despoblación

"El crecimiento del pueblo es mentira; aquí no te puedes dedicar más que a la meditación"

Fombuena pasó en solo un año de 14 a 50 empadronados. El alcalde admite que fue un crecimiento ficticio y augura un futuro “muy negro” si no consiguen que alguna familia se asiente en el pueblo.

Calle de Fombuena
Calle de Fombuena.
Laura Uranga/ Pablo Ferrer

Entre los crecimientos de población de este siglo destaca el caso de Fombuena. Esta pequeña localidad de Campo de Daroca, en la provincia de Zaragoza, ha aumentado un 210% su población desde 2000, lo que la sitúa como la séptima localidad de Aragón que más ha crecido. Sin embargo, los datos tienen truco. Carlos Jaime Mainar, alcalde del pueblo, admite directamente que ese crecimiento “es mentira”. Igual que pasa en muchas otras localidades de la Comunidad, donde la cifra de empadronados no refleja fielmente la realidad del día a día.

En 2004, Fombuena tenía 14 habitantes. Solo un año después, contaba con 50 empadronados. “Cuando entré de alcalde, intenté recopilar a todo el mundo que pude para que se empadronara. Pero la realidad es que estamos bajo mínimos”, señala. El alcalde señala que convenció a personas que tienen casa en el pueblo, pero que habitualmente no viven, para que se empadronaran allí y obtuvieran ventajas, como la tarjeta para usar el coto de caza.

Aunque a fecha de 2021 hay 59 empadronados según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la realidad es que allí viven apenas seis u ocho personas. “El fin de semana aún viene gente, pero entre semana ya no quedamos nadie”, apunta Carlos Jaime Mainar. “El que no está jubilado y no tiene las necesidades cubiertas no se puede quedar allí, porque no hay nada para ganarte la vida. El pueblo vivía del carbón vegetal, pero ahora eso no vale. No te puedes dedicar más que a la meditación”, reflexiona.

Pese a ello, su objetivo ahora es conseguir que alguna familia joven se asiente en el pueblo. Una de las vías para lograrlo es el puesto de alguacil, que está a punto de asignar a una pareja con una niña que podría llegar desde Barcelona y que está interesada. Aún así, ve el futuro “muy negro”, porque las familias que han llegado en años anteriores se han acabado marchando a pueblos más grandes “cuando los hijos han llegado a la edad escolar”.

Pese a este momento crítico -el pueblo llegó a tener más de 250 vecinos-, Carlos Jaime confía en que Fombuena pueda salir de esta, como ya hiciera hace varias décadas. “En los años 70 el pueblo se quedó varios años a oscuras totalmente. No había ni luz ni agua corriente. Solo quedaron mis padres viviendo allí”, explica. Hubo años complicados en la zona, en los que un estudio de la Diputación Provincial de Zaragoza cifró en 9 los habitantes del pueblo, en 4 los de Cerveruela y en solo uno el de Anento. Ahora, medio siglo después, vuelven los tiempos oscuros para algunas de estas localidades, que ven cómo la pérdida de la población no se detiene.

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