El fantasma de la sequía, que amenazaba a los regantes en el inicio de la campaña en marzo, se aleja a medida que las reservas en los embalses se van incrementando gracias a las lluvias de las últimas semanas. Los agricultores empezaron con restricciones temiendo que no hubiera agua suficiente para el verano, pero poco a poco han ido aumentando las dotaciones.

Los datos de precipitaciones muestran un mapa esperanzador. El mes de abril de 2022 se cerró con casi un 27% más de lluvia en la cuenca del Ebro: 70 litros por metro cuadrado frente a los 55 l/m² de los anteriores 20 años. Además, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro, en el Pirineo, donde están los grandes embalses de suministro para el campo, llovió entre un 120 y un 200% más que la medida de dos décadas, porcentaje que supera el 200 en el caso de algunas comarcas de Teruel.

La primavera húmeda ha tenido una traslación en las reservas de los embalse del Ebro, que lejos de bajar por el inicio de la campaña de riego, desde marzo han subido, pasando del 65% al 77% de media en el conjunto de la cuenca. El cambio más significativo se aprecia en Mediano, que ha duplicado su volumen, del 26% al 60%. Pero la mayoría de presas que abastecen a grandes sistemas de regadío rozan el lleno. Barasona ha subido del 79% al 96%, y La Sotonera, del 68% al 89%. El Grado está al 94%; Yesa, al 90%; y San Salvador, al 98%.

Mediano duplica sus reservas:   Poco más de dos meses separan estas imágenes. La de la izquierda se tomó en Mediano en el mes de febrero, en puertas de iniciarse la campaña de riego. Entonces estaba a menos del 30% de su capacidad. La de arriba es de este fin de semana, con el embalse al 60% . Puede mover el cursor a izquierda y derecha para comprobar el antes y el después. Imágenes: Verónica Lacasa.  

El peor pronóstico era inicialmente para la cuenca del Cinca. Los regantes de este sistema afrontaron el inicio de campaña con la peor sequía en 40 años, reflejada en Mediano, a menos de un tercio de su capacidad. Riegos del Alto Aragón adelantó el calendario de suministro y empezó con 3.000 metros cúbicos por hectárea. La dotación se amplió a 4.000 m3/ha, y se piensa en flexibilizar todavía más el cupo.

"Hay que llegar al final"

"Las reservas han mejorado bastante, pero es pronto para saber si esto salvará la campaña", afirma el presidente de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, que no abandona la prudencia. Hoy se celebra una asamblea, donde se podría decidir eliminar la limitación. "Los cupos nos garantizan llegar al final con más o menos agua. Si decidimos quitarlos nos arriesgamos a tener que cerrar antes la campaña", aclara el también presidente de la Federación del Ebro.

Los otros dos grandes sistemas de la cuenca, el Canal de Bardenas y el de Aragón y Cataluña, han suprimido las restricciones. Este último empezó la campaña con un prorrateo preventivo, pensando en la escasa reserva de nieve, que auguraba un deshielo breve, pero la primavera ha tenido un régimen de lluvias por encima de la media, lo que ha permitido, por una parte, reducir el consumo y, por otra, aumentar el agua embalsada. Se decidió pasar a pedido libre, que ni se llegaba a consumir.

"La campaña de riego de primavera se ha pasado bien y en puertas de la de verano tenemos llenos los embalses de San Salvador y Barasona", manifiesta optimista el presidente del Canal de Aragón y Cataluña, José Luis Pérez, al referirse a las presas de la zona aragonesa. La preocupación se ha desplazado a las del río Noguera-Ribagorzana, que riegan la parte catalana, aunque estas tienen régimen plurianual.

"Con mucha precaución"

No obstante, pensando en las escasas aportaciones del deshielo a los ríos, se afronta el verano "con mucha precaución", precisa Pérez. A primeros de junio, una vez finalice la época de la fusión de la nieve, se decidirá cómo hacer el reparto de agua.

"Ha llovido en la zona regable y en el Pirineo", señala José María Vinué, presidente del zaragozano Canal de Bardenas, que ve con satisfacción como el embalse de Yesa está al 90% y se pudo dejar de regar casi 10 días por las lluvias. "Si en mayo tenemos aportaciones, podemos decir que la campaña es normal". Eso sí, aclara, siempre contando con el esfuerzo de los agricultores para sembrar cultivos de invierno, de manera que el agua almacenada en esa presa llegue hasta el verano mientras no esté finalizado el recrecimiento. "Empezamos con cupos, pero ahora los hemos anulado y si en mayo tenemos la misma aportación que el agua que estamos consumiendo, los retrasaremos hasta primeros de junio", dice con optimismo. 

Solo la zona del Cinca sigue en prealerta

El último mapa de los índices de sequía, correspondiente a abril, pinta un panorama de estabilidad en todas las cuencas aragonesas en cuanto a volumen de precipitaciones. Y respecto a reservas en los embalses, la cuenca del Cinca sigue en prealerta (hace dos meses rozaba la emergencia) y el resto, en situación de normalidad.

Por sistemas de riego, en el Canal de Aragón y Cataluña, la zona regable del Ésera, sumando los embalses de Barasona y San Salvador, dispone de un 96% de reservas, frente al 85% que tenía al inicio de campaña; mientras que la del Noguera-Ribagorzana, con mayor capacidad de almacenar agua, ronda el 58%, un porcentaje similar al de marzo. Riegos del Alto Aragón también las ha visto aumentadas del 61% al 77%, lo mismo que Bardenas, del 81% al 91%.

La reserva de nieve va disminuyendo poco a poco por el deshielo y solo se mantiene aún en niveles altos en la cuenca del río Aragón. La peor situación está en el Ésera, donde apenas quedan recursos nivales para que al fundirse pueda incrementar las aportaciones a los embalses.