PATRIMONIO

El Torico, las Pajaritas, los leones del puente de Piedra… ¿Qué protección tienen los iconos aragoneses?

Crecen las voces que solicitan más respeto al patrimonio sentimental y civil, aunque eso impida que los monumentos puedan ser centro de celebraciones.

Combo de imágenes del Torico, los leones de Paco Rallo y las pajaritas de Ramón Acín.
Combo de imágenes del Torico, los leones de Paco Rallo y las pajaritas de Ramón Acín.
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En 1848 el Ayuntamiento de Zaragoza decidió derribar un buen montón de casas para abrir una nueva vía en el corazón de la ciudad: a la postre sería la calle Alfonso. Ese mismo año en Jaca se colocaba la primera piedra para levantar su Seminario conciliar, mientras que en Teruel se instalaba uno de sus símbolos: la fuente del Torico, que sustituía a otro viejo surtidor del siglo XVI.

Tras lo sucedido el fin de semana muchos se preguntan por qué el Torico no cuenta con ningún tipo de protección patrimonial. Si bien su valor artístico podía ser discutible, como emblema de la ciudad tiene sobrado valor y, además, pertenece desde hace décadas a un imaginario sentimental.

“La lección que tenemos que aprender es que el patrimonio civil en Aragón está infraprotegido. No solo pasa con monumentos como el Torico sino también con mucha arquitectura: en los pueblos hay decenas de casas solariegas y de palacios que no tienen protección. Hace pocos días salía en prensa la casa con la fachada más larga de la provincia de Teruel, que está en Báguena, y no tiene ningún tipo de catalogación y el Ayuntamiento propone tirarla”, explica el arquitecto zaragozano Alberto Sánchez, máster en Conservación del Patrimonio por la Universidad de Columbia.

Los especialistas recuerdan, por ejemplo, los muchos problemas que hubo para levantar la carpa provisional junto al Mercado Central durante su reforma, dado que todo el entorno es un Bien de Interés Cultural protegido, y no se admitían sino anclajes muy superficiales. En el caso del Torico, el Gobierno de Aragón recordaba ayer que el monumento “no tiene un grado de protección específico, más allá del que le confiere estar en un conjunto protegido”. De hecho, en su buscador de Patrimonio Cultural la escultura no aparece, aunque sí figuran las fachadas modernistas de las casas de la plaza.

La rana que acompaña a César Augusto siempre ha dado quebraderos de cabeza.
La rana que acompaña a César Augusto siempre ha dado quebraderos de cabeza.
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Esta desprotección es la que ha permitido que se pudiera actuar sobre el pilar del Torico y, por eso, los críticos creen que al Consistorio no le interesaba especialmente protegerlo. De lo contrario, no habría podido ser escenario de celebraciones deportivas, ni dejar que nadie se encaramara a él para colocar un pañuelico, ni tampoco haber servido de sostén para el árbol de Navidad. “Todo este tipo de intervenciones hubieran tenido que pasar por comisiones de Patrimonio que, obviamente, no las habría autorizado”, dicen los especialistas, que también recuerdan que hasta que la Cibeles no empezó a sufrir desprendimientos los madridistas celebraban sus victorias encaramados a la diosa (hoy lo hacen desde una grúa).

"Se puede disfrutar del patrimonio cultural
sin ponerlo en peligro y con prudencia"

Pero, ¿qué otros monumentos de Aragón tienen gran valor sentimental pero escasa o ninguna protección? Echando un ojo a los símbolos de las otras capitales de provincia podría pensarse en las Pajaritas del parque de Huesca o en los leones de Paco Rallo que coronan la entrada al puente de Piedra de Zaragoza. En el primer caso, sí, las pajaritas de Ramón Acín están catalogadas como BIC pero desde hace apenas cinco años. La obra del parque Miguel Servet fue protegida a instancia de ciudadanos y por unanimidad, dado que "las Pajaritas son un icono de nuestra ciudad y representa a todos los oscenses". La escultura de 1928 del artista oscense Ramón Acín se compone de dos pajaritas, sobre pedestales, concebidas como figuras de papiroflexia, que gozan ya con el mayor nivel de protección.

Más peliagudo es el caso de Zaragoza en lo referido, por ejemplo, a sus no pocas esculturas en el espacio público. El Augusto Prima Porta está protegido pero, ¿y la ranita que antaño lanzaba agua a sus pies? ¿Se considera también parte del mismo conjunto? Esta generosa lectura permitiría también entender que los leones de Paco Rallo forman parte del puente de Piedra y, por lo tanto, deben gozar de la máxima protección. Estas obras y otras muchas -como el caballito de la Lonja en honor a Ángel Cordero- sí forman parte de los catálogos del Ayuntamiento, aunque sea con grados de protección inferiores al BIC. Por cierto, que Paco Rallo es quizá el artista con más presencia en las calles de Zaragoza, ya que es autor de obras públicas tan emblemáticas las dos citadas, las musas que coronan el Teatro Principal, las fuentes de Niños con Peces o el globo terráqueo de la plaza del Pilar.

El caballito de la Lonja, inaugurado en 1991, sí está pensado para retratarse sobre él.
El caballito de la Lonja, inaugurado en 1991, sí está pensado para retratarse sobre él.
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El historiador del Arte Miguel Ángel Cajigal, a raíz de lo sucedido en Teruel, hizo este fin de semana un amplio hilo de Twitter en el que concluía que "se puede disfrutar del patrimonio cultural sin ponerlo en peligro y con prudencia". Cajigal critica que con cierta frecuencia se colgaran de la columna del Torico elementos que generan fuerza de tracción, lo que califica de “imprudencia” y da gracias de que no se produjeran el domingo desgracias personales. En este sentido, Sánchez también considera “de primero de Física” el hecho de que “si tiras un cilindro de 23 puntos alrededor y no lo haces en orden, se crea una carga excéntrica que lo que hace es derribar la columna”.

“Muchas de los iconos que mejor nos representan no tienen gran valor artístico pero sí sentimental. Sucede, por ejemplo, en infinidad de pueblos con las ‘fuentes de caños’, que solían estar al lado de los lavaderos donde más vida social se hacía. Evidentemente, esto no cuenta con protección alguna porque es algo costumbrista a lo que no se le ve el valor”, dice el sociólogo Ernesto Pérez, que cita algunos de estos ejemplos en localidades del Jalón como Salillas, Ricla, Épila... Conocidas son también las numerosas fuentes de Torre Los Negros, muchas de ellas acompañadas de sus correspondientes peirones, que constituyen un atractivo singular para el pueblo. Por citar solo otro par de ejemplos más, esta vez en forma de estatua, es obvio que el homenaje al gigante Arrudi en Sallent de Gállego no tiene excesivo valor artístico pero es fundamental para la localidad, al igual que las sillas de hierro que recuerdan en todo Sos del Rey Católico el rodaje de 'La Vaquilla' de Luis García Berlanga.

Las estatuas de Arrudi en Sallent y de Berlanga en Sos.
Las estatuas de Arrudi en Sallent y de Berlanga en Sos.
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“En su día parecía una quimera que se defendieran el Toro de Osborne o la botella del Tío Pepe, y hoy nadie se plantearía acabar con ellos”, explica Pérez. En esta misma línea se pronuncian quienes llevan años luchando por la defensa del patrimonio gráfico, como los responsables de los colectivos Aragón Letters o Zaragoza Moderna. Defienden que los rótulos urbanos y, sobre todo, los murales cerámicos forman parte del “patrimonio sentimental y de la imagen de nuestras vidas”. “Hay que fomentar la conservación y restauración de estos iconos porque son piezas artesanales que cuentan historias”, afirman, al tiempo que critican algunas demoliciones recientes como fue la del mural dedicado a la competición olímpica, obra de Alfaraz en 1972, en el que fuera pabellón deportivo de la plaza de Eduardo Ibarra.

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