Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Óscar Lucía: "Nosotros sembramos y otros países recogen los frutos"

Doctor ingeniero industrial (Zaragoza, 1983), es profesor titular de Unizar y pertenece al Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón.

Óscar Lucía investiga mirando a la industria.
Óscar Lucía investiga mirando a la industria.
José Miguel Marco

Acaba de entrar en la Academia Joven de España. Como en ingeniería todo tiene que funcionar, ¿para qué sirven las academias?

La Academia Joven es de reciente creación y su objetivo es promover la ciencia como opción profesional entre los jóvenes, una opción no suficientemente reconocida o bien contada.

¿Y cómo contarles mejor a los jóvenes qué impacto tiene la ingeniería en la sociedad?

Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir. Cuando enchufamos el móvil, hay un ingeniero que se ha encargado de que llegue la electricidad hasta ahí.

¿Qué idea llevan hoy en la cabeza los jóvenes alumnos a quienes da clase?

Los estudiantes de Ingeniería tienen muy claro que quieren contribuir a la sociedad desarrollando productos. Se ve desde el principio. Son en general carreras vocacionales porque no son sencillas y requieren bastante esfuerzo. Tenemos estudiantes muy motivados, encantados de poder aplicar lo que estudian. Y las empresas, nacionales e internacionales, obtienen profesionales bien formados, capaces de resolver problemas del mundo real.

"Cuando enchufamos el móvil, hay un ingeniero que se ha encargado de que llegue la electricidad hasta ahí"

Pero van a faltar ingenieros de aquí a unos años...

Es cierto, necesitamos más personal técnico cualificado y más ingenieros.

¿Ha visto fugarse muchos talentos a su alrededor?

Sí, lamentablemente. Entre ellos, mi hermano, también ingeniero, que es catedrático en Alemania. Es una pena porque estudió Ingeniería aquí: nosotros sembramos y otros países recogen los frutos. Aunque hay políticas para retener y atraer el talento fugado, tenemos que hacer mucho más.

Profesionalmente, usted ha preferido la academia a la industria. ¿Por qué?

Porque me permite investigar en lo que más me gusta, aunque siempre con transferencia a la empresa -ya en el proyecto de fin de carrera y la tesis pasaba la mitad del tiempo en BSH-. Desde la universidad he acabado haciendo cocinas de inducción, coches eléctricos o sistemas para tratar el cáncer, cosas muy diversas. Es lo bonito de la ingeniería: esa aproximación interdisciplinar que nos lleva a los ingenieros a estar en el quirófano y a los cirujanos al laboratorio de electrónica.

Es coinventor en más de 55 familias de patentes internacionales. ¿Qué le gustaría inventar?

Un vehículo eléctrico o una cocina de inducción con un 99,99% de eficiencia, que nos permita ser más ecológicos y tener mayores prestaciones. Hay que conseguir que cualquier dispositivo que conectemos a la red, desde el cargador del móvil a la televisión o el coche, sea lo más eficiente posible, porque cada vatio cuenta.

¿Conduce un coche eléctrico?

Sí. Hace una año decidí predicar con el ejemplo. Si la crisis de los semiconductores nos lo permite, en 2023-24 tendremos vehículos más económicos y con mayor autonomía.

"Me gustaría inventar un vehículo eléctrico o una cocina de inducción con un 99,99% de eficiencia, que nos permita ser más ecológicos"

¿Cómo afecta a la investigación en electrónica el desabastecimiento de microchips?

Nos ha complicado muchísimo las cosas. Siempre diseñamos teniendo en cuenta los dispositivos disponibles y ahora, a veces tenemos que partir desde cero en el diseño porque no habrá dispositivos hasta dentro de un año y no podemos estar parados. Es un quebradero de cabeza que va a ralentizar el trabajo, desde las primeras fases de I+D hasta la puesta en producción. Ya hay varios fabricantes de vehículos de lujo que venden los coches sin conectores usb o sin pantallas táctiles porque si no, no los pueden entregar.

Depender tanto del exterior no es nada bueno.

Salvo alguna de instalación reciente en Alemania, todas las fábricas de microchips y semiconductores están fuera de Europa. Dependemos de Asia. Se va a hacer un Perte para tratar de reindustrializar España, pero hace falta mucho dinero y mucha mano de obra cualificada. No es fácil conseguir ninguna de las dos cosas.

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