Los sanitarios aragoneses piden prudencia ante el "prematuro" fin de la mascarilla tras Semana Santa

La medida se aprobará en Consejo de Ministros el día 19 con excepciones para residencias, hospitales y transporte público.

Imagen de archivo de la celebración de una boda en el restaurante La Alquería de Zaragoza
Imagen de archivo de la celebración de una boda en el restaurante La Alquería de Zaragoza
Guillermo Mestre

Médicos y enfermeros rechazaron este miércoles el fin de la mascarilla en interiores tras la Semana Santa y pidieron "prudencia" ante el incremento de casos que se viene detectando en Aragón en las últimas fechas. Consideran que la medida, avalada por el Gobierno aragonés, es "prematura", ya que la incidencia sigue sin ser lo suficientemente baja -está por encima de los 90 casos por cada 100.000 habitantes a una semana-, y en el horizonte hay "amenazas" como la ómicron silenciosa o la bautizada como variante XE, aún más contagiosa.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, achacó esta decisión a la "altísima inmunidad" existente en España, recalcando que la mascarilla seguirá siendo obligatoria en hospitales, residencias -para trabajadores y visitantes- y el transporte público. En el caso de los centros de trabajo se dejará al criterio de los servicios de prevención laboral, y en los centros comerciales seguirá siendo recomendable en caso de aglomeración. En los colegios, en cambio, se eliminará en todos los supuestos.

El fin de esta medida se aprobará en el Consejo de Ministros del día 19 y entrará en vigor al día siguiente. Mucho se ha hablado en las últimas semanas acerca de cuándo iba a producirse. Comunidades como Cataluña o Madrid abogaban por levantar la restricción de inmediato, pero los técnicos del Ministerio se inclinaban por esperar. La balanza se ha inclinado finalmente a favor de estos últimos, haciendo que España avance "con prudencia y gradualidad", según indicó la ministra.

Para Javier García Tirado, presidente del Colegio de Médicos de Zaragoza, "lo razonable" sería seguir utilizándola. "Debería seguir siendo obligatoria", aseguró, al tiempo que hizo un llamamiento a la prudencia y la precaución. "En lugares abiertos también sigue siendo muy recomendable ante grandes aglomeraciones, especialmente ahora que va a ser Semana Santa. Llevar una en el bolsillo no cuesta nada y ante la duda, hay que ponérsela", indicó.

En este sentido, recalcó que aunque la hospitalización se ha estabilizado y la presión en los centros de salud ha bajado -principalmente por los cambios en el protocolo de diagnóstico- la incidencia "sigue siendo alta". "Ante la incertidumbre de cómo pueda evolucionar la pandemia y las posibles mutaciones que puedan surgir sería muy recomendable que la gente actuara con concienciación", agregó.

Para la presidenta del Colegio de Enfermería de Zaragoza, Teresa Tolosana, era "imprescindible" incluir entre las excepciones a la población más vulnerable. En su opinión, la medida llega "pronto". "Entiendo que la gente tenga muchas ganas, pero no es algo que te impida ir al cine o al teatro y llevar una vida normal. Hemos salvado la Semana Santa, pero no hubiera estado de más haber esperado dos meses, ya que es de cara al verano cuando los virus respiratorios bajan", razonó.

Advirtió, a este respecto, de que, tras dos años con mascarilla, el sistema inmunitario de la población anda "muy relajado", por lo que no sería extraño ver repuntes de casos de coronavirus, catarros y gripes en las próximas semanas. "Está ocurriendo ya con los niños, que han dejado de llevarla en los recreos. La mascarilla ha permitido contener catarros y procesos gripales. Alargar la medida no habría perjudicado ni a la economía ni a la vida social", argumentó.

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