña 'Ateca es chocolate', era un hombre que nunca olvidó Ateca", recuerda Juana Monge. A su lado, Isabel Campos recuerda que "entré a los 15 años y sigo aquí, muy a gusto. Tanto con él como con las compañeras". Entre los asistentes, además de vecinos y miembros del Ayuntamiento atecano, también estuvo Javier Sada, presidente de las Cortes de Aragón y exalcalde de la localidad.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión