Trabajo precario en jóvenes: "Mi contrato era de 40 horas y trabajaba 130"

Cientos de jóvenes sufren condiciones laborales "deplorables" y hoy reivindican su situación.

Daniel Ramos sabe bien de la precariedad laboral que sufren muchos jóvenes hoy.
Daniel Ramos sabe bien de la precariedad laboral que sufren muchos jóvenes hoy.
José Miguel Marco

Daniel Ramos tiene 25 años y posee el título de Magisterio de Primaria desde hace un tiempo. Ahora, "por suerte", trabaja "unas horas" en un colegio concertado y se está preparando las oposiciones. Su situación laboral actual "no es precaria", pero sí lo fue cuando terminó sus estudios. Trabajaba en el sector de las 'scape rooms' y las condiciones eran "deplorables".

"Mi contrato era de 40 horas al mes, pero trabajaba unas 130. Lógicamente, esas horas me las pagaban en negro", denuncia el joven. A eso se suma que tanto él como sus compañeros estaban obligados a estar "pendientes del teléfono durante todo el día" por si recibían reservas.

Cuando comenzó la pandemia, la empresa envió al ERTE a sus empleados durante un tiempo. "Cuando la actividad se empezó a retomar, seguíamos en ERTE pero trabajando, porque así nos pagaba el sueldo el Estado", asegura. La gota que colmó el vaso llegó cuando se vio obligado a acudir a una formación a Barcelona y los gastos tenían que correr por su cuenta. "Yo era entrenador de fútbol al mismo tiempo y no podía dejar a los chavales un fin de semana. Me insistieron en que tenía que ir y encima lo tuve que pagar yo", recuerda.

Ramos es pesimista con el futuro laboral de los jóvenes. "No hay estabilidad, no hay buenos sueldos y en definitiva, no hay buenas condiciones. Así es muy complicado emanciparse y hacer una vida independiente", sentencia.

Daniel Rodríguez es un ejemplo más. Estudió un grado medio de Soldadura y Calderería. En la empresa donde aprendió es donde sigue trabajando actualmente. Sin embargo, sus condiciones no son como las de sus compañeros. "Estuve tres meses como aprendiz. Después, querían que continuase y me hicieron un contrato de prácticas durante seis meses donde cobraba el 60% del sueldo", explica. Después de medio año recibiendo poco más de la mitad, le renovaron con las mismas condiciones y durante otros seis meses. "En unas semanas, la empresa tiene que decidir si van a empezar a pagarme el 100% o solo el 75%. No se qué pasará pero podrían tenerme un año más sin cobrar el sueldo entero", asegura.

Por su parte, María (nombre inventado porque prefiere no desvelar su identidad) trabaja en un gimnasio como entrenadora personal al mismo tiempo que estudia. "Estoy a media jornada y cobro el sueldo mínimo. No me puedo quejar por eso ni por los horarios. Eso sí, cobré el mes de febrero el otro día, tengo pendiente el de marzo y el de abril tiene pinta que no lo voy a recibir hasta dentro de un tiempo...", lamenta. 

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