Gente de la tierra
Un aceite de primera hecho gracias a padrinos y madrinas
Apadrina un Olivo se ha alzado con el primer premio del consejo regulador de la Denominación de Origen Aceite de oliva del Bajo Aragón.
"El galardón va dedicado a todos los padrinos y madrinas que confían en nosotros. Este es nuestro agradecimiento hacia ellos por volcarse en este proyecto". Son las palabras de Carlos Blanco, maestro almazarero de Apadrina un Olivo, un día después de que su aceite de oliva virgen extra recibiera el primer premio a la calidad del consejo regulador de la Denominación de Origen del Bajo Aragón.
Blanco, nacido en Barcelona, ya se siente de Oliete, Teruel, donde prepara este cuidado aceite, que ya recibió otro primer premio en 2020 y quedó en segundo lugar el pasado año. Sin duda, un currículum a la altura de su calidad, elaborado con el empeltre, una variedad de oliva propia del Bajo Aragón extraída de los más de 10.000 olivos recuperados que tiene la almazara. "Queríamos demostrarles a nuestros padrinos y madrinas que la confianza puesta en nuestro proyecto sirve para mantener nuestra ilusión de hacer productos cuidados y trabajar bien, a través de una aceituna de calidad que obtenemos de nuestros olivos, así que sin ellos esto no sería posible", indica el maestro almazarero.
Este año, han sido 410.000 kilos los que han producido, que, comparado con los 20.000 que se hicieron el primer año. "Llevamos una dinámica de crecimiento alucinante. Es una maravilla", dice emocionado Carlos Blanco, quien atestigua que, cuando él llegó a la almazara, tan solo cuatro personas tenían un contrato fijo, frente a las 13 que hay actualmente.
"Muy vivo". Así define el aceite de oliva virgen extra el maestro almazarero Blanco, quien añade que "es muy fresco y está recogido en la primera quincena del mes de noviembre. Tiene un frutado muy bueno. Como protectores de nuestra Denominación de Origen, tiene ese sabor en boca dulce, con un recuerdo a almendra". Está elaborado con empeltre y con aromas y sabores que recuerdan a nueces, tomatera, alcachofa y almendra verde. Se trata de un aceite muy versátil, ya que puede utilizarse para guisos y aderezos, porque no roba protagonismo a las comidas sino que ensalza los sabores.
El conocido proyecto de Apadrina un Olivo sigue viento en popa. "La iniciativa va muy bien y premios como este incentivan a seguir trabajando y también a que nos sigan recordando. Es una pelea constante, porque después de tantos años es complicado que nos tengan presente. Por eso, invitamos a todas las personas a que visiten el olivar, la almazara...", asevera Blanco. Hasta el momento, son ya 7.000 las personas que han decidido apadrinar un olivo en Oliete, las cuales reciben dos litros de aceite de sus árboles y pueden ir cuando quieran a verlos, ya que cada uno tiene un código QR numerado.
Otros premiados
El Bajo Aragón cuenta con otros aceites que bien merecen un galardón, como también ha sido el caso de Almazara Artal -segundo premio- y de La Calandina -tercer premio-. Arantxa Garín es gerente y maestra almazarera de Artal, en Albalate del Arzobispo, y el año pasado ya recogió el primer premio de la D. O. Aceite Bajo Aragón. Para ella, obtener este segundo puesto supone "una gran satisfacción y recoger el fruto del trabajo realizado durante la cosecha y es una alegría, y más durante los tiempos que estamos".
Son numerosas las variedades que Almazara Artal produce de aceite de oliva virgen extra. La del empeltre, presentada en este concurso, se recoge los primeros días de octubre, aunque "este año se nos retrasó un poco porque estábamos acabando una obra". "Tenemos máquinas muy grandes, batidoras de 8.300 kilos, y cuando hacemos estos aceites que presentamos para los premios tenemos unos procesos más mimados. Intentamos hacer menos cantidad, hacerlo en frío... para que todo ayude al proceso y que sea lo más perfecto posible", explica Garín. De la variación empeltre, Artal ha molturado 300.000 kilos de aceite en el pasado año. En total entre todas las variaciones, 582.000 kilos.
Por último, pero no por ello menos importante, el tercer premio ha ido a parar a La Calandina, SCL de La Calanda. Raúl Caldú, uno de los maestros almazareros, dice que "el premio se le da al maestro, pero realmente tendría que ser un reconocimiento a todo el proceso, incluido el agricultor que tenga toda su plantación organizada y cuidada". Para la almazara, "se trata de un esfuerzo en grupo muy grande y por eso es una gran satisfacción que todo este empeño que ponemos haya dado frutos". Su aceite de oliva virgen extra es suave al paladar, con sabor afrutado y de baja acidez.
