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Un sueño en la Baronía, la casa rural que triunfa en Corbalán

Hace 11 años tacharon de locos a Jessica Bonet y su marido Jorge Gargallo, quienes se embarcaron en una gran inversión con la compra y restauración de un inmueble antiguo en este pueblo turolense de cien habitantes.

La casa rural Un sueño en la Baronía está en Corbalán, a 15 minutos de Teruel.
La casa rural Un sueño en la Baronía está en Corbalán, a 15 minutos de Teruel.
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Cuando Jessica Bonet y su marido Jorge Gargallo decidieron embarcarse en un proyecto para reformar de arriba abajo una antigua casa de la localidad turolense de Corbalán les tacharon de locos. Ella es de Valencia y él, de Teruel y en aquel momento, hace ahora once años, no tenían ninguna relación con el pueblo. Está a quince minutos de la capital y tiene unos cien habitantes. Por casualidad se enteraron de que se vendía una casa y decidieron comprarla. Primero lo pensaron para que fuera su vivienda pero finalmente la rehabilitaron por completo para convertirla en un alojamiento rural.

Así es como vio la luz Un sueño en la Baronía, la casa rural con spa que triunfa sobre todo entre los vecinos de la Comunidad Valenciana. Desde que la inauguraron, coincidiendo con el año en el que se casaron, el matrimonio vive en Teruel y cada uno tiene su empleo en otro sector. “La casa es un extra pero lo cierto es que da mucho trabajo y tienes que dedicarle bastante tiempo”, confiesa Jessica que, aunque todavía no sabe cómo, de momento llega a todo sin agobiarse.

Junto con Jorge, se ocupan de todo lo relacionado con su alojamiento rural. Desde preparar los desayunos y cenas, pasando por las labores de limpieza y lavandería, la gestión de las reservas y hasta los masajes relajantes que ofrecen en la misma casa. Esta se puede alquilar entera, para grupos y familias, y tiene capacidad para ocho adultos y tres niños. Por otro lado, también presta servicio de hotel, con la reserva de las habitaciones (cuatro dobles) por separado. En este caso, los huéspedes pueden contratar el desayuno y la cena, que se preparan en la misma cocina de la casa y se sirven en la habitación. Varias estancias tienen jacuzzi y chimenea y, además, la casa cuenta con un spa.

Estos extras que no se encuentran en cualquier casa rural son el principal gancho de Un sueño en la Baronía, donde la mayoría de los clientes son parejas. “Vienen muy pocos niños, se pueden contar con los dedos de una mano en todo el año”, asegura Jessica, aunque sí es algo más frecuente cuando se alquila la casa al completo.

En la oferta del establecimiento también hay masajes relajantes, que los da la propia Jessica
En la oferta del establecimiento también hay masajes relajantes, que los da la propia Jessica
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El edificio tiene cien años de antigüedad y, aunque se modernizó con la reforma, sobre todo con la zona nueva de spa que habilitaron en la terraza, Jessica y Jorge trataron de conservar todos los elementos originales posibles. Él tiene una empresa de escayola y techos desmontables por lo que está familiarizado con el sector. “Cuando compramos la casa le llevamos al arquitecto el diseño de lo que queríamos y nos decía que estábamos locos, que no veía viable invertir tanto en plena crisis”, recuerda Jessica. Era el año 2011 y España estaba inmersa en la segunda recesión económica tras la de 2008. “Decidimos tirar para adelante y ahora estamos muy contentos”, añade.

Y es que aunque hay días que resultan agotadores, el negocio no puede ir mejor. Su temporada alta son los puentes y la Semana Santa; la media va de septiembre a mayo; y en verano, al revés de lo que suele pasar, ellos pueden descansar, porque es su época baja. “Ahora ya tenemos todo reservado hasta mayo”, apunta. No obstante, Jessica reconoce que estos dos años de pandemia han sido la etapa más dura de los once que llevan con este proyecto en funcionamiento. “Decidimos cerrar durante varios meses, cuando no se podía viajar entre comunidades, porque sin el turismo valenciano no nos salía rentable tener la casa abierta”, explica. Pero, quitando ese más o menos breve periodo de tiempo, no tiene quejas. “Aunque perdimos muchas fechas señaladas, al no ser el principal sustento económico, lo hemos podido llevar bien. Después la gente ha vuelto con más ganas todavía y no solo hemos recuperado totalmente la actividad que teníamos, sino que tenemos más demanda”, asegura.

Un sueño en la Baronía debe su nombre a la Baronía de Escriche, una antigua villa a las afueras de Corbalán que fue propiedad del citado barón. El conjunto lo componen 14 masadas, destacando la Casa Grande y, años después de que se abandonara, la Diputación Provincial de Teruel lo compró con el objetivo de levantar allí un complejo turístico. Hasta la fecha, el proyecto no termina de salir adelante y, por el momento, la casa rural de Jessica y Jorge es el único alojamiento hotelero del pueblo.

La casa llena de movimiento esta pequeña localidad turolense, que cada fin de semana y en fechas señaladas recibe a visitantes que aprovechan su estancia para conocer la zona. Quienes van con niños tienen parque infantil y también se pueden emplear las pistas de pádel, fútbol sala y baloncesto del pueblo, así como de la zona de barbacoas y merendero.

Un buen reclamo para las familias y grupos de amigos con niños que eligen este lugar es la proximidad de Dinópolis, que está a 20 minutos en coche de Corbalán. Entre las parejas, en cambio, lo que triunfan son las experiencias. La básica cuesta 220 euros e incluye una noche de alojamiento y desayuno en la habitación y una hora de spa privado para dos personas. A esta opción se le puede sumar una noche más y un masaje relajante de 30 minutos (380 euros por pareja en total) o de una hora y, además, una cena gourmet servida en la habitación (500 euros por pareja). Propuestas para todos los gustos que hacen que en El sueño de la Baronía sea difícil encontrar hueco si no se mira con cierta antelación.

Otro aliciente es que esta casa rural turolense, Teruel y su gastronomía está siempre presentes. “Cocinamos con mucho mimo todos los productos de nuestra tierra para que quienes nos visitan puedan saborear y disfrutar de todo lo que la zona ofrece: el jamón D. O., los quesos de Albarracín o la trufa negra”, señala Jessica. “En esta cocina el principal ingrediente es el cariño”. Como en todo lo demás.

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