La Cámara de Cuentas detecta una "elevada atomización" de contratos menores en el IAF

Denuncia "evidencias de fraccionamiento" en prestaciones recurrentes al fiscalizar los ejercicios de 2019 y 2020 de la entidad dependiente de la DGA.

El presidente de la Cámara de Cuentas, Alfonso Peña, en la sede de la institución.
El presidente de la Cámara de Cuentas, Alfonso Peña, en la sede de la institución.
Guillermo Mestre

La Cámara de Cuentas ha detectado una "elevada atomización" de contratos menores en el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) a lo largo de 2019 y 2020 y ha obtenido "evidencias de fraccionamiento" en prestaciones recurrentes. Así lo recoge en la memoria de fiscalización de ambos ejercicios de la entidad, que llegó a firmar 1.224 contratos menores que suman 2,58 millones, lo que representan el 54,9% y el 97% de las adjudicaciones, respectivamente, en ambos ejercicios. Por ello, censura su gestión y advierte de que debieron salir a concurso para garantizar la publicidad, concurrencia y transparencia a la que obliga la ley vigente.

Esta es una de las conclusiones a la que llega el informe de fiscalización, que también afea la gestión de las subvenciones. No solo por resolver con retraso y omitir el debe de comunicación a la Base de Datos Nacional, sino por la acumulación de expedientes electrónicos incompletos y la "trazabilidad deficiente" de las revisiones efectuadas.

No se queda ahí, dado que cuestiona la gestión de personal, desde la "insuficiente publicidad" en las convocatorias de selección y el mantenimiento de un subdirector "sin reunir los requisitos exigidos" hasta la existencia de una retribución por cumplimiento de objetivos "poco rigurosa y sin aplicar proporcionalidad".

Aunque la Cámara de Cuentas llega a señalar que el IAF gestionó los fondos públicos de acuerdo con la normativa aplicable, sí recoge incidencias y formula recomendaciones.

En el primer año de los analizados, 2019, los ingresos y gastos ascendieron a 15,4 y 15,4 millones, respectivamente. La Cámara de Cuentas afirma que ni la contabilidad patrimonial ni la presupuestaria reflejaban la actividad real, ya que se reconocen como gastos e ingresos las actuaciones de fomento aprobadas en el ejercicio, con independencia del momento en el que se ejecutaron y se dispuso de los fondos para financiarlas. En 2020, se normalizó la actividad, con unos ingresos de 11,5 millones y unos gastos de 21, cuya diferencia se cubrió con remanentes.

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