Vuelve 'Vacaciones en paz': "Después de dos años, acoger a dos niñas saharauis de 8 años es volver a empezar"

Las entidades sociales cierran los detalles del viaje mientras las familias esperan que los pequeños lleguen de los campamentos de Tindouf en los primeros días de julio.

Nagore Tabuenca, segunda por la derecha, junto a niñas saharauis en el verano de 2019.
Nagore Tabuenca, segunda por la derecha, junto a niñas saharauis en el verano de 2019.
E. B.

"Después de dos años de parón, acoger a dos niñas saharauis de 8 años es volver a empezar, tenemos muchas ganas". Elisabeth Ballester está ilusionada con volver a recibir estas vacaciones en su hogar de Ainzón (Zaragoza) a dos niñas saharauis que se convertirán en compañeras de juegos de su hija pequeña Nagore de 11 años. Ella y su marido, Jorge Tabuenca, llevan desde 2013 participando en el programa ‘Vacaciones en paz’ como familia de acogida de la asociación Arapaz, una de las entidades aragonesas que gestiona el proyecto.

La iniciativa se retoma a contra reloj y un centenar de menores procedentes de los campamentos de refugiados de Tindouf (Argelia) disfrutarán de casi dos meses de vacaciones en Aragón. Son menos que otros años, normalmente a la Comunidad venían entre 140 y 150, pero "lo importante es que las fronteras ya están abiertas", se alegró Ballester. Con el cambio de posición del Gobierno español respecto al Sáhara, un asunto del que este miércoles se habló en el Congreso de los Diputados, llegó a temer "que tampoco este año pudieran viajar y acabaran pagando el pato unas criaturas que no tienen la culpa de nada", dijo.

A estas alturas otras veces ya tenía marcado en el calendario el día de llegada de los chavales, pero los preparativos van con algo de retraso. Aunque en estos momentos ya no está vigente ninguna medida restrictiva por la covid para entrar y salir de España, aún no se ha decidido si se les harán pruebas PCR o se les vacunará aquí en caso de que no lo estén y sus padres lo autoricen. "Por lo que nos han comunicado, el Frente Polisario se ha comprometido a hacer lo que haga falta, pero todavía no hay nada en firme", señaló Oriol Gavín, coordinador de ‘Vacaciones en Paz’ de Arapaz.

"Con el cambio de posición del Gobierno español llegué a temer que este año tampoco pudieran pagar y acabaran pagando ellos el pato"

El descenso en el número de menores lo atribuye a varios factores. "Se ha decidido hacer un reseteo y que vengan solo niños de 8 años, que así pueden tener una continuidad hasta los 12, lo que puede haber contribuido", explicó. El hecho de que se haya lanzado tan cerca de los meses estivales también puede haber provocado la caída de la participación.

La Delegación del Pueblo Saharaui en Aragón supervisará el programa. Arapaz se encargará de la llegada de una veintena de menores a la provincia de Zaragoza. Por lo que respecta a otras asociaciones, Um Draiga, también de Zaragoza, traerá a una treintena; Alouda de Huesca, a 40 y Lestifta de Teruel, a siete.

Sin olvidar el conflicto político

Los escolares llegarán con un pasaporte colectivo –autorizado expresamente por el Consejo de Ministros– en avión desde Argelia y serán examinados por pediatras y otros profesionales del Salud, también oftalmólogos y dentistas que colaboran gratuitamente. Además de este componente sanitario, Gavín también hace hincapié en el aspecto humanitario y político. "Ellos tienen la oportunidad de vivir una realidad diferente, pero su presencia aquí también nos recuerda que en el Sáhara hay un conflicto político sin resolver, con muchos intereses de todo tipo detrás, y del que no debemos olvidarnos", afirmó.

Los niños apenas sabrán una o dos palabras en español, en los campamentos hablan ‘hassanía’, el dialecto saharaui del árabe, y en la escuela estudian árabe clásico. Después de su estancia "ya empezarán a hablar y lo entenderán casi todo, es impresionante", comentó Gavín.

Aragón es una de las pocas comunidades que acoge a pequeños con discapacidad gracias a la organización oscense Alouda. Este verano atenderá a 14. De ellos, nueve, un niño sordo y otros con parálisis parciales, vivirán con una familia, y el resto residirán en centros especializados. "Por su necesidades, ya que se trata de parálisis graves, estarán en los centros vacacionales de Huesca de Aspace, en el de Martillué de Valentia y en el de Isín de Benito Ardid", dijo Carmen Aznar desde Alouda.

"Su presencia aquí nos recuerda que en el Sáhara hay un conflicto político sin resolver, del que no debemos olvidarnos"

Esta pandemia se ha dado el caso de una niña de 11 años que la ha pasado con su familia aragonesa. Fue operada y necesitaba tiempo para la rehabilitación. Regresó a su hogar el pasado marzo, pero volverá tras el verano para continuar aquí su formación gracias al programa ‘Estudios en paz’. "Se ha adaptado perfectamente al colegio y los padres quieren que aproveche esta oportunidad".

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