entrevista

Javier Sada: "Espero que la Oficina Anticorrupción esté en funcionamiento en las Cortes de Aragón esta legislatura"

El presidente del Parlamento autonómico explica que hay que elegir entre el modelo inicial y uno más desarrollado en el que se eliminan las duplicidades.

Javier Sada, presidente de las Cortes de Aragón.
Javier Sada, presidente de las Cortes de Aragón.
José Miguel Marco

Si tuviera que elegir una imagen de estos 40 años de autonomía, ¿con cuál se quedaría?

Es complicado. Aunque no estaba en política y fui como ciudadano, recuerdo la alegría, la esperanza y la sensación de que todo estaba cambiando de la histórica manifestación de 1978. También la de la reforma del Estatuto en 2007. Y como momento trágico, la entrada del féretro de Manuel Giménez Abad a las Cortes, que mostró que el terrorismo es simplemente muerte. Él era diálogo, palabra. Y sin diálogo, es imposible llegar a acuerdos.

¿Cuál piensa que ha sido el cambio más decisivo en el Parlamento en este tiempo?

Primero, la propia constitución de las Cortes. Y después, el nuevo reglamento que facilitó el parlamentarismo con la llegada de más grupos políticos y un Gobierno en minoría.

¿Prevé cambios en el futuro?

Una reciente encuesta de la Fundación Giménez Abad revela que los ciudadanos echan de menos en los parlamentos debates generales y con participación de gente de fuera. Me parece interesante. Hay que abrir en el Parlamento debates que tengan que ver con el futuro.

¿Podríamos ver en un pleno oradores que no sean diputados?

No tiene por qué ser en los plenos, pero hay que buscar figuras que permitan abrir los debates a expertos. Con el nuevo reglamento se han tramitado 50 iniciativas ciudadanas.

¿Por qué es importante para un aragonés lo que recoge su Estatuto de Autonomía?

Si se decidiera en Madrid, sería imposible mantener escuelas con tres alumnos o centros de salud con guardias de 24 horas en zonas con 3.000 vecinos. Influye en la vida diaria de los ciudadanos muchísimo.

¿Hay que asumir nuevas competencias o desarrollar las que ya están transferidas?

El Estatuto actual tiene posibilidades de desarrollo. Las comisiones bilaterales son fundamentales. Aragón tiene sentido siempre dentro de España, pero hay aspectos como la dispersión y el envejecimiento que tienen una repercusión económica y que hay que negociarlos bilateralmente.

Sigue pendiente la constitución de la comisión que debe fijar la cuantía de la deuda histórica del Estado con Aragón. ¿Prevé desarrollarla esta legislatura?

Dependerá de los grupos. Es un tema que no debemos perder aunque solo sea para reivindicar una mejor financiación.

¿Necesita Aragón una inyección extra del Estado de 500 millones de euros?

Hay que tener una financiación suplementaria para poder hacer frente a los gastos que ya estamos teniendo.

Empieza la cuenta atrás para las elecciones. ¿Le preocupa que la precampaña altere la paz que suele reinar en las Cortes?

Me preocupa, pero mientras todos admitan que se modere el debate no pasará nada.

¿Es más duro el tono del PP desde que Jorge Azcón relevó a Luis María Beamonte en la presidencia regional?

No sé si es por eso. Empieza a haber un tono elevado, pero creo que es por la cercanía electoral.

¿Se romperá el cuatripartito (PSOE, PAR, Podemos y CHA) antes de acabar la legislatura?

Eso se lo tendrá que preguntar al cuatripartito.

¿Qué le dice su experiencia?

No solo somos tierra de pactos, sino que se suelen cumplir.

¿Ve factible que Aragón tenga un nuevo presupuesto en 2023?

No lo sé. Creo que lo tendrán que intentar. Pero es una decisión del cuatripartito, que es el que tiene la responsabilidad de hacerlo.

Solo Javier Lambán ha confirmado que optará a la reelección. ¿Ve a Azcón más cerca de la plaza del Pilar o de la Aljafería?

Aunque tuviera una opinión personal, como presidente de las Cortes intento mantener un respeto institucional.

Vox gobierna con el PP en Castilla y León. ¿Es partidario de los cordones sanitarios?

Soy partidario de hacer lo que sea para mantener los valores democráticos que hemos tenido hasta ahora. Y en esos valores está llamar a las cosas por su nombre. Intentar descafeinar palabras es el primer paso para ocultarlas, y hablo de la violencia de género. Hay que mantener la democracia representativa, la única democracia que hay. Lo demás son cuentos.

¿Le duele que en las Cortes sea imposible impulsar declaraciones institucionales cuando asesinan a mujeres?

Claro que me duele. La violencia intrafamiliar es una trampa lingüística. En este país se mata a las mujeres por el hecho de ser mujeres. Y eso tiene un nombre. Y a mí no me gusta cambiárselo.

Parece que se bajan los decibelios en el Congreso. ¿Lo atribuye a la llegada a la presidencia del PP de Alberto Núñez Feijóo?

No sé si es por eso, pero es bueno para la democracia. Lo contrario sería una irresponsabilidad y un insulto a los ciudadanos, que están en otros temas como llegar a fin de mes o pagar las facturas. Que estuvieran discutiendo en el Parlamento en lugar de afrontar los problemas con serenidad sería una auténtica barbaridad.

¿Puede el descontento social tumbar un gobierno?

Evidentemente. Pero el descontento se debe mostrar en las urnas. Los gobiernos solo se pueden cambiar a través de las urnas, es la base de la democracia y lo que deberíamos tener claro.

¿En qué materias es prioritario que se pongan de acuerdo Pedro Sánchez y Núñez Feijóo?

En temas económicos. Pero no solo ellos, sino algunos más.

Teruel Existe puede irrumpir en el Parlamento en 2023. ¿Le preocupa que se fragmente aún más la Cámara?

La cifra de grupos depende de las elecciones. Si hay un grupo más, bienvenido sea.

¿Tienen motivos para quejarse en la España vaciada?

No me gusta ese término. El medio rural lleva vaciándose cien años. Me gusta hablar de reto demográfico, que lo tenemos y es importante.

Aunque no se llegó a cerrar la Cámara, la covid ralentizó el desarrollo de las leyes. ¿Están a tiempo de compensarlo?

Hay muchas leyes pendientes. Las de dinamización del medio rural, la financiación municipal y la simplificación administrativa son muy importantes. Habrá que hacer un esfuerzo y tener más ponencias funcionando.

A un año de que finalice la legislatura, ¿cuáles son los retos que tiene pendientes?

Fijamos como reto facilitar a los diputados su trabajo, crear suficientes espacios para el acuerdo, ser una administración ejemplar desde el punto de vista medioambiental y aprovechar el motor turístico que supone La Aljafería. Y estoy relativamente satisfecho de lo que se ha logrado, porque se ha conseguido por unanimidad.

¿Conseguirán poner en marcha la oficina anticorrupción?

Hemos analizado varias alternativas. Me preocupa que no haya duplicidades, no solo por el coste económico, sino por posibles conflictos competenciales. También hay normativa europea sobre los denunciantes que nos puede afectar. Habrá dos posibilidades, una nueva propuesta y la que se barajaba hasta ahora.

¿Estará lista entonces antes de que acabe la legislatura?

En poco tiempo tendremos una salida. Espero que entre en vigor de una u otra forma.

¿Cómo será su vida cuando se disuelvan las Cortes en 2023?

Aún no lo sé. Seguro que no será como la de ahora. No me puedo imaginar un puesto más bonito que presidir el Parlamento y poder facilitar el debate y el acuerdo. En los próximos meses decidiré si opto a ser diputado.

¿Ha sido este mandato, con la covid y la guerra de Ucrania, el más complejo?

Es difícil por la incertidumbre.

Como presidente de las Cortes, ¿cuál quiere que sea su legado?

Estaré satisfecho si creen que he sido ecuánime en mis decisiones. 

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