"Seguimos la línea europea a la espera de ver si va a intervenir la OTAN o no"

¿Qué recuerda de la intervención de la Alianza Atlántica en Bosnia como ejemplo para Ucrania?

La misión fue importantísima. Yo era el general de las tropas españolas y estábamos en Mostar, en Bosnia Herzegovina. Nuestra misión era curar heridas e intentar que las etnias volvieran a una situación parecida a la de antes de la guerra. Teníamos que recuperar a familias que fueron amputadas porque eran matrimonios mixtos (un bosnio con una croata o una serbia) y quedaron aisladas: el padre en un lado y los hijos en otro, como pasa ahora en Ucrania. 

¿Cómo cumplieron sus objetivos? 

Intentamos colaborar con la recuperación del país, hicimos tareas de reconstrucción de escuelas, carreteras o puentes, como el magnífico de Mostar (Stari Most o Puente Viejo), donde vivimos el desmontaje de la pasarela española, que construyeron los zapadores de Huesca sobre el río Neretva. 

España ha enviado ayuda humanitaria y armamento a Ucrania. 

Ha sido algo simbólico, España está en la misma línea que el resto de países occidentales. El material enviado es defensivo y algo ofensivo entre comillas al mandar armas individuales como ametralladoras, que tuvimos hace muchos años, y los C-90 (lanzacohetes). Seguimos la línea europea, a la espera de ver si va a intervenir la OTAN, como en Bosnia, o no. 

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¿Por qué las tropas españolas estaban muy bien vistas en Bosnia? 

Hicimos obras de la reconstrucción en el país, apoyados por un organismo europeo (la OACI). España fue muy respetada allí. Nos querían mucho. Hubo soldados españoles que reconstruyeron una casa bosnia que habían explotado el día anterior (se emociona, al contarlo) y vieron la bandera que llevaban. A veces militares de otros países nos cogían la bandera para poder entrar a lugares donde les era imposible. Era un salvoconducto y nos llenó de orgullo.