La campaña de riego se complica en varios municipios por los destrozos de la riada

La DGA prevé que cerca del 100% de la superficie afectada tenga agua este mes.

Estado actual de las infraestructuras de riego en el término municipal de Pradilla de Ebro.
Estado actual de las infraestructuras de riego en el término municipal de Pradilla de Ebro.
Ayto. Pradilla

Los destrozos de las últimas riadas están complicando la campaña de riego en municipios como Pradilla o Fuentes de Ebro. En localidades como Villafranca, la parte más importante de las obras de emergencia del Gobierno de Aragón está ya terminada, pero otras siguen sin poder regar, circunstancia que está despertando «incertidumbre» entre los agricultores de la ribera, que no saben cuándo podrán cultivar.

Los trabajos, presupuestados en cuatro millones de euros y divididos en diez zonas para agilizar el proceso y poder recurrir a la contratación de emergencia, avanzan«a buen ritmo» de acuerdo con la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente. Según sus estimaciones, en ocho de estas diez áreas «la superficie en la que ya está habilitada la posibilidad de riego se sitúa en torno al 90%». Y aunque en las otras dos zonas el porcentaje es menor, el Ejecutivo calcula que el 80% de la superficie afectada «tiene ya repuesta la posibilidad de riego para esta campaña».

En este sentido, desde el Departamento prevén que a mediados de mes se pueda regar «prácticamente» el 100% de las hectáreas dañadas, lo que permitirá evitar «graves efectos económicos» para los agricultores de la ribera.

La imagen, sin embargo, sigue lejos de ser la habitual en los municipios más castigados por la riada, que afectó a más de 11.300 hectáreas agrícolas. Los plazos iniciales se han ido retrasando por varios motivos, desde las lluvias de marzo y abril –que han impedido a las máquinas trabajar con normalidad–, hasta la burocracia. No obstante, los afectados consideran que las precipitaciones «no deberían ser excusa», ya que desde la última riada han pasado ya cuatro meses y «ha habido tiempo de sobra para actuar».

«Les llamamos 50 veces y dicen a todo que sí, pero luego es que no. Aquí está todo sin terminar, la gente no va a poder cultivar nada», lamentó el alcalde de Pradilla, RaúlMoncín. Su sensación es similar a la de Juan Manuel Sanz, alcalde de Boquiñeni. «Faltan por reparar caminos y riegos. Las cosas van peor que nunca. Dicen que lo van a hacer, pero aquí seguimos», señaló.

En Fuentes de Ebro, las precipitaciones han hecho que los agricultores aún no hayan podido regar la alfalfa en el conocido como soto de Aguilar. «Preocupa, sobre todo, de cara al maíz, que dependerá de si las obras están o no terminadas. Confiamos en que para este mes todo esté solucionado y se pueda sembrar», resumió su concejal de Agricultura, Raúl Miguel.

Mientras, en El Burgo se ha optado por una solución provisional para poder empezar a regar. Las tareas no han comenzado, aunque operarios de Tragsa y Sarga ya se han acercado hasta la zona y las obras «no tardarán en ejecutarse», según indicó su alcalde, Vicente Royo, visiblemente preocupado por el estado de la mota que rodea y protege la localidad, «totalmente destrozada» desde la última avenida.

«Te sacan de tu rutina»

En Quinto, uno de los municipios más afectados, trabajan tres empresas divididas en tres zonas. «Alguna está a punto de acabar», afirmó su alcalde, Jesús Morales. En este caso no se prevén graves afecciones, ya que hay parcelas que se han podido regar a pesar de que las obras no estaban terminadas. «También por las lluvias del último mes, aunque habrá que esperar para hacer una valoración. Puede haber afecciones por la propia riada», razonó.

Y pese a agradecer que el Gobierno de Aragón haya asumido las tareas con medios propios, reconoció que «nadie está tranquilo» con el Ebro como vecino. «Las riadas te sacan de tu rutina cada tres años. No puedes prever nada a largo plazo. Cosechas que podrían durar cinco o seis años no lo están haciendo», lamentó.

Mejor estarían las cosas en Novillas, donde los trabajos están «al 90% o 95%», según su regidor, Abel Vera. «Estamos regando ya en prácticamente todo el término. Falta algo en la margen derecha, pero es cuestión de días», detalló. Esto hace que los agricultores de la localidad afronten «con más tranquilidad» el verano, aunque en el municipio queda trabajo por hacer. Especialmente en lo que respecta a las motas, competencia de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). «Algunas siguen abiertas y otras han sido reparadas de forma provisional. Esperamos que en verano, cuando baje el caudal, se pueda actuar», agregó.

En el caso de Villafranca, la reparación de las infraestructuras de riego ha terminado «justo al límite», cuando el campo empezaba a necesitar agua. «Han acabado las más importantes, y las secundarias se irán haciendo en las próximas semanas, una vez que se termine de regar el primer tramo. Se va a poder trabajar prácticamente con normalidad, al 80%, con algún pequeño impedimento», comentó su concejal de Agricultura, Luis Fustero.

Lo que más abunda en esta localidad es el forraje y el trigo. Para haber ido «bien» se tendría que haber empezado a regar hace dos o tres semanas, pero no ha sido posible hasta ahora, lo que tendrá consecuencias. «La cosecha no se va a ir a pique, pero sí esperamos una ligera merma», dijo el edil.

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