yo estuve allí
"Sorprende la felicidad de un pueblo que vive en campos de refugiados"
Ricardo Pérez y Silvia Grustán han viajado esta Semana Santa de Zaragoza a los campamentos saharauis en Argelia para conocer a la familia de su "hijo" Gailani.
El ornitólogo Ricardo Pérez, un zaragozano de 39 años, y su pareja Silvia Grustán, de 35, aprovecharon la pasada Semana Santa para visitar los campamentos saharauis en Argelia y conocer a la familia del joven Gailani, que trajeron a Aragón en 2019, dentro del programa 'Vacaciones en Paz'.
La crisis entre el Gobierno de España y el Frente Polisario por el apoyo al plan de Marruecos de convertir el Sáhara Occidental en una autonomía en lugar de apoyar su autodeterminación marcó el encuentro con la familia de Gailani.
Fueron varios los españoles y saharauis que cogieron un vuelo en las vacaciones de Semana Santa desde Alicante hacia Tindouf, en Argelia, para visitar los diferentes campos de refugiados saharauis. Tras su llegada, y bajo la supervisión de las autoridades argelinas y el Frente Polisario, se trasladaron a los campamentos donde les esperaban sus respectivas familias.
"La experiencia ha sido muy gratificante, para nosotros fue nuestro primer viaje a los campamentos. Por fin conocimos a la familia de Gailani, al cual volvimos a ver tras dos años, ahora ya mucho más crecido, siendo un adolescente de 14 años", apunta Ricardo Pérez.
También conocieron a Mahmud, su hermano pequeño de 8 años, "que esperemos que este año pueda venir a España con el programa de 'Vacaciones en Paz'". Según la pareja zaragozana, aunque les habían hablado ya de la gran hospitalidad del pueblo saharaui, "todo eso se queda corto para lo que allí recibimos. Toda la familia nos acogió con los brazos abiertos, todas las casas o jaimas estaban abiertas para nosotros; nos empapamos de su cultura, sus costumbres, esa vida tan familiar". En opinión de Ricardo Pérez, "sorprende cómo un pueblo que lleva 47 años en unos campos de refugiados puedan tener aún tanta felicidad. Sin duda son un pueblo luchador".
El viaje también les sirvió para conocer de primera mano la situación que allí se vive. "Aunque estamos concienciados y sabemos de las problemáticas que tiene el pueblo saharaui en los campamentos, este viaje fue un baño de realidad. Hospitales y farmacias deficitarios, escuelas precarias… por fortuna la labor de los profesionales que allí trabajan es encomiable y sorprende lo que llegan a hacer con los pocos medios de los que disponen", relata el zaragozano. "No debemos olvidar que el Sáhara Occidental está en guerra con Marruecos desde hace más o menos un año y medio, donde no hace mucho hubo tres muertos civiles por el ataque de un dron, donde al igual que nos ha ocurrido a nosotros, los conflictos bélicos han encarecido la vida y limitado las ayudas dificultando aún más si cabe la vida en los campamentos de refugiados", concluye.
