El tráfico de la N-II ha caído un 24% desde que se liberalizó la autopista hace medio año

La disminución es del 35 % en los turismos, mientras que en el caso de los camiones se queda en la mitad. Si antes pasaban 16.065 vehículos al día por la AP-2, ahora lo hacen más de 24.000.

Camiones a su paso por el antiguo peaje de Pina de Ebro, cuyo desmantelamiento está avanzado.
Camiones a su paso por el antiguo peaje de Pina de Ebro, cuyo desmantelamiento está avanzado.
Guillermo Mestre

La carretera de Barcelona (N-II) ha perdido casi una cuarta parte del tráfico que registraba hace tan solo seis meses como consecuencia de la liberalización del peaje de la autopista que discurre en paralelo. Los datos oficiales del Centro de Gestión del Tráfico de Zaragoza no dejan lugar a la duda y confirman lo que alcaldes, vecinos y negocios ribereños ya vaticinaron tras levantarse las barreras el 1 de septiembre de 2021: un importante trasvase a la AP-2. La caída de la circulación aún se agudiza más si se compara con el mismo periodo estudiado en 2019, antes de los estragos de la pandemia, ya que en este caso se duplica con creces, hasta llegar a un 61,25%.

Para disponer de información, los técnicos instalaron puntos de aforo en Pina de Ebro, a la altura de su polígono industrial. En el primer periodo de estudio, del 21 de septiembre al 9 de octubre, contabilizaron 55.675 vehículos, un número que se redujo a 42.537 en el segundo, del 5 al 23 de febrero.

La disminución es más acusada en turismos, de 22.083 a 14.323, un 35%, mientras que los camiones solo lo han hecho en un 16%, de 33.592 a 28.214. La explicación la dan los propios transportistas que siguen utilizando la N-II a pesar de poder viajar gratis por la autopista: por una parte, la dificultad de parar en la AP-2 cuando cumplen los tiempos máximos de circulación al no existir tantas áreas de descanso y la costumbre de comer en los establecimientos de la nacional. Y por otra, los kilómetros adicionales que se hacen por la vía rápida, unido al hecho de que parte de los envíos van a industrias situadas junto a la carretera y es más práctico utilizarla para tomar las autonómicas que enlazan con otros ejes viarios.

El descenso fue más importante en las primeras semanas y ya se ha estabilizado, según refleja la evolución de la intensidad media diaria que soporta la carretera nacional, la única de la que se tienen datos desde la liberalización. El director del Centro de Gestión de Tráfico de Zaragoza, Adolfo Mozota, considera que no habrá variaciones, salvo situaciones sobrevenidas, como la imposición del pago por uso de las vías rápidas que anunció el Gobierno.

En el medio año transcurrido se observa dicha estabilización del patrón de tráfico diario de la nacional, dado que la disminución es "mucho menos significativa en valores acumulados y prácticamente nula si se comparan diferentes días tipo".

La evolución de los aforos se ha hecho únicamente en la carretera, mientras que en la autopista solo se midió entre el 18 de septiembre y el 6 de octubre. Pese a todo, en esas dos semanas y media se disparó la intensidad media diaria (IMD) respecto al mismo periodo de 2019, que se ha tomado como referencia al no estar afectado por la pandemia: de 16.065 a 24.390 vehículos diarios. El salto fue mayor en el tráfico pesado, que rozó el 71%, frente a casi el 44% de los turismos.

Más vehículos en el eje

También llama la atención la atracción de vehículos en el eje de Barcelona tras la liberalización del peaje, 519.102, frente a los 448.916 que lo hicieron en el mismo periodo de 2019. Según Adolfo Mozota, las hipótesis más plausibles son que la liberalización del peaje haya animado a la gente a viajar y que los conductores que antes utilizaban rutas alternativas para ir a la playa lo hagan ahora por la AP-2. "En uno meses haremos otra medición. Si no cambia nada, me sorprendería que el tráfico no se mantenga estable en la autopista y en la nacional", añade.

Otra de las consecuencias directas del fin del peaje es la caída de la siniestralidad, ya que solo ha habido que lamentar un fallecido en el tramo pendiente de desdoblar desde entonces. Ocurrió el 23 de septiembre, cuando un choque frontal entre dos camiones se cobró la vida de uno de los conductores. El pasado ejercicio se cerró con dos fallecidos en sendas colisiones de vehículos pesados, mientras que en los dos años previos a la pandemia hubo 6 y 5 muertos, respectivamente.

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