El Consejo del Agua debate hoy el plan del Ebro 2021-2027, con menos embalses y regadíos

El PP dice que la nueva planificación "da por finiquitado" el Pacto del Agua mientras los regantes no avanzan su voto.

Imágenes del embalse de Almudévar.
Imágenes del embalse de Almudévar.
Javier Navarro

El futuro de la cuenca del Ebro para los próximos cinco años se debate este viernes en el Consejo del Agua de la Cuenca, que debe informar a favor o en contra el Proyecto del Plan Hidrológico para el periodo 2021-2027, una vez superada la consulta pública, en la que se presentaron 529 alegaciones, antes de remitirlo al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Entre los asuntos más polémicos están el recorte en la superficie de regadíos o la desaparición del texto de planificación de la mayor parte de las obras del Pacto del Agua de Aragón.

Los regantes no han querido avanzar el sentido de su voto. César Trillo, presidente de la Federación de Regantes de la Cuenca del Ebro, se limitó a comentar que es un plan con "cambios muy significativos", como la exclusión de las obras de regulación pactadas en las últimas décadas en Aragón. Biscarrués queda definitivamente eliminado y solo hay mención expresa a los embalses actualmente en obras, cuatro en Aragón (Almudévar, Yesa, Mularroya y Santolea) y uno en Soria, atendiendo a una modificación de los criterios establecidos hasta ahora: solo figuran aquellas presas con consignación presupuestaria.

Sin embargo, en el actual proyecto sí se ha atendido una alegación reiterada desde distintos sectores sobre los futuros pantanos. Así, se ha eliminado el párrafo de la memoria que dice que en el futuro no se van a hacer más regulaciones en España.

El Gobierno de Aragón consideraba imprescindible defender la reserva estatutaria de 6.550 hectómetros cúbicos reconocidos en el Plan Hidrológico Nacional. Según la CHE, también se ha aceptado, y en el nuevo texto se ha añadido: "Se atenderá a lo previsto para la Comunidad autónoma de Aragón" por el citado plan nacional.

Ni agua ni financiación

Peor suerte han corrido algunos nuevos regadíos. El criterio ha sido incluir en el plan solo aquellos con concesión de caudal o financiación, que puedan emprenderse antes del 2027. Así, se deniega por ejemplo la propuesta de los ayuntamientos de Alcampell, San Esteban de Litera, Estadilla y Tamarite para que figuren los riegos de la Litera Alta. Lo mismo los regadíos sociales de la comarca del Sobrarbe o 40.000 hectáreas del río Guadalope, sin financiación comprometida de ninguna administración, o las 2.760 ha de Les Puntes, en Fraga, "por no tener concesión ni garantía de recurso".

Sin embargo, esto no significa que no se vayan a hacer, aclara David Solano, miembro de la ejecutiva de UAGA, que este jueves anunció que se abstendrá en la votación del Consejo. En el lado positivo, dice, está "la sensibilidad" de la CHE para atender algunas de sus alegaciones. En el negativo, que comarcas con más carencias, por la reducción de aportaciones de sus ríos, sufran medidas muy restrictivas de cara a la instalación de granjas o de regadíos. "Hasta ahora los planes de cuenca eran una carta a los Reyes Magos con una lista de obras que no se han hecho ni se harán", señaló Solano.

El Gobierno de Aragón también presentó alegaciones sobre la reserva estatutaria del agua, las obras de regulación, para evitar que supusiera un punto final, y la ampliación de la superficie de regadío, solicitando incluir ocho proyectos con los trámites ya muy avanzados. También los regantes se opusieron a dar carpetazo a más de 30 obras recogidas en el Pacto del Agua. La más significativa, el embalse de Biscarrués, que tras la anulación del proyecto por parte del Tribunal Supremo ha desaparecido de la planificación, sin mencionar alternativa alguna a la regulación del Gállego.

El PP, en contra

El PP critica que se borre de un plumazo la lista de embalses y miles de hectáreas de regadíos previstas, "dando por finiquitado" el Pacto del Agua de Aragón. El diputado autonómico Ramón Celma, representante en el Consejo del Agua por el grupo parlamentario del PP, ya ha avanzado su voto en contra porque este plan "imposibilita cualquier inicio de nuevas obras de regulación". En un contexto de cambio climático, cree que son más necesarias que nunca contra las avenidas y las sequías. "Lo ambientalmente sostenible tiene que ser compatible con la rentabilidad de las explotaciones y con las legítimas aspiraciones de nuestra Comunidad", añade.

Por su parte, el grupo parlamentario del PSOE en las Cortes de Aragón valora que se trata de una planificación "realista". Su representante en el Consejo del Agua, la diputada Silvia Gimeno, delegará su voto en el consejero de Agricultura, Joaquín Olona.

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