educación

El colegio Carmelitas de Zaragoza se queda sin monjas un siglo después: "Echaremos de menos el ruido de los niños"

El centro, que desde 2004 es gestionado una fundación, se despide estos días de las últimas siete religiosas que vivían en él, y que dejan “un legado que seguirá”.

El 12 de junio de 1920, cinco hermanas carmelitas desembarcaron en Zaragoza y fundaron la primera comunidad de esta congregación en la capital aragonesa. 

102 años después, esta semana un largo pasillo de aplausos formado por decenas de niños despedía a las últimas siete monjas que quedaban en el colegio de la calle de Madre Vedruna de la capital aragonesa. Con edades entre los 80 y 90 años, la mayoría se retiran a Vitoria, dejando tras de sí más de un siglo de historia en la ciudad y un legado “que va a perdurar en el colegio”, según garantiza Elisa Moreno, exalumna y actual directora del centro.

Entre estas siete hermanas suman varias décadas de enseñanza y varios cientos -miles- de alumnos que han pasado por sus aulas. María del Carmen Roca, a sus 89 años, ejemplifica el sentimiento “de familia” de Carmelitas. Esta zaragozana entró como alumna a los 6 años, cuando el colegio estaba en el paseo de Sagasta. “Lo instalaron en una antigua fábrica de esmaltes, y fueron sumando fincas hasta que fue creciendo”, apunta con una envidiable memoria. En el año 46 decidieron trasladarse a su actual ubicación, junto a León XIII. “Entonces estaba en séptimo de Bachiller, y recuerdo que los alumnos ayudamos a hacer el traslado. Yo llevé la custodia a cuestas desde el viejo colegio al nuevo, andando por todo Sagasta, y luego estuvimos subiendo hasta el quinto piso los colchones donde iban a dormir las hermanas”, rememora.

Se instalaban en un colegio que ahora es puro centro de Zaragoza, pero que entonces “solo estaba rodeado de huertas”, con “alguna casa suelta por Madre Vedruna”. “Yo vine en el 68, y recuerdo que Camino de las Torres era eso, un camino. Nos poníamos de barro...”, añade Mariasun Martín, vallisoletana de 88 años, quien tras 52 años por aquí, ya se considera “una aragonesa más”. Por entonces, María del Carmen ya era profesora del colegio al que entró como alumna, tras pasar por la universidad y el noviciado. “He dado Química 40 años, aunque estuve 20 en el País Vasco”, cuenta.

El colegio Carmelitas de Zaragoza se queda sin monjas un siglo después

Rosa María Ochoa, cascantina de 81 años, cree que la mayor satisfacción de todos estos años es “encontrarte por Zaragoza con exalumnos que se acuerdan de ti y que te dicen que también traen a sus hijos al colegio”. “Estos días, como sabían que nos vamos, han venido a verme cinco exalumnos que ahora son médicos”, resalta. Según apuntan todas ellas, el colegio ha tratado de aportar "una educación integral", basada no solo en los conocimientos, sino también en la formación como personas de los chavales.

“Claro que nos acordamos de muchísmos alumnos”, coinciden las profesoras, pese a que hace al menos quince años que se jubilaron. “El otro día fui al médico y cuando entré, me dijo: ¿Qué le pasa, hermana Morant? Al principio no había caído en quién era, pero luego vi que era exalumno”, cuenta María Pilar Morant, zaragozana de 87 años y exprofesora de Filosofía. Hasta el momento de su partida ha estado haciendo labores de sacristana en el colegio, tras una carrera que empezó en el noviciado de Valencia y que tuvo pasos intermedios por Bermeo, Legazpi, San Sebastián y Vitoria.

La orden religiosa hace años que se ha desvinculado de la gestión del centro, ya que desde el año 2004 está en manos de la Fundación Educación Católica. Pese a ello, ellas han seguido viviendo allí, pilotando “la transición amable” que se hizo y que permitió que el colegio “sobreviviera y creciera”, como cuenta Elisa Moreno, actual directora. En la actualidad cuenta con 1.049 alumnos, desde Infantil hasta el Bachillerato. “Siempre ha habido mucho cariño hacia las carmelitas. Este proyecto sigue teniendo sus raíces ancladas en lo que ellas hicieron, por lo que en realidad de aquí no se van a ir nunca”, sintetiza Moreno.

Físicamente sí saldrán en unos días, concretamente el próximo 3 de abril. Estas siete monjas -además de las cuatro ya citadas, también quedan Alejandra Beamonte, Elena Jiménez y Adela Martínez- dejan Zaragoza “con pena” tras pasar casi toda una vida entre esas paredes, pero también “convencidas de que era el momento de hacerlo”. Antes, esta tarde, tendrán una despedida por todo lo alto en la iglesia de Santa Engracia, en una eucaristía que presidirá el Arzobispo de Zaragoza, que ha sido capellán de las hermanas. “Tengo miedo a la emoción de mañana por la tarde, son tantas cosas… Aquí he sido muy feliz, siempre me he cruzado con gente muy acogedora”, señala Rosa María Ochoa. “Para mí esto ya es mi casa, siempre lo va a ser”, coincide María del Carmen Roca, quien asegura que casi no pueden salir a la calle "porque nos para todo el mundo". “Soy castellana, pero ya he vivido más aquí que en mi tierra”, sentencia Mariasun Martín.

Imagen de 1928 del colegio original de las Carmelitas, en el actual paseo de Sagasta.
Imagen de 1928 del colegio original de las Carmelitas, en el actual paseo de Sagasta.
Carmelitas

María del Carmen cuenta que echará de menos “el ruido de las escaleras de hierro cuando entran los mayores a las 7.45”. “Los niños hacen mucho ruido, sí”, coinciden todas con una sonrisa. Un ruido que, aún así, todas ellas saben que echarán de menos. “Claro que sí, ese ruido nos da vida”, coinciden.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión