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Sin Barreras 30 Aniversario 2024

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Los ‘chef’ de Lacuscina apagan los fogones después de un fructífero curso lleno de sabor e integración

Más de una veintena de chicos y chicas han participado durante este año en la 2ª edición de 'Salseando con los Chefs de LacusCina', una iniciativa de Fundación Lacus Aragón que se ha desarrollado en la escuela El Azafrán.

Los aprendices de chef disfrutan de lo lindo en la escuela El Azafrán con Maite Fernández y Luís Ángel Vicente.
Los aprendices de chef disfrutan de lo lindo en la escuela El Azafrán con Maite Fernández y Luís Ángel Vicente.
F. Lacus.

Una deliciosa paella, ensalada 'caprese' y una sangría sin alcohol, con trocitos de naranja y limón. Este fue el menú de fin de curso de los aspirantes a 'chef' que durante este año han participado en la 2ª edición de 'Salseando con los Chefs de LacusCina', una iniciativa de Fundación Lacus Aragón, que se ha desarrollado en la escuela El Azafrán bajo la atenta mirada de los cocineros Maite Fernández y Luis Ángel Vicente. 

Durante todo este curso, más de una veintena de participantes, chicos y chicas con y sin discapacidad, han disfrutado de lo lindo de una actividad integradora, en la que "entre conversaciones, risas y bromas, se mantiene la profesionalidad de los alumnos en sus labores y se incrementa progresivamente su destreza en las tareas, por lo que hemos podido ir aumentando la exigencia y complejidad", explica Isabel Pemán,  trabajadora de Fundación Lacus Aragón y coordinadora de esta actividad.

Una vez al mes,  estos jóvenes aspirantes a cocinero han participado en unos talleres en los que, además de aprender a elaborar platos de lo más sabrosos, han fomentado la sociabilización y la amistad. "A mi me ha gustado mucho LacusCina porque hago muy bien lo de cortar la comida, pero también conozco gente, veo a los cocineros cómo lo hacen y así me enseñan a cocinar. Ahora ya no me da miedo dar vueltas a la comida en el fuego y lo que más me ha gustado, además de cocinar con los amigos, ha sido comerme lo que he cocinado después. Ha estado genial", indica Julia, una de las integrantes de este taller de cocina.

Los voluntarios ayudan a las personas con discapacidad a realizar las tareas.
Los voluntarios ayudan a las personas con discapacidad a realizar las tareas.
F. Lacus.

Emoción a raudales

Una de las particularidades de esta actividad es que nadie sabe qué se va a elaborar hasta que llega el mismo día de poner en marcha los fogones. La encargada de desvelar el plato elegido es Maite Fernández, siempre muy bien acompañada por Luis Ángel Vicente. Ellos van mesa por mesa para que nada falle en las elaboraciones y luego los chicos y sus familias puedan disfrutar en casa de unas recetas riquísimas. 

"Es una propuesta que me ha permitido poder ayudar a personas con discapacidad. A nivel personal, creo que ayudar a la gente es algo que podríamos hacer todo el mundo, porque a ellos les alegra tu presencia y yo estoy encantado de compartir su alegría. Es una forma muy entretenida de pasar tiempo con ellos", indica Francho Val, quien a sus 14 años, lleva ya tiempo participando en actividades de ocio inclusivo como esta. 

"Siempre que salgo del taller de cocina me voy a casa con la sensación de que recibo mucho más de lo que doy"

En LacusCina, además, es muy importante la labor que desarrollan los voluntarios, que se encargan, entre otras muchas cosas, de que los chicos participen activamente en la actividad, independientemente de su grado de discapacidad, que en algunos casos, como los de Juan y Alejandro, es muy elevado, pero semanalmente logran que se integren y participen activamente en todo el proceso de elaboración del plato. "Siempre que salgo del taller de cocina me voy a casa con la sensación de que recibo mucho más de lo que doy. Y este sentimiento permanece en mí durante mucho tiempo. Es un auténtico placer ver cómo aprenden día a día, las ganas que le ponen a todo y las risas que se escuchan en la escuela El Azafrán, donde nos tratan de maravilla gracias a la profesionalidad de Maite y Luis Ángel", indica Ana, voluntaria de Fundación Lacus Aragón desde hace más de una decena de años. 

Un taller que este curso ha llegado a su fin y en el que, además de elaborar platos muy ricos y sanos, los chicos han aprendido rutinas higiénicas y de salud transferibles a otros contextos. Y, sobre todo, se han dado cuenta de lo importante que es ayudar a los demás para lograr su implicación plena, gracias a la guía y el asesoramiento de las profesionales de la Fundación que están presentes en todos los talleres. 

"En esta actividad, además de destacar la capacidad para seguir instrucciones y la coordinación y reparto de tareas, también hay que reconocer la manera en la que los chicos elogian el quehacer de los otros, el ofrecimiento de ayuda y el respeto a las diferencias. Todo esto es muy enriquecedor, así como el orgullo de sacar adelante ricas recetas que elaboran entre todos", matiza Isabel Pemán, quien recuerda que este año, los cocineros han contado con la dificultad añadida que supone cocinar a ciegas a nivel gustativo, ya que se ha mantenido la recomendación de llevar mascarilla para cuidarse entre todos.

REALIZADO POR BLUEMEDIA STUDIO
Este contenido ha sido elaborado por BLUEMEDIA STUDIO, unidad Branded Content de Henneo.

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