Eva Lizama, ganadera de porcino de Gallocanta (Campo de daroca)

"Si no ponen medidas incluso nos veremos obligados a reducir cabaña"

En la explotación porcina de la familia Lizama en Gallocanta (Zaragoza), que cuenta con cuatro empleados, son elevados los consumos de luz y gas. Utilizan estas fuentes de energía en su granja de ciclo cerrado con capacidad para 700 cerdas.

Eva Lizama, en su explotación de porcino de Gallocanta.
Eva Lizama, en su explotación de porcino de Gallocanta.
E. L. P.

En la explotación porcina de la familia Lizama en Gallocanta (Zaragoza), que cuenta con cuatro empleados, son elevados los consumos de luz y gas. Utilizan estas fuentes de energía en su granja de ciclo cerrado con capacidad para 700 cerdas, equipada mantas térmicas y con ventilización forzosa con la que tienen que mantener un temperatura constante para el bienestar de los animales.

"Ya estamos notando muchísimo las subidas de precio", asegura Eva Lizama, que teme que lo peor está por llegar y no solo porque la escalada parece no tener fin, sino porque ahora las facturas que llegan a la explotación no son lecturas reales sino estimadas. "Cuando nos digan lo que realmente es va a ser intratable", asegura esta joven ganadera que ya prevé que el desembolso podría llegar incluso a duplicar los casi 4.000 euros que está pagando actualmente.

A esto hay que sumar los elevados costes de los carburantes que consume el tractor con el que fertilizan (utilizando los propios purines) los campos que cultivan y que en estos momentos tienen que recibir el abonado de cobertura. Por si fuera poco también están disparados los piensos con los que tienen que alimentar a su ganado. "Estábamos pagando a 220 euros la tonelada y la última compra ya ha subido a los 400 euros la tonelada", explica Eva Lizama, que insiste en que aunque ellos tienen que asumir estos incrementos, no pueden repercutirlo en sus productos para no encarecer aún más la cesta de la compra.

"Ya estamos ahogados, la escalada de precios es inasumible. Si no se ponen medidas la situación podría llevar al sector a la ruina", explica esta ganadera, que reconoce que la invasión a Ucrania ha desencadenado este complicado escenario, pero critica que "también hay mucha especulación".

Lizama advierte que con los bajos precios del cerdo y los costes de producción "intratables" muchos ganaderos se verán obligados a reducir la cabaña. "No nos va a quedar otra", lamenta.

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