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La Fiscalía de la Audiencia Nacional archiva la investigación de la autoría del incendio del Corona
Se abrieron varias hipótesis sobre el suceso del 12 de julio de 1979 en el que murieron 83 personas, pero no se puede determinar quién provocó el fuego.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha archivado la investigación abierta desde el pasado mes de abril sobre la autoría del incendio del hotel Corona de Aragón, donde fallecieron 83 personas y 110 resultaron heridas en el suceso ocurrido en el verano de 1979. La decisión ha sido comunicada recientemente por la fiscal encargada del caso a los denunciantes, que son familiares de las víctimas del siniestro, según han confirmado a HERALDO fuentes cercanas al caso.
Uno de los denunciantes precisa que la Fiscalía les ha detallado que “se han abierto varias hipótesis” sobre la “posible autoría” respecto del incendio del Corona, pero que “no se ha podido determinar” la más adecuada a los hechos y con pruebas determinantes sobre lo sucedido hace 43 años.
Ocurrió a las 8.15 del 12 de julio de 1979 y se declaró en la churrera de la cafetería Picadilly, situada en la zona próxima a la calle Ramón y Cajal, que conecta con la calle César Augusto, donde estaba situado el hotel Corona de Aragón (hoy se llama Hotel Innside). El fuego se declaró de manera muy rápida de izquierda a derecha y llegó hasta la terraza, por donde pudieron huir algunas personas al acercarse el helicóptero procedente de la Base Americana de Zaragoza.
“Lo intentamos las víctimas con esta denuncia, pero no se ha podido ver el recorrido. Quizás haya documentación que siga clasificado (por el CNI) o bien se llegó a destruir”, señaló una de las víctimas.
De cualquier manera, el exministro de Presidencia del Gobierno de la UCD, José Manuel Otero, quien formaba parte del Gobierno de Adolfo Suárez (1977-1979), admitió en noviembre del año pasado en Zaragoza que no tenían ninguna prueba fehaciente que fuera un atentado, pero que se inclina porque lo fue. “Es muy raro que fuera un incendio accidental por el tipo de personas que había dentro”, recalcó al mencionar a Carmen Polo, la viuda del dictador Francisco Franco, y los generales que iban a la entrega de despachos de la Academia General Militar.
Hace nueve años, en 2013, el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, reabrió la investigación sobre el incendio y solicitó a la Policía y la Guardia Civil que informasen sobre la autoría del incendio y si estaba ETA pudo estar detrás, pero el proceso acabó archivado. La banda terrorista rechazó la autoría de “falsos atentados” como el incendio del hotel Corona de Aragón en un comunicado que hizo en noviembre de 2018 en la publicación Zutabe.
Los jueces penal y civil
La Audiencia Nacional dictó un auto en 1980 afirmando que no se acreditó que el suceso tuviera carácter terrorista, en contra de la petición del titular del Juzgado de Instrucción 1 de Zaragoza, Rafael Soteras Casamayor, quien incidió en que había causas exógenas que provocaron el incendio y podían ser de una organización terrorista. Al final, los hechos fueron sobreseídos en 1982 por la Audiencia de Zaragoza.
Aun así, el magistrado aragonés Santiago Pérez Legasa admitió en la vía civil que el incendio se produjo por las mismas “causas exógenas” de la vía penal, y un elemento anómalo extraño, seguramente un pirogel, un producto inflamable fácilmente transportable.
De esa manera, el juez abrió la posibilidad de que fuera un acto de terrorismo, pero no se decantó de la autoría al ser una sentencia civil. “Fue un acto terrorista, pero no sé de qué signo y quizás nunca se sepa”, manifestó el magistrado a este periódico.
Las víctimas del Corona fueran reconocidas por el Gobierno del PP en el año 2000 dentro de la Ley de Solidaridad con las Víctimas de Terrorismo y fueron indemnizadas. El Gobierno de Aragón también incluyó a los fallecidos aragoneses en el Corona tras ampliar su ley a los que sufieron atentados antes de 1982.
En enero de 2009, el Tribunal Supremo reconoció en una sentencia el derecho de unas de las víctimas (José Ramón Vigón, un militar retirado que perdió a su madre y una prima en el incendio) a recibir la Gran Cruz de Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas de Terrorismo y para ello tuvo en cuenta un informe pericial que señaló que el incendio “no pudo provocarse por una sola y aislada persona, ni de forma causal”.
